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De cita identitaria marginal a evento popular: cómo el festival del partido de Meloni refleja el auge ultra en Italia

“Te hiciste fuerte. Italia con la cabeza en alto”. Este es uno de los lemas de Atreju, el festival anual del partido ultraderechista de Giorgia Meloni, Fratelli d'Italia (Hermanos de Italia). Estos días celebra su edición de 2025 y en los últimos años se ha convertido en un certamen de debate político y cultural de referencia, al que incluso participan adversarios políticos y personajes famosos. Mientras tanto, la formación de Meloni se mantiene estable en el poder, lidera los sondeos y aprovecha su fortaleza para proyectarse a través de este festival, que comenzó siendo un pequeño evento de extrema derecha identitaria y ahora penetra espacios más mayoritarios en Italia.

El evento, celebrado a los pies del castillo de Sant’Angelo de Roma, se presenta como una fiesta abierta a todo el mundo que incluye estantes navideños y un árbol de navidad iluminado con la bandera italiana. Mezcla una imagen festiva con consignas y simbología nacionalista, ofreciendo conferencias y espacios de debate con enfoque derechista o conservador, pero también abiertos al diálogo con los opositores.

En pleno auge y normalización de las ideas de ultraderecha en Europa, el festival ilustra cómo la deriva derechista en Italia se afianzó con fuerza estos años. También muestra cómo participar en un evento fundado en los años 90 por las juventudes del principal partido posfascista de Italia se volvió algo normal hace tiempo, mientras Fratelli d'Italia (FdI) usa Atreju como plataforma para disputar la hegemonía cultural a la izquierda, aseguran varios analistas.

“Atreju pasó de ser una fiesta identitaria en su inicio a un evento no solo abierto a políticos, sino también a deportistas, actores, gente de la televisión o del mundo del espectáculo”, cuenta a elDiario.es Giorgia Bulli, profesora de Ciencias Políticas en la Universidad de los Estudios de Florencia y experta en extrema derecha, remarcando que detrás de ello hay un planteamiento estratégico de comunicación política. “La meta es crear un espacio de debate que destaque también la dimensión nacional-popular de la cultura”, destaca respecto a la aspiración derechista de crear un marco cultural unificador a nivel italiano. 

Para Bulli, la pugna ideológica que hay de fondo es importante: “En italia siempre se planteó el hecho de que la hegemonía cultural estaba en manos de la izquierda. Esta es la acusación de la derecha, que alega que la izquierda estuvo sobrerrepresentada en prensa, editoriales, literatura o cine, en la llamada cultura que cuenta. Esto es algo que FdI quiere cambiar en profundidad”, señala la experta. Y Atreju le sirve para ello.  

Cambiar la cultura que cuenta

En 1998, cuando el evento empezó como un pequeño festival fundado por la propia Meloni y miembros de las juventudes de Alianza Nacional (partido matriz de FdI), pocos imaginaban que el certamen se convertiría en el evento insignia de una formación que lleva más de tres años gobernando Italia, con peso pujante en Europa, aliada privilegiada de los EEUU de Donald Trump y capaz de traer a magnates o líderes de primera línea, como Elon Musk en 2023 o Javier Milei en 2024.

“Siempre pensamos en grande. En este espacio estamos abiertos a debatir con todos”, dice a este periódico Tonino, jubilado, militante del partido de Meloni y voluntario en el certamen desde su inicio. De fondo, suenan villancicos, música pop o canciones de Fabrizio de André –legendario cantautor izquierdista que saltó a la fama en la década de los 60 del siglo pasado–, en una atmósfera que incluye tradición, patriotismo y elementos de referencia común que marcaron la 'italianidad'.

La derecha alega que la izquierda estuvo sobrerrepresentada en prensa, editoriales, literatura o cine, en la llamada cultura que cuenta. Esto es algo que Fratelli d'Italia quiere cambiar en profundidad

“La música es de todos”, añade Tonino, que sirve comida en el mercado navideño del festival. “Nosotros reivindicamos una cultura abierta a todos, no como la izquierda, que se la apropia”, comenta a su lado otra veterana integrante del partido, mientras corta pan y prepara bocadillos. En el recinto se ofrecen productos locales, crepes o cerveza artesana, hay un pesebrista artesano que vende belenes y una pista de hielo en la que patinan niños a la vista de sus padres. Algunos de los asistentes son simples ciudadanos o turistas que se toparon por casualidad con el evento, como una pareja de australianos que paseaba por la zona, en pleno centro histórico de Roma y a poca distancia del Vaticano.

