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Gritos sin mascarilla en otro bronco debate sobre Venezuela en la Eurocámara impulsado por PP, Ciudadanos y Vox

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —

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Es el sexto debate sobre Venezuela en lo que va de año. La Eurocámara ha aprobado 13 resoluciones sobre Venezuela en los últimos cinco años. Y eso que las competencias sobre política exterior residen en los Estados, que además tienen derecho de veto sobre las iniciativas internacionales de la Unión Europea y, en concreto, sobre el margen de maniobra del Alto Representante y vicepresidente de la Comisión Europea, Josep Borrell.

El motivo del debate, provocado por PP, Ciudadanos y Vox, es una supuesta “misión oculta en Venezuela” hace 15 días, como han repetido Dolors Montserrat, Jordi Cañas y Hermann Tertsch, quienes han acusado de mentir a Borrell por cómo ha gestionado la misión a Venezuela. “He hecho lo que tenía que hacer y lo volvería a hacer. No hemos tenido éxito pero era necesario”, ha zanjado Borrell.

“Ha enviado una misión semiclandestina a negociar con la dictadura de Maduro el aplazamiento de las elecciones [previstas para el 6 de diciembre]”, ha dicho Montserrat: “No se les exige unas elecciones presidenciales, ni siquiera la inmediata liberación de todos los presos políticos, ni el retorno de los exiliados forzosos, ni el cese de la represión, ni tampoco la habilitación de todos los candidatos y partidos. El resultado final será un nuevo engaño de Maduro, que alargará el sufrimiento del pueblo venezolano con más violencia, más pobreza y menos libertad; y la UE no puede contribuir de ninguna manera a esto jamás”.

Sin embargo, la propia Comisión Europea hace dos semanas pasado insistió en que se había informado de la misión a los 27. Es decir, que los gobiernos de los embajadores con los que estaba reunido Casado, habían sido informados previamente de la misión enviada a Venezuela.

El Ejecutivo comunitario salió así al paso de las acusaciones del Partido Popular Europeo, que calificaban de “clandestina” la misión, e indicó que se había informado a los 27 y que contaba con su beneplácito.

“Se ha hecho en el marco de su trabajo diplomático y se ha informado a los Estados miembro antes de viajar”, señaló la portavoz comunitaria, quien defendió que hay un “mandato claro” de los 27 y del Grupo de Contacto para proceder con las mediaciones. “El mandato es para continuar las negociaciones con el Gobierno y la oposición en Venezuela para lograr una transición pacífica en el país”, añadió.

Fuentes del Gobierno español también confirmaron que se había producido ese aviso al Ejecutivo por parte del grupo de contacto de la UE.

Pero no ha sido suficiente para los eurodiputados de la oposición española, que han protagonizado el debate: hasta cuatro eurodiputados del PP han participado (Dolors Montserrat, Antonio López Isturiz, Leopoldo López y Francisco Millán) en el debate para acusar a Borrell de connivencia con el Gobierno de Venezuela.

Durante el debate, socialistas, verdes y la izquierda unitaria han defendido la apuesta por el diálogo con todas las partes apadrinado por Borrell. Manu Pineda (IU/GUE) ha ido más allá, defendiendo la legitimidad de las elecciones en Venezuela y acusando al eurodiputado de Vox, Hermann Tertsch, que ha repetido la jaculatoria “régimen narcoterrorista” para referirse a Venezuela de haber abogado por un “golpe en España”, ante lo que se ha levantado Terstch, sin mascarilla, para pedir la palabra.

De acuerdo con las normas, “los eurodiputados deben respetar las reglas de distancia social y llevar mascarilla dentro del Parlamento Europeo, también en el pleno. Pueden retirarse la mascarilla cuando tienen la palabra”.

Sin mascarilla también y a gritos y desde su escaño ha increpado durante varios segundos el ex presidente del Parlamento Europeo Antonio Tajani, mano derecha de Silvio Berlusconi en la Eurocámara y azote del chavismo cuando presidía la institución. Por su parte, el eurodiputado de Ciudadanos Jordi Cañas, molesto por los calificativos de Borrell durante su intervención –acusó de “lamentable” la actitud de PP, Ciudadanos y Vox– se levantó, sin mascarilla, para hablar, y acabó discutiendo de pie, a voces y con el micrófono apagado con el eurodiputado verde alemán Reinhard Bütikofer, quien tenía la mascarilla bajada durante el rifirrafe.

Tanto los eurodiputados socialistas –Javi López, Nacho Sánchez Amor, Juan Fernando López Aguilar– como el de Catalunya en Comú –Ernest Urtasun, Verdes– han reprochado a PP, Ciudadanos y Vox que usen la Eurocámara para “debates propios de las Cortes españolas”, como tuiteaba la verde alamana Hannah Neumann.

“El comunicado de prensa del régimen de [Nicolás] Maduro en el que se niega a aplazar las elecciones argumentando que no puede por mandato constitucional solo sirve para empeorar la situación política en Venezuela”, ha dicho Borrell en su intervención ante el pleno del Parlamento Europeo: “Ha contestado de manera clara y rotunda diciendo que de ninguna manera van a posponer las elecciones, dado que la Constitución de Venezuela se lo impide porque hay un mandato muy claro de que se deben hacer en una fecha determinada antes de que acaba este año. Lo cual, obviamente, cierra cualquier posibilidad a que el diálogo continúe en la perspectiva que antes he explicado”.

“No habrá un único acontecimiento catártico que haga desaparecer las múltiples crisis que azotan al país. Nuestro papel y nuestra voluntad es ayudar a encontrar una vía que responda a las necesidades y a las propias demandas del pueblo venezolano”, ha dicho Borrell, quien entiende que la negativa de Caracas imposibilita que la UE siquiera se plantee enviar la misión electoral. “No se dan las circunstancias, siguen si darse y tampoco hay un calendario realista”.

El socialista Javi López argumentó que la masiva presencia de eurodiputados españoles en el debate convertía el asunto en un tema “más de política nacional española”, y Sánchez Amor afirmó: “La derecha española ha arrastrado a la derecha europea a un debate que debería producirse en las Cortes españolas”.

La eurodiputada del PNV, Izaskun Bilbao (Renew), pidió “propiciar una solución pacífica, dialogada, duradera y viable para resolver el drama” venezolano, sin que esta tragedia “se utilice como arma arrojadiza en el debate político”. Y Urtasun consideró un “mecanismo habitual de la diplomacia europea” el envío de misiones como la que fue a Caracas.

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