Desmantelan una red que secuestraba a camioneros para robar la mercancía
Agentes de la Guardia Civil detuvieron la madrugada del pasado martes 2 de marzo a 17 personas, todas de nacionalidad española, que conformaban un grupo organizado dedicado a “asaltar y secuestrar camiones para robarles la mercancía que transportaban, para lo cual se hacían pasar por policías locales, guardias civiles o vigilantes de seguridad”, según explicó el comandante Castillo, Jefe de Operaciones del Departamento de Delincuencia Organizada de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, quien valoró en 6 millones de euros la mercancía sustraída en los meses transcurridos desde el inicio de la investigación.
La operación 'Junco',
iniciada en octubre del año pasado tras la comisión de “varios robos con violencia en la provincia de Toledo”, se desarrolló en Madrid, Ávila y Sevilla y permitió detener a “los principales integrantes de la organización”, que se dividía en tres células y que actuaba en Madrid, Extremadura, Castilla La Mancha y Asturias.
Sin embargo, aunque han sido detenidas 17 personas y el comandante aseguró que la organización “está totalmente desmantelada” a juicio de la Guardia Civil, Castillo fijó en “alrededor de 27” la cifra de miembros de la banda, por lo que todavía quedan por detener “unos diez individuos”, a los que no se capturó “durante la fase de explotación de la operación”. Se trata de personas vinculadas a la banda y que “forman parte del aparato logístico” de venta de la mercancía sustraída.
En este caso, a los detenidos el martes se les imputan, desde el comienzo de la investigación, “57 acciones delictivas” que agrupan varias modalidades de “robo con violencia”, como el atraco a “joyerías, administraciones de lotería, cines y establecimientos de alimentación”. Según estimó el comandante, sólo el valor de “los seis camiones incautados” al grupo durante la investigación, y su mercancía, “ronda los 6 millones de euros”.
En este sentido, el jefe de Operaciones del Departamento de Delincuencia Organizada destacó la entidad de los delincuentes, españoles y “muchos con antecedentes penales, alguno incluso con sentencias por homicidio”, a los que tildó de “históricos”. “No se les conoce actividad profesional, llevaban un tren de vida elevado y presentaban un amplio historial delictivo. Es gente joven, de 20 a 35 años, cuya forma de vida es el crimen, del que hicieron un estilo de vida”, evaluó.
MODUS OPERANDI
Desde el primer momento, las investigaciones permitieron a la Guardia Civil confirmar la existencia “de un grupo organizado y jerarquizado, distribuido en tres células”, especializado en robos con violencia. No obstante, “cada célula” tenía “diferentes formas de actuar”, según apuntó Castillo.
Una de ellas se dedicaba a asaltar transportistas, a los que secuestraban para hacerse con la mercancía. Para ello, “vestidos con uniformes de policías locales, guardias civiles o vigilantes, les obligaban a parar y bajar del camión con la excusa de que iban a inspeccionar la carga”, relató.
Una vez el conductor había descendido del camión, lo forzaban y le obligaban a subir a uno de los vehículos del grupo, en el que permanecía secuestrado circulando por diferentes carreteras con abundante tráfico, para no despertar sospechas. “Se trataban de grupos de 4 u 8 personas, que actuaban principalmente en las vías de circunvalación de Madrid y que abandonaban a los camioneros en la zona suroeste de Madrid, en la A-5”, dijo.
Durante ese tiempo el resto de integrantes de la célula se llevaban el camión a algún lugar apartado y lo desvalijaban. Así, “una vez desvalijados los camiones y asegurada la huída”, procedían a la liberación de los conductores. En estos casos, los camiones seleccionados por el grupo normalmente transportaban material informático, electrodomésticos, videoconsolas, con destino a grandes superficies.
LA SEGUNDA CÉLULA
Otra de las células seguía el mismo 'modus operandi', si bien no se hacían pasar por agentes, sino que “directamente cruzaban sus vehículos en la carretera para obligar a los camiones a detenerse”, informó Castillo. A continuación, también mediante el uso de la fuerza, secuestraban a los transportistas y seguían el mismo procedimiento hasta conseguían la carga.
Por su parte, la tercera de las células se dedicaba a “cometer robos por el procedimiento del butrón” en joyerías, administraciones de lotería, salas de cines, etc., de donde se llevaban las cajas fuertes para abrirlas en “la intimidad”. De esta manera, antes ce acceder a los locales, inutilizaban las alarmas mediante inhibidores de frecuencia. En la mayoría de las ocasiones los miembro del grupo “recibían la información que les facilitaban algunos empleados de los propios locales, los cuales han sido también detenidos”.
REGISTROS Y DETENCIONES
En total, se ha detenido a 17 personas y se han practicado 14 registros en Madrid, uno en Pinto, otro en Seseña (Toledo) y otro en Navaluenga (Ávila), en los cuales se han intervenido tres armas y munición, chalecos antibalas, uniformes de la Guardia Civil, placas falsificadas, cinco televisores, inhibidores de frecuencia, rotativos luminosos, grilletes, una radio y nueve portátiles, además de 15 coches de gama alta.
La operación, llevada a cabo por la Sección de Delincuencia Organizada de la UCO, con el apoyo de las Comandancias de Madrid, Toledo y Ávila, y el Grupo de Reserva y Seguridad nº1 con sede en Valdemoro (Madrid), y en la que participaron “unos 250 agentes”, apuntó Castillo.
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