Berlusconi se enfrentará a una moción de confianza en septiembre
Tras las dudas sobre si el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, adelantaría o no las elecciones, el anuncio de una moción de confianza en septiembre augura que la posibilidad de que se celebren comicios antes de tiempo es cada vez más probable. El anuncio lo ha realizado Fabrizio Cicchitto, portavoz del grupo parlamentario del Pueblo de la Libertad (PDL), quien ha asegurado que de ser derrotado, Berlusconi dimitirá de su cargo.
El primer ministro presentará en septiembre al Parlamento un programa basado en cuatro puntos (reforma fiscal, de la justicia, federalismo y ayudas al sur del país), que espera aprobar para “renovar así la confianza en el Gobierno”, según apuntó Cicchito.
Quien juega un papel clave en esta encrucijada es el grupo de Gianfranco Fini, Futuro y Libertad para Italia (FLI). Fini, presidente de la Cámara de los Diputados, fue expulsado del PDL hace dos semanas por los disentimientos constantes con Berlusconi, provocando una pérdida de poder en el grupo del primer ministro. Desde entonces, la posibilidad de que las elecciones sean adelantadas ha sido una constante en Italia.
Si Fini y sus seguidores votaran en contra, quedaría claro que Berlusconi no cuenta con el apoyo suficiente que necesita para legislar holgadamente. Además, se pondría de relieve la condición que Il Cavaliere puso a su continuación al frente de Gobierno: tener una muestra de debilidad política.
No obstante, que las elecciones se adelanten no depende del propio resultado de la moción de confianza, sino de lo que Berlusconi decida después de ésta, tal y como ocurrió el pasado miércoles con una moción de censura presentada contra Giacomo Caliendo, subsecretario de Justicia acusado de pertenencia a una sociedad secreta que influye decisiones políticas y judiciales.
En esa ocasión el partido de Fini y la Unión de los Demócratas Cristianos y de Centro (UDC), la Alianza para Italia (API) y el Movimiento para las Autonomías (MPA) se decantaron por la abstención, lo que permitió que la moción no se aprobara. El PDL interpretó el resultado como un triunfo relativo, no suficientemente negativo como para anunciar las elecciones pero tampoco tan claro (fueron 299 votos en contra, 229 a favor y 75 abstenciones, una mayoría simple) como para negar que éstas fueran a producirse antes de la fecha que les corresponde.
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