“Los Presupuestos de la Xunta están hechos por un contable que sólo recibe instrucciones”
El economista Manuel Lago hace balance de la situación económica y laboral de Galicia tras un año 2012 que califica como “una catástrofe” para la comunidad. Acusa a la Xunta de no tener “idea ni propuesta alguna para reactivar la economía” y culpa de los pésimos datos de desempleo de la comunidad a la “influencia negativa” de las políticas que llegan desde el Gobierno de Feijóo y que “acentuaron” la crisis en la autonomía.
Los últimos datos de la EPA insisten en las pésimas cifras de empleo en Galicia, pero la Xunta sigue presumiendo de un diferencial positivo que ya es cada vez menor.
Frente a la demagogia están los datos, que reflejan claramente que en crecimiento y en empleo, las cifras de Galicia son muy malas, tanto en términos absolutos como comparándonos con nuestro pasado reciente o con otros territorios. El año 2012 fue una catástrofe en términos de paro porque son las peores cifras de destrucción de empleo en el Estado, pero también en Galicia, que tiene una caída similar a la del conjunto de España. El país perdió unos 50.000 empleos en el pasado año y eso es demoledor.
¿Cuál es el motivo de esta dura destrucción de empleo?
Es una consecuencia anunciada de la situación de la economía europea, española y gallega, pero también de las políticas económicas que se aplican. Europa va camino de entrar en una segunda recesión en cuatro años y eso nunca había ocurrido en tiempos normales. Es consecuencia de la política neoliberal obsesionada con el déficit que impone Merkel y que otros siguen.
Pero la destrucción de empleo es mayor que en otros países europeos. ¿Por qué?
Volvemos a estar bajando por la pendiente de la recesión y cuando hay recesión hay destrucción de empleo, pero es cierto que la elasticidad entre reducción del PIB y caída del empleo en Galicia y España es muchísimo más elevada que en cualquiera otro lugar del mundo. Con cada caída, tenemos una brutal destrucción de empleo, entre otras cosas porque, al contrario de lo que se dice, la normativa laboral española es dura para el trabajador y favorece a las empresas. Teníamos un mercado laboral dominado por los contratos eventuales y, ahora, con la reforma laboral esta precariedad se traslada a los indefinidos y a los empleados públicos, ya que las administraciones se deshacen de muchos más trabajadores de los que se desharían porque tienen más facilidades para hacerlo.
¿Por qué Galicia está perdiendo de manera tan rápida el diferencial positivo con el Estado en relación con el paro?
Galicia partía en la fase inicial de la crisis de una situación mejor que la media española, en parte porque no habíamos desarrollado el mismo nivel de burbuja inmobilaria que en el Mediterráneo. Pero esa ventaja se perdió en estos años porque el ciclo político hizo que Feijóo fuera el primer presidente que empezara a usar Galicia como laboratorio de las políticas neoliberales que luego siguieron otras autonomías y más adelante el Gobierno central de Rajoy. Esa influencia negativa desde lo público fue lo que acentuó nuestros problemas. Otros tardaron más tiempo en aplicar esas mismas políticas y tienen más problemas para ajustar sus cuentas, pero en nuestro país se ajustan las cuentas a cambio de enviar mucha gente al paro y cerrar muchas empresas.
Los Presupuestos de Galicia no parecen cambiar esa tendencia negativa ni esa política...
La posición de Feijóo es la de un devoto, un fundamentalista de los principios del neoliberalismo. No hay nada en los Presupuestos que permita pensar que el Gobierno tiene alguna idea o alguna propuesta para intentar reactivar la economía o llevar a cabo políticas activas de empleo o industriales. El Presupuesto renuncia a eso y se basa en la idea de que el mercado resolverá todo y que tenemos que resignarnos y aguantar mientras vamos reduciendo los gastos para que vayan cuadrando las cuentas.
¿Renuncia totalmente?
El Presupuesto de Feijóo es un Presupuesto de resignación, de tristeza. No hay ninguna idea, ni propuesta ni intento de actuar sobre nada. Son cuentas que no están hechas por un economista político o por un político economista que tenga una visión de país, sino que están hechas por un contable que recibe instrucciones.
¿Qué instrucciones?
