Como el vino de Toro
Hay extrema izquierda, izquierda, centro.... extrema derecha... como las fronteras son muy difusas los sociólogos y politólogos han decidido cerrar ese capítulo nominativo y pasar al ordinal. ¿Sitúese políticamente siendo 1 extrema izquierda y 9 extrema derecha? Entonces va el encuestado y dice el número que le parece bien. Hay veces que el propio encuestado no se aclara muy bien, y en esos casos se realiza una batería de preguntas sobre formas, modalidades y políticas concretas para definir políticamente qué carajo es el buen señor que sigue sin aclararse.
Nada, un análisis en toda regla para concretar al especímen y ponerle en la casilla correspondiente.
Se pudiera pensar que con eso queda ya todo nítido, pues no, mire usted, que aún y con esas no queda aclarado porque hay una serie de gente que a pesar de ser blanco en botella, “por sus hechos le conoceréis...”, insisten en que no, que no sabemos ver y que lo que pasa es que les miramos mal. O sea, que a pesar de pruebas y REQUETEpruebas ellos siguen diciendo que son más rojos que el vino de Toro.
En fin, que nos encontramos en estos tiempos a mezquidas, pacovázquez, corbachos, leguinas, corcueras, sorayas como en otros tiempos hubo boyeres, damboreneas, dragós, losantos y moarodríguez. A estos y a ellos les acompaña gente de rango menor en los ámbitos locales que hacen suya la presunción de vino de Toro. Todo viene de lo mismo: caerse del caballo, algo que al parecer lo llevan fatal. El tiempo hace estragos en el personal que se acerca al presente con ojos y sentidos embotados de los miedos y modos del ayer.
Su ser anti Sánchez o anti Podemos de pura entraña les desparrama hacia terrenos que dicen que no son los suyos pero que de facto representan, publicitan, defienden y finalmente votan.
No acierto a ver, será que yo, también mayor, no aprecio la fina sutileza existente entre el decir y el hacer todo lo contrario. Así escuchamos: “Yo soy de izquierda, socialista o comunista pero voto a Ciudadanos o más allá”, “yo soy republicano pero defiendo a muerte - es un decir- la monarquía, sus símbolos y sus nombres”, “yo, ateo de pura cepa, pero no hay cosa más grande que la romería tal o la Semana Santa cual”. En fin, como un burro en la puerta del baile no, lo otro, de despiste.
Aunque me parece a mí que la cosa va de más enjundia, que la cosa no es de estar despistado, que por seguir con la fauna, el trasunto va de zorro gastado o más bien de camaleón florido sobre un fondo de hibisco. Pues mire usted, que no, que no, que parece rojo pero en realidad es marrón, azul o vaya usted a saber, puro negro.