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Rise of Incarnates - Impresiones PC

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Jaime Pérez

Madrid —

Es curioso que a estas alturas no haya apenas estudios que hayan apostado por desarrollar un juego de lucha por equipos en formato cooperativo, y digo curioso porque casi todas las ideas y mecánicas de juego necesarias para ponerlo en práctica, ya han sido ya probadas y aceptadas en otros tantos géneros. Vivimos en la era del juego online y a todos nos resulta familiar pegar tiros con otras personas o amigos en un mismo escuadrón, o librar batallas más desenfadas en cualquiera de los MOBAs disponibles, por no mencionar juegos deportivos, de estrategia o incluso de plataformas. Entonces, ¿Cómo es posible que cueste encontrar un juego de lucha donde poder competir junto a un amigo?

Salvo un puñado de juegos clásicos de lucha libre, o los tímidos amagos de algunas de las grandes sagas con y sus formatos “tag” donde los luchadores se alternan para saltar al escenario, se nos ocurren muy pocos ejemplos donde se pueda decir que un título de lucha respeta escrupulosamente un concepto de juego tan sencillo como disputar un 2v2.

En Bandai Namco parecen ser conscientes de este vacío, motivo por el cual han puesto en marcha este interesante proyecto llamado Rise of Incarnates.

Aunque el juego se encuentra a día de hoy en una fase todavía temprana de su desarrollo, ya supone toda una declaración de intenciones sobre lo que se pretende llevar a cabo. Por una parte, tenemos batallas entre cuatro personajes, con dos contendientes en cada bando, y por otra, un sistema de combate simplificado al máximo en el que la habilidad con los botones o el timing pasa a segundo plano en favor de un planteamiento más táctico donde la colaboración con el compañero es la clave del éxito.

Los combates en Rise of Incarnates se desarrollan en escenarios tridimensionales abiertos, tan abiertos que ni siquiera cuentan con demasiados obstáculos, recovecos, ni elementos móviles. El planteamiento es más sencillo y directo, con un objetivo muy claro: que la propia batalla cobre todo el protagonismo, dejando el escenario como un simple lugar donde hacer la puesta en escena.

Cada personaje cuenta con una serie de golpes que se ejecutan de la misma manera, algo que evita tener que aprenderse demasiados comandos o listas de golpes. Sólo las habilidades especiales, los atributos y especialmente el alter ego que son capaces de invocar en forma de personaje mitológico, distinguen a unos personajes de otros.

Los cuatro personajes que se conocen hasta ahora son el Dr. Gasper Watteau y su invocación el Grim Reaper, Terrence Blake y Ares, Mireia Valentin y Lilith, y por último Jedrek Tyler y Mephistopheles, aunque teniendo en cuenta la naturaleza free-to-play del juego, cabe esperar ver unos cuantos más disponibles para desbloquear o comprar opcionalmente con dinero real.

Una vez nos enfrascamos en el combate, veremos que apenas se necesita una curva de aprendizaje, porque los controles están reducidos a la mínima expresión. Contaremos con dos botones de ataque, uno cuerpo a cuerpo a cuerpo y otro a distancia, un botón para invocar, un botón para saltar y un gatillo para realizar los golpes especiales. En defensa tampoco nos complicaremos demasiado la existencia, porque contamos con un único botón que nos sirve para generar un escudo que nos protege de cualquier ataque que nos llegue desde la dirección donde estamos mirando.

La gracia reside en la combinación de nuestros movimientos y golpes con los de nuestro compañero, una de las tácticas más utilizadas es intentar dar caza a uno de nuestros dos oponentes cuando se encuentre en una situación de vulnerabilidad al alejarse de su compañero. Si además lo hacemos en equipo, mucho mejor, porque será el momento de combinar nuestros golpes y provocar el máximo daño posible antes de que su amigo acuda al rescate.

Por supuesto, podremos enzarzarnos cada miembro del equipo contra un enemigo diferente, pero si en un descuido, uno de ellos nos lanza por los aires y el otro está avispado, podrá rematarnos con un devastador golpe mientras nos encontramos indefensos en el aire. La clave está en la colaboración, la comunicación y sobre todo en coordinar bien las acciones con el compañero.

Puede que sea demasiado pronto para sacar conclusiones y aunque la idea parece ser realmente buena, no podemos evitar que a día de hoy Rise of Incarnates también nos provoque ciertas dudas, especialmente en lo que se refiere a su nivel de profundidad.

Un título free-to-play suele buscar la mayor cantidad de público potencial gracias a una experiencia accesible para cualquiera, e intentar buscar esa premisa de “fácil de controlar, difícil de dominar”, aunque por lo visto hasta ahora, nos tememos que la escasez de variedad en cuanto a repertorio de golpes y falta de complejidad en el escenario pudieran hacer del juego algo tan fácil de controlar como de dominar, lo cual sin duda podría llegar a espantar a los jugadores hardcore.

Saldremos de dudas cuando el juego vea la luz en exclusiva para PC en algún momento del tercer trimestre de este año.

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