Las órdenes estatales son las de cumplir con el techo de gasto, con el déficit, con el nivel de deuda... Y ahí el contable hace la suma y la resta, y si le faltan 400 millones se los quita a los empleados públicos. Es así de fácil para ellos. No hay intención de actuar sobre el desempleo juvenil o de hacer algún plan concreto en la economía productiva. Los Presupuestos son un puro ejercicio contable y por eso la Xunta tiene la consejera de Hacienda que tiene, que creo que nunca ha leido un libro de economía. Es una contable pulcra que hace muy bien las sumas y las restas. Hacer hoy el Presupuesto de Galicia consiste simplemente en cuadras las cuentas. Y hay ejemplos de este método...
¿Como cual?
La Xunta tiene seis programas de políticas activas de empleo que se financiaban, en buena parte, con transferencias finalistas del Estado. El Gobierno del PP decidió reducir eso a un 50% y es lo que hace la Xunta. No se plantea concentrarlos o suprimir alguno para rentabilizar otros, nada de eso, el único que se hace es quitarle la mitad de los fondos. Y punto. Los Presupuestos, para esta Xunta, no pretenden un estímulo económico, ni industrial ni de reducción de desempleo. El presupuesto sólo tiene un objetivo: cuadras las cuentas y que el déficit esté en el 0,7%. Si para eso tiene que cerrar Ferrol como ciudad, pues se cerrará. Es un Presupuesto de encefalograma plano.
Pues desde la Xunta se dice que son unos Presupuestos sociales.
Porque elimina lo que es eliminable: inversiones y partidas destinadas a la promoción del empleo, por ejemplo. Se reduce muchísimo más en todo aquello que debería servir para el desarrollo del país y eso hace que el porcentaje del gasto en pagar nóminas en la enseñanza y en la sanidad ganen en términos relativos, pero el Gobierno está presumiendo de algo que en realidad debería ocultar. Lo que está diciendo es que para poder mantener el gasto corriente, que financia los servicios públicos, renuncia a cualquier estrategia para el desarrollo económico del país. Esa es la clave.
¿Qué alternativas hay en este contexto de grave crisis económica?
Hay comunidades que hacen políticas diferentes a las del PP, pero no podemos engañarnos y pensar que el margen de maniobra que tiene una autonomía puede cambiar la crisis estructural del sistema capitalista. Galicia, aunque gobernase Beiras, no puede resolver problemas de fondo que vienen de la estructura capitalista del conjunto de la UE. La solución para los problemas que tiene la economía gallega tienen que venir de una solución europea y del Estado español también.
¿Qué se puede hacer?
Por ejemplo, España tiene una presión fiscal de diez puntos por debajo del promedio europeo. No obstante, los tipos de IRPF e IVA son iguales a los que paga un francés o un alemán. Lo que ocurre es que aquí hay una fiscalidad muy favorable para las empresas a través del impuesto de sociedades y un enorme fraude fiscal, lo que hace que a pesar de tener tarifas tributarias semejantes a otros estados, se recauden diez puntos menos, concretamente, del 45% del PIB al 35% de España. Diez puntos más de un total de un billón de euros que tenemos son 100.000 millones de euros, de los que tocarían a Galicia unos 4.000.
¿Eso cambiaría mucho las cosas, no?
Eso lo cambiaría todo, todo. Pero si lo que se plantea -como ya le escuché a AGE, BNG y también algo al PSOE- es un incremento de tarifas del IRPF a las personas que ganen más de 60.0000 euros al año, la recaudación sería de 50 o 100 millones de euros, lo que no cambiaría la realidad, aunque sí esté de acuerdo con que habría que hacerlo. Lo que hay que abordar es un cambio en la política monetaria y fiscal de la UE, una redefinición de objetivos de deuda, de déficit, de fiscalidad y de modelo de financiación autonómica en el Estado. En Galicia se debería ejercer el autogobierno para, en aquellos ámbitos donde es posible actuar, pues que se actúe. Hay un ámbito menor en la fiscalidad, pero también de política económica concreta. Y hay ejemplos.
¿Cuáles?
Pues si Feijóo y Javier Guerra no se hubieran cargado el concurso eólico de 2009, cuando aún había primas para renovables y mejores condiciones, es muy posible que en Galicia estuvieran trabajando 10.000 personas más en la fabricación de aerogeneradores e instalaciones. Desde luego que creo que la Xunta puede hacer algo en sectores industriales y productivos importantes y claves del país, donde se debería concentrar el esfuerzo. Ese tipo de políticas concretas en la Universidad, en el conocimiento, en la industria, en la internacionalización, en apoyo económico... Hay un margen de actuación importante y se debe plantear de cara al futuro.