El machismo de Podemos

Alicia Díaz

Una imagen vale más que mil palabras. Este jueves fueron tres hombres los protagonistas en el anuncio de la candidatura de unidad de Podemos. Pablo Iglesias, Iñigo Errejón y Ramón Espinar hacían acto de presencia bajo el lema “ Nosotras” en un intento de querer aparentar el compromiso de la unidad morada con el feminismo. La imagen habríaa estado bien si el acto hubiera sido liderado por mujeres, algo que no podía producirse puesto que no han contado con ellas como candidatas. La palabra “Nosotras” va más allá de una estrategia política que pretenda incluirnos en espacios copados por la presencia masculina, “Nosotras” es la cohesión de todas las opresiones que sufren las mujeres por el hecho de serlo, es la unidad que se forma entre quienes han decidido no alimentar ni comulgar con comportamientos machistas aunque estos puedan venir desde dentro de los partidos a los que pertenecen.

La utilización del femenino en boca de un hombre no visibiliza a las mujeres, ni ayuda a un avance igualitario, más bien deja en evidencia lo absurdo de las políticas actuales en materia de igualdad.

Pablo Iglesia no puede hablar en nombre de una mujer porque nunca padecerá las mismas opresiones, ni tan siquiera podrá entender el significado político de la palabra “Nosotras” porque, no nos engañemos, Podemos no es un partido feminista. Precisamente  lo que sí es feminista es la señalización de comportamientos patriarcales sostenidos a través del abuso de poder. Me parece una tropelía la utilización de una palabra femenina como excusa de representación feminista.

Tres hombres con poder que se reparten el pastel de los puestos de toma de decisiones importantes escudados de forma indecorosa en el feminismo sin contar con las mujeres de su propio partido, una escena tan machista que podría haberse producido por cualquier partido de derechas. Esta imagen deja en evidencia la hipocresía de Podemos que se olvida de las mujeres mientras reclama paridad desde dentro de sus filas, sin embargo, a la hora de la verdad , las mujeres son anuladas de manera pública lo que es percibido como un acto de humillación hacia sus propias compañeras.

 Es curioso el control que se produce con este tipo de acciones en las que parecen estar avisando de  que el territorio ya ha sido conquistado y será con hombres que regalarán las migajas a sus contingentes políticas utilizando  una palabra femenina.  De los cuatro documentos guía que se aprobaron en su congreso de 2017, en la Asamblea de Vistalegre II, el documento más votado fue el de Feminismo en el que se plasmaba la obligatoriedad de las listas electorales cremallera y la participación igualitaria en todos los actos de partido, algo inexistente como muestra la imagen.

La foto no debería ser muy tenida en cuenta con la de problemas por solucionar que tiene en estos momentos el feminismo, pero es necesario señalar que, tras las políticas de partidos cuya carta de presentación es el cambio, se esconde la misma maniobra añeja de querer conseguir votos.

Presentar una propuesta liderada por hombres sobre una apuesta feminista sobreimpresa como imagen, es un acto de hipocresía demasiado evidente como para dejarlo pasar; es la misma forma de instrumentalización que puede darse a través de otras vías de manera indirecta y que difícilmente se pueden detectar. Da igual si eres mujer y perteneces a Podemos, la situación no puede estar exenta de crítica y análisis. Cuando un partido de izquierda, anticapitalista y feminista destaca por aportaciones como las que hiciera Irene Montero con su portavozas y por imágenes como la de esta foto, deja al descubierto que la lucha por la igualdad de la que  hace acopio Podemos es escasa y poco reseñable.

Por su parte, el Círculo de Feminismo Madrid ha decidido dar una colleja a sus líderes impugnando los “pactos de patriarcas ”que se producen dentro de la formación morada“. Tras una asamblea extraordinaria publicaban un documento donde manifiestan el ”hartazgo“ de las dinámicas de su partido a los que tildan  como ”verticales / machistas“ en la que la participación política se ejecuta de forma ”poco transparente“ afectando a la pluralidad siendo sustituidas  por prácticas machistas.

Que sirva la crítica de estas mujeres del círculo de Podemos para que esas cabezas varoniles se empiecen a tomar el feminismo en serio y dejen de hacer el ridículo. Que sirva también como reflexión sobre si la paridad dentro de los partidos es una prioridad en este momento.