La polémica subasta de Novagalicia Banco y la alfombra roja para los bancos españoles
“Estoy absolutamente convencido de que Novagalicia se adjudicará de forma objetiva a la mejor oferta”. Así de contundente se manifiesta el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, que cree que, de lo contrario, nos encontraríamos ante “una conflictividad” en una subasta que afronta su recta final tras la presentación de las ofertas por la entidad gallega. Santander, BBVA, CaixaBank y el venezolano Banesco, junto a los fondos Guggenheim, WL Ross, J.C. Flowers y Anchorage, son las opciones de un proceso que numerosos expertos y conocedores del sector censuran por seguir un modelo que busca beneficiar a la gran banca frente a estos fondos internacionales. Y eso es también lo que parece temerse desde San Caetano.
Incluso se da por hecho que el Estado y el Banco de España tienen todo atado para diluir NCG en una entidad estatal frente a la opción preferida en el Gobierno gallego y en el propio banco, la de traspasarla a un fondo internacional para mantener una cierta galleguidad. Las acusaciones van más allá, ya que conocedores del modelo de la subasta explican que es más que probable que las firmas de capital riesgo que por lo visto le tiran los tejos a Novagalicia tan solo han sido empleadas para subir el precio por el que se acabará vendiendo a uno de los grandes bancos españoles. Y no son pocos los que ya dan por ganadora a La Caixa.
La acusación de falta de neutralidad de subasta en el FROB es generalizada, ya que las condiciones impuestas beneficiarían claramente a los bancos españoles, a la espera de conocerse con detalle las reglas de la subasta y a solo tres días de que concluya el plazo de presentación de ofertas definitivas. Ni el venezolano Banesco ni los fondos internacionales tendrían opciones con un modelo que está provocando divisiones en el propio PP. Feijóo y los suyos no esconden su malestar con la opacidad de un proceso que creen que está siendo manipulado.
Porque el FROB tan solo ha aclarado a medias las reglas de una subasta que se resolverá el lunes. Tal y como publican varios medios, el comprador de Novagalicia Banco obtendría hasta 2.800 millones de euros en créditos fiscales, tal y como se le acaba de informar a los aspirantes. Era algo fundamental y, en el caso de la entidad gallega, finalmente la cifra máxima aprovechable por el comprador llegaría a estos 2.800 millones, un 62% de los 4.500 con los que contaba la firma antes de la reforma.
Pero hay más escenarios que los señalados por el FROB y serán los interesados los que juzguen, con una cantidad mayor o menor de activos fiscales a asumir, según la oferta que puedan hacer. Y aquí reside uno de los principales obstáculos para, por ejemplo, un fondo como Guggenheim, el preferido por Novagalicia y la Xunta. Porque se da por seguro que, a pesar del recorte, los grandes bancos y con grandes beneficios que aspiran a hacerse con la entidad gallega pueden disfrutar del derecho a descontarse esos 2.800 millones en impuestos sobre beneficios futuros. Pero esa opción es mucho más compleja para fondos que solo tendrían el negocio de NCG. Pero, ¿cómo tendría en cuenta el FROB que un precio no estará compensado con el beneficio que aportan los activos fiscales?
Según asegura Cinco Días, la intención del FROB es vender automáticamente Novagalicia si uno de los postores presenta una oferta claramente mejor a las del resto. En detalle, si supera en un 50% a la segunda mejor o si incrementa en 200 millones de euros a la siguiente. El objetivo: ingresar unos 1.500 millones de euros por una entidad que recibió más de 9.000 millones de fondos públicos y outros 800 millones del Fondo de Garantía de Depósitos, además de haber traspasado su carga tóxica al Sareb.
Pero será también el FROB quien tendrá que equilibrar los ingresos efectivos de cada uno de los aspirantes y los activos fiscales que solicita, ya que son derechos a pagar menos impuestos y, por lo tanto, otro impacto en las arcas públicas.