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Meloni lanza la campaña para las europeas con el abrazo a Musk y Abascal, entre orgullo 'anti-progre' y soberanismo

La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, y el líder de Vox, Santiago Abascal, este domingo, en Roma.

Mariangela Paone

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Para las elecciones europeas faltan seis meses pero la larguísima campaña electoral que marcará la primera mitad de 2024 ya ha empezado. Si aún quedaban dudas sobre cuáles serán los términos de la batalla política, los cuatro días de 'Atreju', la fiesta de Hermanos de Italia en Roma, han servido para disiparlas. “500 millones de personas tendrán que elegir entre una confederación de naciones libres y soberanas, y un super-Estado federalista que borra las naciones relegándolas al papel de entidades meramente administrativas. En esta memorable cita con la historia, defenderemos nuestro futuro y con él nuestro pasado, acariciando el sueño de una Europa unida para dar fuerza a la nación a la que pertenecemos por destino y por voluntad”, dijo este domingo Giorgia Meloni, en el cierre de la fiesta romana que ha contribuido a organizar desde la primera edición de 1998 cuando aún era una joven dirigente de la sección juvenil de Alianza Nacional, enamorada de la literatura fantástica y del personaje de La Historia interminable que da el nombre al evento.

Este año era distinto. “Mi fa' specie [se me hace raro] volver este año como primera ministra”, afirmó al principio, en un intercambio de guiños en romano dirigidos a una militancia que la escuchaba entregada mientras hablaba en el mismo escenario en el que un día antes la habían precedido el multimillonario Elon Musk y el primer ministro británico Rishi Sunak. Si Meloni acogió el sábado a Sunak como un “amigo” al que le une la estrategia de mano dura contra la inmigración, la presencia de Musk, la estrella que venía del futuro, sirvió sin embargo para alimentar algunos clásicos del argumentario ultra sobre el calo demográfico, el riesgo de desaparición de las naciones y los peligros de la cultura 'woke', aquel progresismo que —dijo el patrón de Tesla— es “un virus mental”. Música para los oídos de un público militante que este domingo vino a dar a su presidenta lo que ella definió como “una bocanada de oxígeno”.

En lo que inevitablemente se convirtió en la celebración del primer año del partido en el Gobierno y en la reivindicación del papel de su liderazgo para el futuro de los Conservadores Europeos, Meloni casi al final de su discurso afirmó: “Esta vez la definición de conservador encierra el sentido de un desafío, el desafío a la disolución de los valores de lo que para nosotros sigue siendo ante todo una civilización, la disolución de las naciones tal y como las hemos conocido, amado y defendido”.

El amigo 'Santi'

Que los caminos de las elecciones de junio pasan por Roma quedó ya claro cuando, a finales de agosto de 2022, en la campaña electoral que dio finalmente la victoria a Meloni, el presidente del Partido Popular Europeo, Manfred Weber, viajó a la capital italiana para apoyar a Forza Italia y, por ende, a su alianza con la ultraderecha. Un sueño —romper los equilibrios actuales en el Parlamento europeo, con una nueva alianza entre entre los dos grupos— sobre el que los resultados de las elecciones españolas de junio cayeron como una ducha fría, aunque esto no impidiera que el líder de Vox, Santiago Abascal, fuera el invitado estrella de la jornada conclusiva de la gran fiesta de Hermanos de Italia.

Precisamente su asistencia fue uno de los motivos que adujo la líder del Partido Democrático, Elly Schlein, para rechazar la invitación de participar en 'Atreju', al que sí en las varias ediciones acudieron otros representantes el centro-izquierda. “Por mi cultura política no podía compartir escenario con un subvertidor que dijo que a Pedro Sánchez se le tiene que colgar por los pies”, dijo Schlein el sábado, volviendo a recordar las declaraciones hechas por el líder de Vox hace una semana en una entrevista al diario argentino Clarín.

Palabras que también han causado no poca incomodidad entre las filas de Hermanos de Italia y a las que, casi como una clarificación debida, Abascal dedicó este domingo la primera parte de su intervención de menos de seis minutos. “Quiero decir que yo no deseo a nadie ni siquiera a un corrupto y un traidor que le cuelguen por los pies. A nadie, absolutamente a nadie. Esto es algo que me produce repugnancia siempre que ha ocurrido en la historia”, afirmó el líder de Vox, después de lamentar que “la 'siniestra' mediática y política” había “manipulado y retorcido” sus palabras “para hacer una caricatura violenta y lincharme en la plaza pública”.

Meloni no se inmutó ante la polémica y agradeció a “Santi”, como le llamó, su presencia. “Está en su casa”, dijo la primera ministra, en el comienzo de una intervención de 70 minutos en los que no escatimó en críticas a la oposición y volvió a atacar al escritor Roberto Saviano.

Salvini, el socio-rival

También se encargó de fugar las dudas sobre las rivalidades en su Gobierno. “Quiero empezar dando las gracias a Matteo Salvini, quiero dar las gracias a Antonio Tajani por sus discursos, por 14 meses de trabajo conjunto que son también 14 meses de amistad, de lealtad compartida. De sus palabras hemos tenido la confirmación de que si el centro-derecha italiano existe con fórmulas diferentes desde hace treinta años, no es por un accidente de la historia”, dijo, cuando acababa de recibir loas y promesas de lealtad de Tajani y del mismo Salvini que hace quince días había reunido en Florencia a gran parte de la extrema derecha europea, en lo que se interpretó como un desafío al liderazgo de la jefa del Ejecutivo italiano.

“Leí en algún periódico que hoy venía a 'Atreju' como segundo. Bueno, me encuentro muy bien como segundo, sobre todo si quien encabeza el convoy es alguien como Giorgia Meloni”, aseguró esta vez Salvini, en una intervención en la que recurrió a algunos de sus habituales ataques a las “ONG de izquierda”, a George Soros y “los que piensan en una Europa sin fronteras, sin valores, sin trabajo y sin futuro”. “Nosotros ganaremos las elecciones europeas no con la competición en el centroderecha sino poniendo a la izquierda ante los desastres que ha hecho en Europa”, añadió Salvini antes de sumarse a los dardos contra la “transición verde”, blanco de críticas favorito entre los ponentes de la última jornada de 'Atreju'.

Los temores de Buxadé

A primera hora de la mañana, en una de las mesas redondas, había sido el eurodiputado de Hermanos de Italia, Carlo Fidanza, quien había clamado contra “la deriva ultra-ambientalista” o lo que llamó “el fundamentalismo contra el industrialismo”, para después pasar la palabra a Jorge Buxadé, presente en su doble faceta de vicepresidente de Vox y del grupo de los Conservadores Europeos. Y Buxadé habló del tema central de sus preocupaciones de cara a las elecciones europeas. “En los últimos meses en España hemos tenido el ejemplo más evidente de lo que sucede cuando el centro-derecha decide no entender la realidad de la nación y de Europa”, dijo el eurodiputado de Vox lamentando que el PP viera a Vox como un aliado natural en las municipales de mayo para pasar a criticarlo en las generales de julio. “[Pedro] Sánchéz no es solo un peligro para España sino para Europa. Porque Sánchez, y lo hemos visto la semana pasada en Estrasburgo, ha establecido un modelo en España que quiere exportar a toda Europa el modelo del Frente Popular, de los frentes socialistas, comunistas e incluso intentando que el Partido Popular se una a ese frente izquierdista. Ha sucedido en España y también en Polonia. El problema en España ahora mismo es el Partido Popular que no entiende que la realidad ha cambiado”, concluyó en un discurso que recordó el fracaso del pasado reciente mientras todos querían mirar al futuro.

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