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Las claves del acuerdo agónico del Brexit entre Reino Unido y la Unión Europea

El primer ministro británico, Boris Johnson (d), posa durante un encuentro bilateral con la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen (i).

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —
24 de diciembre de 2020 22:48 h

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El Brexit parecía el Hotel California de los Eagles, aquel del que uno no puede marcharse nunca por mucho que se despida –“You can check out any time you like; but you can never leave”–. Pero ha tenido que llegar la Nochebuena para encontrar la salida; a una semana de que terminara el periodo de transición dedicado a negociar el acuerdo comercial futuro entre Reino Unido y la UE tras el Brexit a partir del 1 de enero.

El acuerdo, de 1.246 páginas, ha llegado a las 14.44 de este 24 de diciembre, después de nueve meses intensos de negociaciones, sobre todo en las últimas semanas, y en el año de la pandemia del coronavirus. El pacto, al fin y al cabo, pone orden en la ruptura del Reino Unido con la Unión Europea tras el referéndum del Brexit, celebrado hace 1.645 días. Es decir, es un acuerdo comercial y de cooperación que levanta barreras, en lugar de bajarlas, en tanto que la relación futura invariablemente será menos intensa que los 47 años en los que Reino Unido ha pertenecido a la Unión Europea.

Este 25 de diciembre los embajadores de los 27 países ante la UE han revisado el acuerdo con el negociador jefe comunitario, Michel Barnier, y han adoptado un acuerdo cuyas claves son las siguientes.

Libre comercio

El acuerdo no solo cubre el comercio de bienes y servicios, sino también otras áreas, como inversión, competencia, ayudas estatales, transparencia fiscal, transporte aéreo y por carretera, energía y sostenibilidad, pesca, protección de datos, y coordinación de la seguridad social. El documento también establece aranceles y cuotas cero para todas las mercancías que cumplan con las reglas de origen establecidas.

Las dos partes se han comprometido, después de mucho oponerse Reino Unido, a garantizar un level playing field o campo de juego equitativo, “manteniendo elevados niveles de protección en áreas como el medio ambiente, la lucha contra el cambio climático y la fijación de precios al carbono, así como los derechos sociales y laborales, la transparencia fiscal y las ayudas estatales”, afirma Bruselas.

El acuerdo, según las fuentes británicas, “asegura una liberalización arancelaria del 100%” entre Reino Unido y la Unión Europea: “Hoy hemos acordado un acuerdo de cuota cero con la UE”, que “garantiza que los inversores y proveedores de servicios no se enfrenten a restricciones de acceso al mercado, o barreras discriminatorias al comercio, cuando operan o atienden a clientes con sede en la UE. Además, la movilidad de los empresarios”.

El acuerdo también establece un mecanismo vinculante de solución de conflictos y la posibilidad de que ambas partes tomen medidas correctivas, lo que se ha llamado gobernanza.

La UE y el Reino Unido, asimismo, han acordado un nuevo marco para la gestión conjunta de la pesca. “El Reino Unido podrá seguir desarrollando las actividades pesqueras británicas, al tiempo que se protegerán las actividades y los medios de vida de las comunidades pesqueras europeas y se conservarán los recursos naturales”, afirma el Ejecutivo comunitario.

El acuerdo resuelve el problema final, relacionado con la pesca “garantizando un entendimiento”, según ha explicado la jefa del Ejecutivo comunitario, refiriéndose al acuerdo sobre cuotas por el que las flotas comunitarias podrán seguir pescando en aguas británicas –aunque con un recorte del 25% de lo que se pescaba hasta ahora– durante cinco años y medio. A partir de entonces, las cuotas se negociarán año a año.

En el ámbito del transporte, el acuerdo prevé conectividad aérea, por carretera, ferroviaria y marítima continua y sostenible, aunque el acceso al mercado es inferior al que ofrece el mercado único.

El acuerdo también incluye “disposiciones para garantizar que la competencia entre los operadores de la UE y el Reino Unido se desarrolle en igualdad de condiciones, de modo que los derechos de los pasajeros, los derechos de los trabajadores y la seguridad del transporte no se vean socavados”.

“En materia de energía”, dice Bruselas, “el acuerdo proporciona un nuevo modelo de comercio e interconectividad, con garantías de competencia abierta y leal, incluidas las normas de seguridad para alta mar y la producción de energía renovable”.

En cuanto a la coordinación de la seguridad social, “el acuerdo tiene como objetivo garantizar una serie de derechos de los ciudadanos de la UE y del Reino Unido. Esto afecta a los ciudadanos de la UE que trabajan, viajan o se mudan al Reino Unido y a los ciudadanos que lo hagan después del 1 de enero de 2021”, dice Bruselas: “Por último, el acuerdo permite la participación continua de Reino Unido en varios programas de la UE para el periodo 2021-2027 (sujeto a una contribución financiera del Reino Unido al presupuesto de la UE), como Horizon Europe.

Así mismo, explican las fuentes británicas, “proporciona alianzas entre expertos científicos y de investigación del Reino Unido y Europa, no solo a través del programa Horizon Europe, sino también del programa de investigación y formación de Euratom y del programa espacial Copernicus”. Eso sí, Reino Unido ha preferido desvincularse del programa Erasmus.

Seguridad

El Acuerdo de Comercio y Cooperación “establece un nuevo marco para la aplicación de la ley y la cooperación judicial en asuntos de derecho penal y civil”, dice Bruselas: “Reconoce la necesidad de una estrecha cooperación entre la policía nacional y las autoridades judiciales, en particular para luchar y perseguir la delincuencia y el terrorismo transfronterizos. Desarrolla nuevas capacidades operativas, teniendo en cuenta el hecho de que el Reino Unido, como no miembro de la UE fuera del espacio Schengen, no tendrá las mismas condiciones que antes. La cooperación en materia de seguridad puede suspenderse en caso de que el Reino Unido infrinja su compromiso de adhesión continua al Convenio Europeo de Derechos Humanos y su aplicación nacional”.

