Árboles singulares de La Rioja: ¿Sabes dónde está el árbol más grueso y el más anciano?
Los árboles singulares se comenzaron a declarar para dar a conocer el patrimonio natural de La Rioja y favorecer su conservación. Son los árboles y arboledas que se consideran excepcionales por diversos motivos, bien puede ser su gran tamaño, sus formas originales, su longevidad, su belleza o su importancia cultural, histórica o científica.
En La Rioja hay cerca de 170.000 hectáreas arboladas con especies mayoritariamente mediterráneas pero también algunas propias de zonas de montaña de la España húmeda. Existen también otros árboles que adornan plazas, calles y jardines. Entre todos ellos, hay árboles y arboledas que destacan por diversos motivos, por ser únicos.
Es la Comunidad Autónoma de La Rioja la que determina que un árbol es singular y lo hace siguiendo un procedimiento administrativo que figura en el Reglamento de desarrollo de la Ley 2/1995, de 10 de febrero, de Protección y Desarrollo del Patrimonio Forestal de La Rioja.
Los más llamativos dentro de estos árboles singulares son los de gran tamaño. En La Rioja, los troncos más gruesos están en Sojuela. Se trata de un conjunto de seis olivos cuyos troncos superan los 6,5 metros de diámetro. El mayor de todos es el olivo de Emiliano, un árbol de cuatro brazos desde su base con un perímetro de 14 metros. Destaca también el olivo de Florentino, con un imponente tronco de 7,5 metros sin brazos ni bifurcaciones.
En cuanto a las especies naturales o silvestres, el primer puesto es para el roble de la Solana, ubicado en una antigua dehesa de Canales de la Sierra. Le sigue el tejo de Anguiano, el más longevo de los árboles de La Rioja, con un diámetro de tronco de 7,04 metros.
Consejos para visitar un árbol singular
Antes de comenzar, debes tener en cuenta que vas a visitar a un ser vivo muy especial e irrepetible por su edad, tamaño, rareza o historia.
Cuando programes la excursión conviene que conzcas de antemano que en algunas pistas forestales no está permitido el paso de vehículos a motor. Tampoco debes olvidar que en todo momento es necesario el permiso del propietario en los árboles singulares situados en propiedades privadas.
Si llegas en coche, aparca en las zonas autorizadas para ello.
Durante el trayecto de visita al árbol singular respeta las señales e indicaciones de paso.
Durante el paseo muévete sin alterar el espacio ni molestar a sus habitantes, la fauna o la flora.
No te subas al árbol singular, si todos lo hiciéramos terminaríamos deteriorándolo.
No cortes, dañes, escribas o marques en ninguna parte del árbol, piensa que el árbol singular es un monumento vivo muy frágil en la mayoría de los casos.
Procura no pisar las raíces que queden al aire ni pisotear en demasía el suelo de los alrededores del árbol singular para no dificultar su aireación.
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