ALBA pide reducir la presencia estadounidense en Haití
La situación en Haití continúa siendo desoladora. La cifra de muertos no para de crecer a medida que se finalizan las tareas de rescate. Así lo ha confirmado la ministra haitiana de Comunicación y Cultura, Marie-Laurence Jocelyn Lassegue, quien ha anunciado que el número oficial de fallecidos a consecuencia del terremoto ha ascendido a 150.000 personas.
Lassegue, sin embargo, ha matizado que esta cifra se limita al número de cadáveres enterrados en fosas comunes en la capital, Puerto Príncipe, y que probablemente queden muchos miles de cadáveres más enterrados bajo las ruinas de los edificios derruidos, informa la cadena de televisión estadounidense ABC.
Ya terminadas la tareas de rescate debido a las escasas posibilidades de encontrar supervivientes entre los escombros trece días después del terremoto, los esfuerzos humanitarios en Haití se concentran ahora en el reparto de agua, comida y provisiones entre la población.
Sin embargo, parece que la tierra no quiere dar una tregua al pueblo haitiano,
ya que un nuevo terremoto de 4,7 grados en la escala de Richter sacudió este domingo por la tarde Haití, según informó el Servicio Geológico de Estados Unidos. El seísmo tuvo su epicentro a 4,1 kilómetros de profundidad y a apenas 30 kilómetros al oeste de Puerto Príncipe.
Mientras, en el plano internacional, la presencia militar de Estados Unidos en el país caribeño sigue siendo polémica. Los ministros de Asuntos Exteriores de la Alianza Bolivariana para los pueblos de América (ALBA) han instado a Naciones Unidas a que asuma la coordinación de la ayuda internacional que llega estos días a Haití, donde se hace patente la presencia militar de Estados Unidos.
Los representantes de la Alianza, reunidos de forma extraordinaria en Caracas, se mostraron críticos con el despliegue estadounidense por entender que no es un mecanismo efectivo para afrontar la situación de desastre. De hecho, varios de sus países, como Venezuela o Bolivia, han criticado frontalmente a Washington, e incluso denuncian que su intención es asumir el control de Haití.
Los ministros también discutieron la posibilidad de crear un fondo de reconstrucción financiado por el Banco de ALBA y otras entidades dispuestas, informó Telesur. A esta ayuda económica se añade, además, el envío de un nuevo grupo de médicos o de suministro energético a través de Petrocaribe.
El canciller venezolano, Nicolás Maduro, enmarcó todas estas ayudas en un contexto de solidaridad con Haití y recalcó que no pretende atacar la independencia política local. “Estoy seguro que este plan ayudará a la reconstrucción de un Haití independiente y soberano, que se levante por encima de esta tragedia que está viviendo”, afirmó Maduro, durante una llamada de teléfono al programa dominical del presidente Hugo Chávez, Aló, Presidente.
Por su parte, Chávez remarcó la importancia de que los haitianos “no pierdan sus raíces después de estas tragedias” y vinculó este aspecto con la implantación de planes de educación y la construcción de escuelas. “La ALBA cumplirá, estamos y estaremos con Haití”, manifestó.
El ministro de Exteriores cubano, Bruno Rodríguez, señaló durante su intervención en el foro extraordinario que la ALBA no fue a Haití cuando se produjo el seísmo porque ya “estaba en Haití y compartió lo que se vivió allí”, por lo que defendió la autoridad de la organización para opinar respecto a la situación que vive el país más pobre del continente.
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