El Gobierno británico explica que el acuerdo “prevé la cooperación futura entre el Reino Unido y la UE en materia de aplicación de la ley y la cooperación judicial para ayudar a proteger a la ciudadanía y llevar a los criminales ante la justicia. Además de la cooperación en los desafíos de seguridad emergentes, como la seguridad de la información, la seguridad cibernética y la seguridad de la salud, incluido el trabajo conjunto para abordar la propagación de la COVID-19”.

Gobernanza

Otro de los asuntos clave que Reino Unido ha estado bloqueando hasta el final. Cómo operará y se controlará el acuerdo: se establece un Comité de Asociación –Joint Partnership Council–, que “se asegurará de que el acuerdo se aplique e interprete correctamente, y en el que se discutirán todos los problemas que surjan”, afirma la Comisión Europea: “Los mecanismos vinculantes de aplicación y solución de controversias garantizarán que se respeten los derechos de las empresas, los consumidores y las personas. Esto significa que las empresas de la UE y el Reino Unido compiten en igualdad de condiciones y evitarán que cualquiera de las partes utilice su autonomía regulatoria para otorgar subvenciones injustas o distorsionar la competencia”.

Ambas partes pueden tomar represalias intersectoriales en caso de violaciones del acuerdo. Esta represalia intersectorial se aplica a todas las áreas de la asociación económica.

El acuerdo, eso sí, no cubre la política exterior, la seguridad exterior y la cooperación en defensa, ya que el Reino Unido no ha querido negociar este asunto. Por lo tanto, a partir del 1 de enero, “no habrá un marco establecido entre el Reino Unido y la UE para desarrollar y coordinar respuestas conjuntas a los desafíos de la política exterior, por ejemplo, la imposición de sanciones a nacionales o economías de terceros países”, explica Bruselas.

El Acuerdo de Comercio y Cooperación va mucho más allá de los acuerdos de libre comercio tradicionales y “proporciona una base sólida para preservar una amistad y cooperación históricas”.

El acuerdo, según Bruselas, “salvaguarda la integridad del mercado único y la indivisibilidad de las cuatro libertades (personas, bienes, servicios y capitales). Refleja el hecho de que el Reino Unido está abandonando el ecosistema de la UE y sus normas comunes, mecanismos de supervisión y ejecución y, por lo tanto, ya no podrá disfrutar de los beneficios de la pertenencia a la UE o del mercado único. Así, el acuerdo no igualará en modo alguno las importantes ventajas de las que disfrutó el Reino Unido como Estado miembro de la UE”.

A partir del 1 de enero

En esa fecha, el Reino Unido abandonará el mercado único y la unión aduanera de la UE, así como todas las políticas de la UE y los acuerdos internacionales. Se acabará, por tanto, la libre circulación de personas, bienes, servicios y capitales entre el Reino Unido y la UE como hasta ahora se conocía.

La UE y el Reino Unido formarán dos mercados separados; dos espacios regulatorios y legales distintos. Esto creará barreras al comercio de bienes y servicios y a la movilidad e intercambios transfronterizos que no existen en la actualidad, en ambas direcciones.

El Acuerdo de Retirada por el que Reino Unido salió de la UE el 31 de enero de 2020 sigue vigente “para proteger, entre otras cosas, los derechos de los ciudadanos de la UE y los nacionales del Reino Unido, los intereses financieros de la UE y, fundamentalmente, la paz y la estabilidad en la isla de Irlanda”, explica la Comisión Europea: “Gracias a los intensos debates entre la UE y el Reino Unido, el Acuerdo de Retirada y el Protocolo sobre Irlanda e Irlanda del Norte se aplicarán desde el 1 de enero”.

En este sentido, hace una semana el Comité Conjunto UE-Reino Unido se reunió “para aprobar todas las decisiones formales relacionadas con la aplicación del Acuerdo de Retirada. Como parte de estas soluciones mutuamente acordadas, el Reino Unido ha acordado retirar las cláusulas recurridas ante el Tribunal de Justicia de la UE de la ley del Mercado Interior del Reino Unido, y no introducirá disposiciones similares en la ley de impuestos”.

¿Qué queda?

Sin un marco aplicable que regulara las relaciones entre la Unión Europea y el Reino Unido a partir del 31 de diciembre de 2020, se habría generado el caos: las relaciones se verían perturbadas significativamente, tanto las personales como las económicas. Pero se ha conseguido al filo del abismo. A consecuencia de ello, la Comisión Europea “propone aplicar el acuerdo de forma provisional, durante un período limitado hasta el 28 de febrero de 2021”, y pide rapidez al “Consejo [los 27 gobiernos] sobre la firma, aplicación provisional y la adopción del acuerdo”. Esto es algo que podría pasar ya directamente este viernes 25 de diciembre en la reunión de los embajadores ante la UE.

El Consejo, por unanimidad de los 27 Estados miembros, deberá adoptar una decisión que autorice la firma del acuerdo y su aplicación provisional a partir del 1 de enero de 2021. Una vez concluido este proceso, el acuerdo de Comercio y Cooperación entre la UE y el Reino Unido puede firmarse formalmente. A continuación, se pedirá al Parlamento Europeo que dé su consentimiento al acuerdo, lo que podrá pasar en la tercera semana de enero, cuando se celebre el primer pleno de 2021. Como último paso por parte de la UE, el Consejo Europeo debe adoptar la decisión final sobre la entrada en vigor del acuerdo“.

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