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La participación en Galicia a las 12:00 es del 17%, casi dos puntos y medio menos que en 2020 pero mejor que en 2016

Primeros votantes en las mesas electorales instaladas en el Pazo de María Pita, Casa del Concello de A Coruña

Marta Barandela / Yuly Jara / Raúl Sánchez / Victòria Oliveres

Santiago de Compostela —

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Actualización: La participación en Galicia a las 17.00 horas es del 49%, muy superior a las tres últimas elecciones

La participación en las elecciones de Galicia a las 12.00 ha descendido en casi dos puntos y medio con respecto a los comicios de 2020, celebrados durante la pandemia, con el 100% de las mesas comunicadas. El porcentaje de personas que se ha acercado a su colegio electoral durante la mañana es del 17,12%, mientras que hace cuatro años fue del 19,42% y en 2016 del 15,01%. En 2009, las elecciones recientes más disputadas, fue del 16,1%. En el año de la victoria del bipartito, 2005, la cifra a esta hora alcanzó el 18,8%.



La participación ha descendido en todas las provincias, aunque en diferente medida. En Ourense, que junto a Lugo es la provincia que vota tradicionalmente más conservador, la caída es de 2,43 puntos. En Lugo es menos notorio, con una bajada de 0,49 puntos.

En A Coruña y Pontevedra desciende la participación en 2,12 puntos y 3,21 puntos, respectivamente. En A Coruña, hace cuatro años a esta hora de la mañana habían acudido a depositar su papeleta el 18,79% de los electores y en esta ocasión lo ha hecho el 16,67%. En Pontevedra el dato es del 16,64% frente al 19,85% de hace cuatro años.

En cambio, si se comparan los datos actuales con respecto a 2016, las cifras suben en todas las provincias.





El panorama en las grandes ciudades a esta hora es similar, con una caída de la participación generalizada. Una de las excepciones es Lugo, donde el número de personas que ha votado es muy parecido al que fue hace cuatro años. En Santiago de Compostela ha pasado del 20,1% a un 17% y en Ourense de un 19,7% a un 17,9%. En la ciudad de A Coruña la diferencia es de casi 3 puntos, del 18,3% que fue en 2020 al 15,8% actual.



Los niveles de participación y las diferencias que se produzcan en el voto urbano y el voto rural son clave en el resultado electoral de Galicia. Los datos muestran que el voto urbano se escora más hacia la izquierda: desde 2016, las candidaturas de izquierdas han superado el 50% en las poblaciones de más de 60.000 habitantes en todos los comicios, tanto autonómicos como generales. En cambio, los apoyos a las derechas han rondado o superado el 50% en los municipios de menos de 10.000 habitantes.



El sistema electoral gallego provoca que Lugo y Ourense, las dos provincias que tradicionalmente votan más conservador, tengan más peso porque concede a cada una un mínimo de 10 diputados con independencia del número de habitantes —el objetivo es garantizar el peso político de las dos provincias menos pobladas— y, además, fija un umbral mínimo del 5% de votos que excluye a formaciones pequeñas.

Ha votado el 6,15% del censo del exterior

El voto exterior podría tener un papel determinante en unas elecciones en las que, según las encuestas, Alfonso Rueda no tiene garantizado revalidar la mayoría absoluta para el PP. Según ha informado la Xunta de Galicia este domingo, el 6,15% de los electores gallegos en el exterior ha ejercido su derecho a voto, lo que suponen unas 29.300 papeletas.

Tras la eliminación del voto rogado, casi medio millón de personas estaban llamadas a las urnas desde el extranjero, una cifra nunca vista en unas elecciones autonómicas. Podría ocurrir que no conozcamos esta noche si está asegurada la continuidad de Alfonso Rueda o si habrá un cambio de gobierno. Las papeletas de los gallegos en el exterior se empezarán a contar el 26 de febrero y el proceso podría alargarse, como tarde, hasta el 29 de febrero.

Este domingo a las mesas electorales llegarán también los 58.903 votos emitidos por correo. El número de papeletas enviadas por esta vía supone un 15% menos que las anteriores elecciones —que marcaron un récord histórico al ser convocadas durante la pandemia—; pero son un 36,97% más que en los últimos comicios comparables, en 2016.

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