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Líderes de la izquierda reunidos en la ‘contracumbre’ al G20 llaman a resistir contra el “neoliberalismo zombi”

La expresidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, y Pablo Gentili, miembro de CLACSO durante su intervención.

Francisco de Zárate

En el mundo de las Ciencias Sociales, el foro de CLACSO que se celebra hasta el viernes en Buenos Aires debe ser lo más parecido que hay a un festival de música rock. Con charlas de títulos tan serios como “Derecho a la información, medios de comunicación y democracia” o “En defensa de la educación pública”, el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales estrenó el lunes su Foro Mundial de Pensamiento Crítico con colas de varias manzanas para entrar, camisetas de merchandising a las puertas del estadio y jóvenes desperdigados por el suelo mirando pantallas en las que se habla de neoliberalismo, lucha y autocrítica.

Por delante de la expresidenta de Brasil, Dilma Rousseff, y del vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, esta semana la estrella en el estadio del club de fútbol Ferro de Buenos Aires ha sido Cristina Fernández de Kirchner. Fue ella la que provocó las colas del primer día y el canto de bienvenida “Cristina, Cristina, Cristina corazón, acá tenés los pibes para la liberación”. No era difícil de prever. De entre todos los políticos invitados, la expresidenta de Argentina es la única que juega en casa. Además, gran parte de su núcleo duro está entre la juventud progresista que consume estos foros.

“El martes no fue un día de tanta gente, pero el lunes con Cristina.... ella sí es rock and roll”, contó a eldiario.es el actor y locutor Mariano Flax (42), que dice estar encontrando en el foro “mucha esperanza para hacerle frente a toda esta realidad latinoamericana y mundial de gobiernos autoritarios”. En su charla, la expresidenta habló de la falta de actualización de estructuras democráticas inventadas en 1789. “El Ejecutivo y el Legislativo apenas representan el 20% o 30%, cuando uno llega al gobierno apenas cuenta con eso”, dijo. “El 70% o el 80% del poder está fuera y no se elige en elecciones. Me refiero al Judicial, las grandes empresas, los medios de comunicación. Esta situación exige repensar nuevas arquitecturas institucionales, porque hay nuevos actores que antes no existían”.

Si Cristina es rock and roll, García Linera es el galán que le canta boleros a los jóvenes progresistas latinoamericanos. Autor del libro 'La potencia plebeya' y de numerosos artículos académicos sobre los movimientos indígenas y populares en Bolivia, el atildado número dos de Evo Morales reconoció los límites de los gobiernos progresistas latinoamericanos y vaticinó que la “segunda oleada” de la izquierda no tardará en llegar a la región: “Tenemos un neoliberalismo fallido de corto aliento y un mundo incierto, se ha agotado el combustible neoliberal, este es un neoliberalismo zombi”, afirmó García Linera junto al cofundador de Podemos, Juan Carlos Monedero, que recibió en Buenos Aires el premio CLACSO.

Como cuenta a eldiario.es Leandro Morgenfeld, historiador y autor de 'Bienvenido Mr President' (un libro sobre las relaciones de Argentina con los presidentes estadounidenses), los partidarios de izquierdas tienen motivos para temer al nuevo “gobierno fascista” de Brasil, pero también para mirar con esperanza la victoria de Andrés Manuel López Obrador, “que rompe el bipartidismo del PRI y el PAN en México”, y el avance de la izquierda hasta la segunda vuelta de las presidenciales en Colombia, “un país donde la derecha ha sido tradicionalmente muy fuerte”.

Al foro que comenzó el lunes y termina este viernes se han inscrito más de 50.000 personas. La mitad, dicen, viene de otros países de la región. Ayer se escuchaba mucho portugués brasileño en el patio donde las editoriales de Ciencias Sociales (Colihue, Siglo XXI, CLACSO, entre otras) comparten espacio con unos puestos de comida rápida caracterizados por un divertido sincretismo continental. Los panchos (perritos calientes) son de origen estadounidense, sí, pero aquí se venden a la mexicana (con guacamole y nachos), a la peruana (con salsa huancaína y papines) o a la boliviana (con salsa criolla y maíz).

La próxima semana, Buenos Aires volverá a ser noticia por la celebración de la cumbre de presidentes del G20 los días 30 de noviembre y 1 de diciembre. Aunque el gobierno de Mauricio Macri y CLACSO han tratado de ignorarse mutuamente, a los organizadores del foro les ha resultado difícil esquivar el mote de 'contracumbre' del G20 debido a la abundancia de referentes progresistas entre sus ponentes.

De hecho, el expresidente de Uruguay José Mújica canceló su participación este martes por la imagen de contracumbre al G20 que se ha ganado el foro, para evitar poner “obstáculos” a las relaciones entre Uruguay y Argentina

Juan Carlos Monedero, al que el periódico Tiempo Argentino caracterizó como “un expositor de charla TED, pero de izquierdas”, no es el único español entre ellos. El número dos de Ada Colau y su comisionado de cultura, Gerardo Pisarello y Joan Subirats, también figuran entre los participantes.

Pero como dice el politólogo y director de la edición argentina de Le Monde Diplomatique, José Natanson, lo que cambió no ha sido el foro, sino el contexto: “Antes, estos líderes latinoamericanos estaban en el poder, ahora están en la oposición”. En su opinión, el foro de CLACSO tiene puntos en común con el de San Pablo de 1990, iniciado por el Partido de los Trabajadores para hablar del neoliberalismo en América Latina: “Se está tratando de articular un movimiento antiliberal en la región, tiene algo de deja vu”, dice.

Según Natanson, uno de los puntos clave para el avance de la izquierda en la región es el mismo que García Linera señaló en su charla de ayer: ganar la batalla cultural. “Uno de los problemas que tuvieron estos gobiernos de izquierdas en América Latina es que lograron cambiar muchos aspectos de las condiciones de vida para los más pobres, pero hay una subjetividad que permea muchos aspectos de la vida social y es muy difícil ir contra eso, por eso ha sido bastante fácil que surgieran opciones con discursos de derechas o incluso fascistas”.

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