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The Guardian en español

Lo que el ataque de Irán a Israel evidencia sobre la política de defensa y seguridad de Netanyahu

Explosiones en el cielo de Tel Aviv tras el ataque iraní contra Israel del 14 de abril

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El ataque de Irán del fin de semana es una señal de que la política defensiva clave de disuasión de Israel se ha visto gravemente dañada por las acciones del gobierno de Netanyahu, según el líder de la oposición israelí, analistas y ex funcionarios israelíes.

“Este gobierno, este primer ministro, se han convertido en una amenaza existencial para Israel. Han hecho añicos la disuasión israelí”, declaró el lunes el líder de la oposición, el liberal Yair Lapid (Yesh Atid).

La política de disuasión de Israel ha sido durante mucho tiempo una obsesión de los círculos políticos y militares del país, y se considera un pilar vital de su seguridad. El término se refiere a las políticas militares –incluidas las represalias a ataques anteriores y el mantenimiento de las capacidades– y al despliegue de poder blando y duro para persuadir a los enemigos de que un ataque no merece la pena.

“Nuestros enemigos miran a este Gobierno y huelen la debilidad”, dijo Lapid, haciendo referencia a una conocida cita del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.

El ataque de Irán contra Israel –bloqueado por las defensas aéreas israelíes, con la ayuda de Estados Unidos, Reino Unido y otros aliados– fue el primero de un Estado extranjero contra Israel en más de tres décadas. Otros signos de que la disuasión se ha debilitado son el ataque de Hamás del 7 de octubre, el conflicto con Hizbulá en la frontera norte de Israel y los intentos de ataques con drones por parte de los hutíes de Yemen.

En un artículo publicado en el diario Ma'ariv tras los ataques iraníes, el comentarista Ben Caspit resumió el estado de ánimo de muchos de los críticos internos de Netanyahu, que han citado el debilitamiento de la disuasión israelí como prueba de la falta de idoneidad del primer ministro para el cargo.

“La disuasión de Israel, que había impedido que Irán le atacara directamente, se vino abajo”, escribió Caspit. “¿Cómo lo dijo una vez Netanyahu?”, añadió, refiriéndose a la misma cita de Lapid: “Cuando el terror huele la debilidad, ataca”.

“Los iraníes han perdido el sentido del miedo. Se acabaron los intermediarios, agentes secretos y los ataques terroristas encubiertos. A partir de ahora, es Irán contra Israel, a cara descubierta. La disuasión israelí, que conseguía que Irán se tragara su orgullo cada vez de nuevo y no atacara directamente a Israel, ahora se ha hecho añicos”.

En el blog del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional, Tamir Heyman, ex jefe de inteligencia de las Fuerzas de Defensa de Israel, describió una nueva y difícil realidad estratégica para Israel: “Israel y Estados Unidos no lograron disuadir a Irán de atacar. Irán consiguió dañar a Israel sin obligar a Estados Unidos a atacar en respuesta con la cooperación de Israel. Israel actuó por primera vez como parte de una coalición. Esto es eficaz e importante, pero limita la libertad de acción en respuesta”.

Michael Milshtein, del Centro Moshe Dayan de Estudios sobre Oriente Medio y África, un thinktank israelí, dijo que aunque la disuasión de Israel se había reducido, el panorama era complejo: “La gran incógnita dramática fue el 7 de octubre, que no sólo fue el momento en que se minó la disuasión básica de Israel, sino que quedó claro que Hamás -contrariamente a las evaluaciones de los servicios de inteligencia israelíes- no fue disuadido en absoluto”.

Más allá de eso, dijo Milshtein, el panorama de la disuasión israelí era más relativo. “Con Irán y Hizbulá la cuestión se vuelve más delicada. ¿Disuadir de qué? Irán podría haber atacado varias embajadas. Hizbulá no está disuadida de un conflicto de desgaste en el norte, pero sí de una escalada, pero en gran medida por el contexto dentro del propio Líbano”.

Al dejar claro que no apoyaría un ataque ofensivo de Israel contra Irán, el Gobierno de Biden ha definido con nitidez los límites de lo que Israel puede contar como apoyo exterior, haciéndose eco de ello el Reino Unido y otros países.

Otros han señalado el hecho de que es muy poco probable que los países árabes que cooperaron con Israel de diversas formas para defenderle del ataque iraní del fin de semana ayuden en un ataque israelí contra Irán, lo que sugiere la fragilidad incluso de esa coalición.

H.A. Hellyer, investigador asociado del Royal United Services Institute, también dijo que veía un panorama complicado. “Cuando Irán atacó, lo hizo con una coreografía masiva”, ha dicho, refiriéndose al hecho de que el ataque no sólo había sido anunciado con antelación, sino que Estados Unidos y sus vecinos habían sido advertidos: “Si no hubiera estado tan bien coreografiado, si hubiera sido una sorpresa total, creo que se habrían derribado menos misiles y otros habrían logrado pasar. Y creo que, aunque es sin duda un cliché decir que Israel está completamente en deuda y depende de Estados Unidos, también es cierto que si Estados Unidos y otros aliados no hubieran estado al lado de Israel habríamos visto un resultado diferente. El hecho de que Israel haya tenido que depender de una coalición contiene un mensaje: que no se puede imaginar que siempre vaya a ser así. No creo que la gente lo haya entendido bien antes, que sin el apoyo estadounidense realmente no hay forma de que Israel mantenga su paradigma de seguridad de la forma en que lo ha hecho”.

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