El Ministerio de Defensa ruso ha afirmado este martes que ha abierto tres corredores humanitarios desde la planta de Azovstol, en la asediada Mariúpol, para que los militares ucranianos que aún resisten allí puedan salir de forma segura, siempre y cuando depongan las armas.
Rusia asegura que, desde las 14.00 hora de Moscú (13.00 hora española), las fuerzas rusas han declarado un alto el fuego a lo largo del perímetro de la fábrica metalúrgica, donde según el Kremlin resisten los últimos defensores ucranianos de la ciudad, y han establecido tres convoyes para que las tropas que se rindan puedan huir.
De acuerdo con la información rusa, cada convoy humanitario consta de 30 autobuses y automóviles, así como de diez ambulancias y personal de enfermería. Rusia afirma que ha dispuesto “puntos de encuentro y alojamiento temporal” en las rutas que afirma haber desplegado, con puntos de alimentación y atención médica primaria.
“En todas las rutas abiertas para que circulen los convoyes humanitarios, las Fuerzas Armadas de Rusia, junto con las formaciones de la República Popular de Donetsk [las fuerzas prorrusas del Donbás], se garantiza un estricto alto el fuego”, afirma Defensa.
Rusia destaca que ha trasladado esta información a la vice primera ministra ucraniana, Irina Vereshchuk, aunque Ucrania no se ha pronunciado por el momento acerca de esta información ni sobre el ultimátum que había ofrecido Rusia a las tropas atrincheradas en Azovstol.
Las tropas del Kremlin han ofrecido estos pasillos humanitarios exclusivamente al personal militar de la planta, dado que asegura que allí no se refugian civiles, algo que niegan las autoridades locales, que cifran en al menos mil los ciudadanos no militares que se resguardan en este gigante complejo siderúrgico, repleto de túneles y recovecos.
Desde el inicio del conflicto, Ucrania ha reclamado operaciones humanitarias para evacuar a la población civil de la ciudad portuaria, sitiada por los rusos, pero hasta el momento no ha conseguido acordar este tipo de medidas con las fuerzas del Kremin. Según las autoridades locales, quedan unas 120.000 personas en la ciudad.