“Ante todo, Atreju es una gran fiesta de Navidad para las familias”, afirma en directo uno de los locutores de Italia llamó, la emisora de radio que informa del evento desde el mismo recinto, donde también se ve a líderes de peso del partido o a representantes locales llegados de otros puntos del país –como Antonio Bonanno, alcalde de la localidad de Biancavilla (Sicilia), acompañado de su familia–. “Este es un lugar de fraternidad, donde notamos sobre todo el sentido de pertenencia”, comenta a elDiario.es su esposa, Giulia, que se encamina a ver una conferencia sobre contenidos deepfake en internet, en la que participa Arianna Meloni, hermana mayor de la primera ministra y jefa de la secretaría política de FdI. 

Arianna, con voz y entonación casi iguales a la jefa del Gobierno italiano, denuncia los insultos que recibe su hermana en el ámbito virtual. “Yo nunca fui a las redes para insultar a quien piensa distinto”, exclama, entre aplausos del público en una sala llena con unos trescientos asistentes.

Atacar e integrar a la izquierda

Fuera, destaca un cartel con la imagen de Giorgia Meloni y la frase “el que no salte es comunista”, ante la que algunos se hacen fotos y selfies. Cerca, otro panel expone declaraciones de varios personajes considerados izquierdistas y denuncia sus “palabras de odio”. Entre ellos, está la relatora especial de la ONU para los territorios palestinos y una de las voces más prominentes contra el genocidio en Gaza, Francesca Albanese, a la que un joven señala y tacha de “cretina estúpida” ante varios acompañantes. En otro panel, aparecen figuras destacadas que el partido siente propias, desde el activista ultraconservador estadounidense Charlie Kirk (asesinado el pasado septiembre) hasta el director de cine italiano Pier Paolo Pasolini, personaje célebre para la intelectualidad y símbolo de la izquierda del país.

En el pasado, aunque en otro formato, el gran evento que también incluía debates políticos, conferencias, conciertos, puestos de comida e, incluso, actividades deportivas era la Festa dell'Unità (Fiesta de la Unidad), que organizaba el histórico Partido Comunista italiano y que tomaba el nombre del periódico l'Unità. Esas fiestas siguen organizándose por todo el país, especialmente en verano, a cargo del principal partido de la oposición, el centroizquierdista Partito Democratico (PD), pero su impacto y concurrencia han ido menguando.

La edición de este año de Atreju, que arrancó el 6 de diciembre y acabará el domingo 14 con un discurso de clausura de la propia Meloni, congrega en intervenciones y conferencias temáticas de todo tipo a personajes tan distintos como el exfutbolista Gianluigi Buffon, Carlo Conti (famoso presentador del emblemático festival de la canción de Sanremo), el actor italiano Raoul Bova o el presidente palestino, Mahmud Abás.

Entre los invitados están los ultraderechistas Marion Maréchal le Pen, de Francia; el líder rumano, George Simion, y Matteo Salvini, ministro de Transportes y socio de coalición de Meloni. Pero también participan los ex primeros ministros Matteo Renzi y Giuseppe Conte –que lideran las fuerzas opositoras Italia Viva y Movimento 5 Stelle–, diputados de partidos izquierdistas como Angelo Bonelli y el periodista y presentador de la RAI Bruno Vespa, una de las caras más populares de la TV pública de las últimas décadas.

Quiere legitimar la idea de que ya no es una fuerza de extrema derecha, mostrar que está abierta al diálogo y que tiene una historia democrática, pese a que sus marcos de referencia son claramente antidemocráticos

“Con Atreju, Fratelli d'Italia se hace un lavado de cara cultural”, opina Luigi Quercetti, analista político y miembro del equipo de prensa del partido progresista +Europa, cuyo líder, Riccardo Magi, también participa este sábado en uno de los debates. Quercetti explica a este periódico que el partido de Meloni intenta, a través del festival, tapar un vacío patente, ya que la ultraderecha “nunca produjo material cultural”, más allá de algún libro de contenido nacionalista, pero ahora “quiere crear un relato” que incluye a los intelectuales de derechas. 

Asimismo, FdI busca presentarse como una fuerza inclusiva que dejó atrás sus raíces fascistas. “Quiere legitimar la idea de que ya no es una fuerza de extrema derecha, mostrar que está abierta al diálogo y que tiene una historia democrática, pese a que sus marcos de referencia son claramente antidemocráticos, empezando por la experiencia del fascismo”, concluye Quercetti, que no ve por ahora un escenario a corto plazo que pueda poner en cuestión el statu quo que Meloni ha ido apuntalando en Italia desde su llegada al poder en 2022.