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Taponan los contenedores de basura para evitar vertido de líquidos de melones y sandías

El portavoz socialista, Daniel Fernández, junto a los contenedores ubicados frente a la iglesia de San Francisco, en Santander.

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Esta noticia no es de cuestiones “importantes” pero el consorcio provincial de Badajoz de tratamiento de residuos y el agua, Promedio, lo considera importante, y es el vertido de líquidos o lixiviados a la vía pública desde los contenedores de basura donde ahora en verano van muchos restos de sandías y melones, y algunos los ciudadanos los tiran a granel.

Ese Consorcio de Gestión de Servicios Medioambientales de la Diputación de Badajoz (Promedio) quiere concienciar a la población en relación a la prohibición de depositar líquidos y residuos a granel en los contenedores de basura, debido a la suciedad y olores que generan en las vías urbanas

El reglamento provincial del servicio de recogida y transporte de estos productos prohíbe expresamente la entrega de basura domiciliaria que contenga residuos en forma líquida o susceptible de licuarse, ha explicado la Diputación pacense en una nota. 

Este problema se acentúa durante el verano por la ingesta de mayores cantidades de líquidos y por el consumo de frutas con más volumen de agua, como melones o sandías

“El reglamento no autoriza el vertido de ningún tipo de residuo en los contenedores de fracción resto (verdes) a granel, ni dentro de cajas o paquetes, sino que debe realizarse en bolsas de plástico u otros materiales estancos e impermeables perfectamente cerrados y atados, de manera que no se produzcan vertidos de materias residuales, denominados lixiviados”, se ha explicado. 

Los contenedores cuentan con un agujero en su parte inferior para el desagüe en caso de lluvias, orificios que el personal del servicio procede en la actualidad a cerrar a través de los correspondientes tapones, pero la medida “requiere además de la colaboración de la ciudadanía”. 

El vertido de lixiviados en las calles “provoca manchas, suciedad y malos olores, además de ser un foco de atracción de insectos o animales, dificulta en gran medida la labor de recogida, y expone además al personal del servicio a salpicaduras de los desechos”, ha explicado el técnico de residuos de Promedio Jesús Maestre.

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