La posible prolongación del veto ruso preocupa a los fruticultores extremeños
El recrudecimiento del conflicto en Ucrania, con las consecuencias que puede tener en el mantenimiento del veto ruso a los países comunitarios, preocupa al sector de la fruta extremeña, que sin embargo no variará su producción este año.
Aunque Extremadura no exporta grandes cantidades de fruta a Rusia, sí provocaría que aumentara la competencia en los mercados tradicionales de la comunidad, según ha explicado el director gerente de la Asociación de Fruticultores de Extremadura (Afruex), Miguel Ángel Gómez.
Los productores del norte peninsular y de Italia, con una mayor presencia en el mercado ruso, podrían derivar la fruta tradicionalmente destinada a este país a los lugares donde vende principalmente Extremadura, lo que ya aconteció el año pasado.
Hace 10 meses llegaba el varapalo inesperado de las consecuencias del veto ruso, que obligó a medidas “excepcionales” para evitar sus repercusiones, iniciativas que el sector exige de nuevo a las administraciones.
Los fruticultores, ha dicho, están “trabajando” para que se instauren estas medidas y evitar las repercusiones de una continuación del veto, cuya vigencia era para un año pero a menos de dos meses de su final poco o nada se sabe de los planes de Vladimir Putin.
Situación muy cambiante
Según ha explicado Gómez, la situación está aún “tranquila” en el sector extremeño pues los mercados “están bien”, pero estos cambian a mejor o a peor en cuestión de días según las distintas circunstancias internacionales.
En la actualidad hay poca fruta aún de la campaña, pero cuando lleguen a inundarse los mercados con la producción española, griega e italiana es cuando podrían producirse los “problemas”, pese a que la fruta extremeña esté asentada en sus mercados tradicionales.
Ha reconocido que esta situación ha “obligado” a potenciar las estrategias de implantación en mercados anteriormente no habituales para la fruta extremeña, como por ejemplo China, que podría abrirse definitivamente este año.
Gómez ha indicado que el veto ruso no tendrá repercusiones en cuanto a la producción, pues es “la que viene” independientemente del porcentaje que posteriormente se venda en los distintos mercados.
Aún se ha recogido poca cantidad de fruta dentro de una campaña que “marcha bien”, pues el excesivo calor de la actual primavera no afecta a este cultivo, a diferencia de otros como los cereales o la aceituna.
Antes de la llegada del veto ruso, Moscú era uno de los mercados internacionales que mejor se habían comportado en compras para comunidades como Aragón o Valencia.