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The Guardian en español

Azerbaiyán montó una trama de blanqueo de capitales y sobornos de 2.500 millones de euros en Europa

El presidente de Azerbaiyán, Ilham Alíev, y su esposa Mehriban Alieva en 2013.

Luke Harding / Caelainn Barr / Dina Nagapetyants

Según una investigación publicada por el periódico the Guardian, la élite gobernante de Azerbaiyán montó una trama secreta de 2.400 millones de euros para pagar a destacadas figuras europeas, comprar bienes de lujo y blanquear dinero valiéndose de una red clandestina de empresas británicas.

Los datos filtrados demuestran que la cúpula política de Azerbaiyán, acusada de abusos sistemáticos contra los derechos humanos, corrupción generalizada y amaño de elecciones, realizó más de 16.000 pagos encubiertos entre 2012 y 2014.

Parte de ese dinero se destinó a políticos y periodistas en el marco de una operación internacional de lobby para frenar las críticas al presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, y promover una imagen positiva del país de los petrodólares. No hay ningún indicio de que los destinatarios estuvieran al tanto del verdadero origen del dinero. Les llegó a través de una ruta oculta.

Pero estas revelaciones dejan en evidencia, una vez más, el abuso del sistema corporativo británico desregulado para mover grandes sumas de dinero de un lado a otro, lejos del alcance de reguladores y autoridades tributarias. Se gastaron 7,6 millones de euros en bienes de lujo y en matrículas de escuelas privadas en Reino Unido.

El dinero llegó a las empresas británicas (todas sociedades limitadas del Registro de Sociedades Mercantiles de Londres) mediante el sistema financiero occidental sin levantar ninguna sospecha y a través de una serie de turbios pagadores en Rusia y Azerbaiyán. Uno de los bancos más importantes de Europa, el Danske, procesó los pagos a través de su sucursal en Estonia.

El banco Danske ha comunicado que hubo “blanqueo de capitales y otras prácticas ilegales”. La entidad se dio cuenta de los pagos irregulares por primera vez en 2014. El regulador financiero de Estonia ha afirmado que los sistemas diseñados para detener el blanqueo de capitales de dinero en la sucursal de ese país habían fallado.

La trama ha sido bautizada como “la lavandería azerbaiyana”. Varios registros bancarios confidenciales se han filtrado al periódico danés Berlingske y han sido compartidos con la Red de Investigación del Crimen Organizado y la Corrupción (OCCRP, por sus siglas en inglés), the Guardian, y otros medios asociados. Los datos abarcan un período de 30 meses. Lo que se acaba de publicar podría ser solo la punta del iceberg.

La diplomacia del caviar

Los registros bancarios filtrados muestran múltiples pagos a varios antiguos miembros de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa. Uno de ellos es Eduard Lintner, exparlamentario alemán y miembro de la Unión Social Cristiana, el partido bávaro gemelo de la Unión Demócrata Cristiana de Angela Merkel. Otro de los nombres es el del expresidente del grupo de centroderecha en la Asamblea, el italiano Luca Volontè.

Los pagos llegaron en un momento en que Azerbaiyán sufría duras críticas por arrestar a periodistas y activistas de los derechos humanos y por amañar elecciones. Se supone que el régimen buscaba acallar las críticas de Europa y EEUU sobornando a los delegados, en lo que ha pasado a llamarse “la diplomacia del caviar”.

Lintner dejó su cargo de parlamentario en 2010, pero continuó defendiendo firmemente a Azerbaiyán. Fundó en Berlín la sociedad por la promoción de las relaciones entre Alemania y Azerbaiyán, que recibió 819.500 euros. Tan solo dos semanas después de un viaje de Lintner a Azerbaiyán como observador de las elecciones presidenciales de 2013, el exparlamentario recibió un pago de 61.000 euros.

Lintner afirmó que la votación estaba “al nivel de las elecciones alemanas”, en contradicción directa con los “graves problemas” que encontraron los observadores oficiales.

Lintner argumenta que recibió el dinero para su sociedad, que no sacó provecho alguno y que en ese momento no era ni parlamentario ni miembro del Consejo de Europa. Según Lintner, una ONG de Azerbaiyán pagó su viaje para participar en las elecciones. 

Los detalles del dinero recibido por Volontè salieron a la luz en 2016 y causaron indignación. En varios pagos a su fundación Novae Terrae, con sede en Italia, Volontè recibió más de dos millones de euros. Los fiscales de Milán le han imputado por lavado de dinero y corrupción. Volontè niega haber cometido un delito y está intentando que se levanten los cargos en su contra.

