El fundador de Wikileaks podría encontrarse en Reino Unido
provocado por la publicación de información secreta de la diplomacia estadounidense sigue siendo actualidad. La principal reacción de Estados Unidos fue condenar la filtración y difusión, mientras veía como la Policía Internacional (INTERPOL) emitía una orden de captura contra el fundador de Wikileaks, Julian Assange.
Según las últimas informaciones de la Agencia contra el Crimen Organizado (SOCA) recogidas por el diario The Independent, Julian Assange podría estar alojado en el sureste de Reino Unido.
Estas fuentes aseguran que la policía británica sabe con exactitud la dirección y el número de teléfono de Assange desde que llegara al país el pasado mes de octubre, procedente de Suecia, donde permaneció hasta entonces con la intención de instalar allí la sede de Wikileaks para beneficiarse de sus estrictas leyes de protección a la prensa.
La Soca estaría esperando a confirmar cuestiones técnicas para ejecutar ambas órdenes y proceder a la captura de Assange, quien considera que este acoso judicial es en realidad una persecución política por sacar a la luz los documentos de la diplomacia estadounidense así como información relativa a la guerra de Afganistán y la invasión de Iraq.
Sin oposición a los vuelos de la CIA y más secretos
Los más de 251.000 documentos filtrados contenían todo tipo de cables diplomáticos, por eso debido a su volumen poco a poco se van conociendo nuevas informaciones. Así se ha conocido que la Embajada en Madrid de EEUU informó al Departamento de Estado de que el Gobierno español “no ponía reparos” a los vuelos secretos de la CIA, según se desprende de uno de los cables que relata la conversación mantenida por el ex embajador estadounidense Eduardo Aguirre y la ex vicepresidenta primera María Teresa Fernández de la Vega.
El diario El País revela en la portada de su edición del jueves un cable “confidencial” transmitido en 2006 tras el encuentro de Eduardo Aguirre y la ex vicepresidenta. “De la Vega subrayó que España no tiene reparos a los vuelos de inteligencia a través del territorio español; ellos simplemente quieren ser informados”, recoge el informe.
Según este diario, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y la Embajada de EEUU coincidieron, ante el estallido en 2005 del escándalo de los vuelos de la CIA, en minimizar su impacto en la opinión pública y evitar fricciones por las investigaciones judiciales. Por este motivo, se llevaron a cabo diferentes reuniones entre las partes.
En otro ámbito, la filtración masiva de Wikileaks ha revelado que el Gobierno de Pakistán autorizó los ataques de Estados Unidos con aviones no pilotados en la frontera con Afganistán, permitiendo incluso que unidades de operaciones especiales actuaran en su territorio, a pesar de que oficialmente mantiene que constituyen una violación de la soberanía nacional.
En un cable diplomático enviado en agosto de 2008 por la entonces embajadora estadounidense en Islamabad, Anne Patterson, que recoge una conversación entre los entonces ministro del Interior, Rehman Malik, y primer ministro, Yusaf Raza Gilani, éste asegura que no le importa lo que los estadounidenses hagan durante cierto tiempo “si consiguen capturar a la gente correcta”. “Protestaremos en la Asamblea Nacional y después lo ignoraremos”, agrega Gilani.
En otro documento del mismo año, Patterson alude a unas declaraciones realizadas por un alto funcionario pakistaní que indicó que “muchos otros” apoyan estos ataques “que golpean claramente a objetivos importantes”. Así, la diplomática mencionó que el miedo de la población local está disminuyendo porque, tal y como expresó el funcionario, “todo el mundo sabe que solo atentan contra las casas en las que hay gente muy mala”.
En la misma línea, James Jones, el asesor de seguridad nacional del presidente, Asif Ali Zardari, expresó su apoyo a estas operaciones militares aunque sugirió que estos ataques deberían estar “en manos de Pakistán” para rentabilizar los efectos sobre la opinión pública y evitar el “antiamericanismo”, según recoge un cable de junio de 2009.
En referencia a la actuación de tropas estadounidenses en el país asiático, la embajadora recoge con entusiasmo el hecho de que las autoridades paquistaníes hayan autorizado el apoyo de estos efectivos militares a sus fuerzas locales en misiones de Inteligencia y reconocimiento en Waziristán Sur y Norte (en el norte del país).
“La paciencia para construir una buena relación bilateral es la llave con lo militar, factor que hasta ahora ha impedido el avance en este punto”
, reseña Patterson, al tiempo que apunta que este progreso, que “aparentemente” representa un cambio en la mentalidad pakistaní, es “muy sensible políticamente” debido a la preocupación generalizada que existe sobre la cuestión de la soberanía nacional.
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