El obispo de Mallorca denuncia los discursos de odio contra los migrantes: “Llamarles delincuentes es una calumnia”

Esther Ballesteros

Mallorca —
22 de octubre de 2025 14:00 h

0

El obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, ha hecho este miércoles una llamada contundente a la ciudadanía y a los responsables políticos para que pongan fin a los discursos de odio contra las personas migrantes y a determinadas actitudes que, a su juicio, resultan “inadmisibles”. Entre ellas, el “rechazo” y la criminalización que sufren por parte de diferentes sectores de la sociedad y de la esfera política. “Llamarles delincuentes es una calumnia, una acusación muy grave contra gente que ha tenido que marcharse de su casa”, ha aseverado sobre una de las proclamas más difundidas por la derecha y la extrema derecha, la que relaciona la llegada de extranjeros con la delincuencia y que ha sido ampliamente desmentida por las fuentes oficiales y por numerosos estudios científicos.

En rueda de prensa que ha ofrecido para dar cuenta, de la mano de diversas entidades sociales asociadas a la Iglesia, de la situación de las personas sin hogar en la isla, Taltavull ha alertado, además, de que determinados espacios puestos por la Iglesia a disposición de las administraciones para acoger a menores migrantes no acompañados no han podido ser puestos en funcionamiento “no por una cuestión legal, sino social”, como es el caso del centro de acogida que se preveía habilitar en el convento de Sant Pere, en Calvià, y que pese a estar listo para ello “no se ha podido usar”. Tanto PP como Vox, que conforman el equipo de gobierno del Ayuntamiento, se posicionaron en contra de la apertura de este espacio.

Preguntado al respecto, Taltavull se ha posicionado en contra de la propuesta -finalmente rechazada- que los de Santiago Abascal elevaron al Consell de Mallorca para que los ciudadanos de cada municipio sometieran a votación si deseaban albergar un centro de menores migrantes. “Hay que regularlo, no se puede hacer de cualquier manera, pero no es cuestión de si hay voluntad de hacer un referéndum para decidir si los admitimos o no, sino de tener el corazón abierto, porque son personas”, ha incidido.

El prelado ha señalado que en las últimas semanas ha mantenido encuentros con el delegado del Gobierno en Balears, Alfonso Rodríguez, para estudiar cómo atender a las personas migrantes que llegan en patera a las costas del archipiélago. “Ellos están intentado poner una solución, sobre todo en los puertos. Las conversaciones siguen, no es que lleguemos a cosas concretas pero sí ponernos de acuerdo. Lo que no podemos hacer de ninguna manera es partir del rechazo inicial”, ha subrayado.

Durante su intervención, Taltavull ha ido más allá de los datos sociales para plantear una reflexión ética y política sobre la crisis migratoria. En este sentido, ha lamentado la difícil situación que atraviesan las personas migrantes cuando llegan a Mallorca -y al resto del país- debido al rechazo social y la criminalización por parte de una parte de los ciudadanos, entre ellos segmentos de la sociedad que “viven bien y a quienes no les falta de nada”, y que aun así miran con recelo u hostilidad a los recién llegados.

“Mirar a la persona” independientemente de su origen

“Después viene la discusión política: si los tenemos que admitir o no, si son irregulares o no”, ha añadido: “Para mí hay una cuestión de actitud. Los cristianos hablamos de caridad, que no quiere decir beneficencia. Hay que querer sin esperar que te quieran”. En esta línea, ha apelado, en lugar de discutir, a “mirar a la persona, independiente de dónde viene o de su situación personal”. 

“Hay actitudes que no podemos admitir de ninguna manera cuando vemos este sufrimiento tan grande” porque “hay rechazos que vienen de prejuicios y que provocan un perjuicio para los otros”, ha añadido. A su juicio, este tipo de manifestaciones son incompatibles con la dignidad humana y con la tradición social del cristianismo.

En una de las últimas publicaciones del semanario de la Iglesia de Mallorca, consultada por elDiario.es, Taltavull alude, en este contexto, a las palabras pronunciadas por el papa Francisco en relación con la migración: “Acoger, proteger, promover e integrar”. En las mismas páginas, el obispo recuerda “el mandato evangélico de Jesús, siempre actual y que nos cuestiona: 'Era forastero, y me acogisteis'”. Unas “palabras claras” que, según Taltavull, “no necesitan interpretación”: “Se trata de promover una profunda conversión personal, pastoral, social y política, si es que realmente la palabra de Jesús nos toca el corazón y le damos la respuesta que espera acogiendo los migrantes y refugiados”.

Contra las consecuencias del turismo masivo

No es la primera vez que el religioso expresa se pronuncia en términos de justicia social. En mayo de 2024, alertó de las situaciones de desigualdad que genera el actual modelo turístico en Balears y la masificación derivada de éste, e instó a las administraciones a impulsar otras “fuentes de riqueza más variadas” como la industria o el campo. “Una isla da para lo que da”, expresó, insistiendo en que las políticas que se impulsen “no deben excluir a nadie”.

El obispo mostró incluso su “preocupación” por la saturación en las carreteras de la Serra de Tramuntana, cuyos residentes acusan una masificación que, cada año, alcanza límites extremos en la isla. De fondo, el eterno debate sobre la necesidad de limitar la llegada masiva de visitantes y de buscar un equilibrio económico y medioambiental en un territorio que pide a gritos una solución definitiva. Taltavull también reivindica el fomento de la lengua catalana en las islas y su promoción en los actos religiosos.