La conexión con Reino Unido

Las cuatro firmas en el epicentro de la 'lavandería azerbaiyana' eran todas sociedades limitadas registradas en Reino Unido. Sus nombres son: Metastar Invest, establecida en una dirección para recibir notificaciones en Birmingham, Hilux Services y Polux Management, con sede en Glasgow, y LCM Alliance, de Potters Bar, Hertfordshire. Sus “socios” corporativos son entidades en paraísos fiscales con residencia legal en las Islas Vírgenes Británicas, Seychelles y Belice.

Según el investigador financiero internacional L. Burke Files, la estructura de estas empresas era “opaca a propósito”. De acuerdo con los investigadores, los delincuentes extranjeros usaban las sociedades limitadas escocesas o SLP (por sus siglas en inglés). Conforme aumentaban las evidencias de fraude, el Gobierno anunció en junio que las SLP deberían especificar el nombre de los dueños o enfrentarse a sanciones económicas.

“Nadie sospecha de Escocia. Nunca ha aparecido en la lista de países que no cumplen con las normas establecidas por el Grupo de Acción Financiera contra el Blanqueo de Capitales (GAFI)”, afirma Files. “Si alguien va a blanquear dinero, probablemente sea mejor no hacer la triangulación entre Rusia, Malta y las Islas Caimán. Si uno se pone a pensar, ¿Escocia levantaría sospechas? La respuesta es no”.

Las cuatro empresas británicas aparecen nombradas como canales de pago en el caso de la fiscalía italiana contra Volontè. Desde entonces, todas se han disuelto.

La familia actualmente en el poder en Azerbaiyán no aparece nombrada directamente, pero las pruebas de sus vínculos son abrumadoras. Grandes cantidades de dinero llegan a través del Banco Internacional de Azerbaiyán. Propiedad del Estado, es el banco más poderoso en un país lleno de petrodólares. Sin embargo, a principios de verano pidió ser declarado en quiebra en Nueva York. Los ministerios de Defensa y de Emergencia de Bakú también contribuyen con dinero en efectivo.

La trama se usaba también para pagar los gastos imprevistos del Gobierno, entre los que se incluyen las facturas médicas de Yaqub Eyyubov, el primer ministro adjunto de Azerbaiyán. Hubo pagos separados para el hijo de Eyyubov, Emin, embajador en la UE de ese país, y para el secretario de prensa del presidente, Azer Gasimov.

En la maniobra de blanqueo también figuran socios comerciales del presidente de EEUU, Donald Trump, por un proyecto para construir una lujosa torre Trump en Bakú.

No queda del todo claro de dónde proviene el dinero utilizado en la trama. El Gobierno ruso puso 25 millones de euros en la trama de blanqueo a través de su principal empresa armamentística, Rosoboronexport. Varias de las transacciones tienen vínculos con otra trama de blanqueo de capitales que asciende a 16.800 millones de euros, operada desde Moscú entre 2010 y 2014. Esta maniobra, la Lavandería Global, fue revelada por la OCCRP, Novaya Gazeta y the Guardian en marzo de este año.

Un momento complicado para el Consejo de Europa

Los detalles de los pagos de Azerbaiyán a varios exparlamentarios del Consejo de Europa salen a la luz al tiempo que comienzan en este organismo una serie de sesiones confidenciales sobre la supuesta corrupción en la asamblea parlamentaria de la institución. El Consejo de Europa es uno de los organismos de protección de los derechos humanos más antiguos y actualmente está implicado en varios escándalos.

Pieter Omtzigt, parlamentario holandés de centroderecha que lideró las peticiones de investigación, ha afirmado que por fin el organismo está haciendo un trabajo “serio y creíble” sobre sus actos. Pero el caso Volontè revela un problema “sistemático” en la asamblea, sostiene.

“Claramente evidencia las deficiencias de la asamblea en su conjunto”, cuenta a the Guardian. “En cualquier parlamento normal, si un tribunal extranjero decide que has pagado a un miembro del Parlamento y que esa persona está siendo investigada por corrupción, se inicia algún tipo de proceso” [en tu contra].

Omtzigt afirma que los miembros de la asamblea parlamentaria no declaran los regalos que reciben, dado que solo se han registrado dos objetos en el registro de regalos en los últimos 15 años.

Otro caso que afecta al organismo es el del presidente de la asamblea, el español Pedro Agramut, que en un principio se opuso a la investigación, pero finalmente perdió la batalla tras debilitarse su autoridad por otro escándalo. Se espera que Argamut sea destituido en un voto de confianza en octubre por reunirse con el presidente sirio, Bashar al Asad.

Traducido por Francisco de Zárate

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