La promesa de no subir impuestos le dura un año a Feijóo

El 5 de octubre de 2012 Galicia vivía la primera jornada de la campaña electoral de las elecciones del 21-O. En el primero día de la carrera por la reelección Alberto Núñez Feijóo eligió un auditorio formado por empresarios en un acto del Instituto Atlántico del Seguro para lanzar una de sus promesas estrella: si volvía a gobernar, en Galicia no iba a haber incrementos tributarios en el ámbito de competencias de la Xunta. Su intención era, literalmente, “no subir impuestos”. Apenas un año después, esa promesa ha desaparecido con el anuncio del incremento de los impuestos sobre hidrocarburos.
Aquel anuncio de Feijóo fue cualquier cosa menos improvisado. No en vano, estaba desgranando una parte de su propio programa electoral, en cuya página 31 los conservadores explicaban que “una subida de impuestos (...) puede resultar doblemente contraproducente, pues además de provocar una contracción mayor de la actividad empresarial, de las inversiones y del consumo interno, puede alterar a su vez la lógica redistributiva estatal propia de los tributos de mayor poder recaudatorio”. Por eso, lejos de decidir subidas desde la Xunta, iban a mantener su apuesta por las “rebajas selectivas” de tributos.
Este mismo argumentario había sido ya defendido por Feijóo y demás dirigentes del PP para rechazar, en el último debate de política general del Parlamento, la imposición de nuevos impuestos a la banca o a las personas que percibieran una renta anual superior a los 100.000 euros. El mismo rechazo se produjo durante el debate de los Presupuestos del presente año 2013, cuando PSdeG, AGE y BNG reiteraron estas reclamaciones y sugirieron otras nuevas, como la puesta en marcha de tributos ambientales, a los propios bancos o a las superficies comerciales. Para la conselleira de Facenda esos incrementos tributarios destinados a las empresas de mayor dimensión y a las personas más acaudaladas no eran “realistas” ni estaban adaptadas a la “realidad económica de Galicia”.

Página del programa del PP en la que se rechazaban las subidas de impuestos en Galicia
Una subida“responsable”
Todas las razones de los populares han girado ciento ochenta grados desde el pasado viernes. Toda la población, con independencia de su renta, tendrá que pagar 3,6 céntimos más por litro de gasóleo y 2,4 céntimos más por litro de gasolina. Si conductores y conductoras quieren llenar el depósito de su vehículo tendrán que preparar alrededor de 1,2 euros más, si es gasolina, o 1,8 euros, para automóviles diésel. Ante el aluvión de críticas el vicepresidente del Gobierno gallego, Alfonso Rueda, salía a la palestra este sábado para considerar el incumplimiento de la promesa electoral “una decisión responsable”, toda vez que “toda” la recaudación -unos 53 millones anuales- va a ir destinada a la sanidad pública, garantiza. Además, la medida “equipara” a Galicia al “80% del territorio de España”, asegura.
Pero el impulso por la protección sanitaria no convence ni siquiera a la Asociación Galega para a Defensa da Sanidade Pública. Este colectivo ciudadano subraya que está “de acuerdo” con que “es necesario aumentar los fondos” para el Servizo Galego de Saúde, pero ven también “evidente” que “este tipo de impuestos sobre el consumo tienen el efecto de profundizar en la desigualdad, porque penalizan igualmente a las personas con pocos recursos económicos y a quien los tienen muy elevados”. “Lo más razonable -señalan- es que los impuestos sean progresivos, de manera que sean mayores para las personas con más recursos”, un precepto “especialmente importante en un momento de grave crisis económica”. “Llama la atención”, critican, que la Xunta decida esta subida “indiscriminada” mientras “mantiene sin tocar algunos como el patrimonio, sucesiones o sociedades, que sí tienen carácter progresivo”.
Al tiempo, la asociación cree necesario “recordar” que “el impuesto sobre carburantes no tiene un carácter finalista y que su subida supone mayores ingresos” que pueden ser “utilizados con fines muy distintos a los sanitarios”. Se puede dar el caso, concluyen, de que la sanidad sea sólo una “excusa para aumentar la presión fiscal sin mejorar la financiación sanitaria”, advierten. Mientras, por las redes sociales circula desde el viernes, no sin ironía, una entrevista televisiva en la que Feijóo aseguraba, después de ganar las elecciones, que “decir la verdad ha sido la clave del éxito”.