El Gobierno propone convertir 4º de ESO en un curso “orientador” que ayude a decidirse entre Bachiller y FP
El ministro de Educación, Ángel Gabilondo, propuso hoy a los consejeros autonómicos del ramo que 4º de la ESO se convierta en un curso “orientador” que ayude a alumnos a decidirse entre cursar Bachillerato o inclinarse por la Formación Profesional (FP) para lograr que en 2020 el 85 por ciento de los estudiantes obtengan un título que garantice su empleabilidad.
No obstante, durante su intervención tras la Conferencia Sectorial de Educación, destacó que cualquier modificación normativa que tenga adoptarse a consecuencia del 'Pacto Social y Político por la Educación' “deberá ser contar con el apoyo de dos tercios del Parlamento como gesto de lealtad institucional”. “No queremos que ninguna nueva medida sea imperativo del Gobierno sino que se acepte de forma consensuada”, aseguró.
Durante la reunión, el ministro hizo entrega a los representantes educativos autónomicos de un documento con 104 propuestas para la reforma del sistema de enseñanza que, según explicó, integra las sugerencias que recogían los once textos de cada región y el documento conjunto que entregaron recientemente las seis comunidades gobernadas por el PP; más las aportaciones de los agentes sociales.
“En torno al 22 de febrero, una vez que los consejeros hayan analizado todas las propuestas, presentaremos un nuevo texto que será debatido en la próxima Conferencia Sectorial que celebraremos a finales de mes”, explicó. En este sentido, Gabilondo se mostró “optimista” con que para esa fecha queden cerradas las negociaciones del pacto.
En palabras del titular de Educación, el principal objetivo de la reforma es asegurar la “transversalidad”, evitando que los alumnos que escojan primero una opción académica “se queden encerrados sin posibilidad de cambio”. “Queremos un sistema que permita las pasarelas y que acredite la FP, de modo que nadie tenga que renunciar a estudiar una u otra modalidad”, añadió.
Así, aunque definió la educación obligatoria hasta los 16 años como “un logro del sistema”, señaló que “lo importante es que el alumno permanezca el máximo tiempo posible en la formación, lo que no significa que deba estar en las aulas estudiando bachillerato”.
ESFUERZO PRESUPUESTARIO
Para el ministro, la prioridad del Pacto es reducir el 30 por ciento de abandono escolar temprano, algo que “implicará ciertas modificaciones normativas”. “Estamos abiertos a modificar lo que sea necesario, siempre y cuando cuente con el consenso del Parlamento”, apuntó. Aun así, pidió a los grupos políticos que las intervenciones que realicen, a partir de este momento, “tengan relación con el texto”.
Por otra parte, pidió a las comunidades autónomas que hagan un esfuerzo presupuestario de cara a lograr que el porcentaje del PIB que España destina a educación, cifrado actualmente en el 4,92 por ciento, se incremente y alcance en 2020 los niveles del resto de países desarrollados de la UE. “Fijaremos un mínimo de financiación al que habrán de llegar”, afirmó.
SISTEMA DE EVALUACIÓN EN PRIMARIA Y SECUNDARIA
Otra de las medidas que contempla la mejora propuesta por el Ejecutivo, implica la puesta en marcha de un sistema de evaluación en 6º de Primaria y 3º de Secundaria “de carácter formador y orientador” que permita establecer comparaciones entre regiones. Esta tarea será acometida por el Instituto de Evaluación. Igualmente, propuso realizar pruebas sobre el conocimiento del Castellano, algo que “puede dar lugar a sorpresas”.
El documento será presentado mañana ante el Consejo Escolar del Estado, integrado por representantes del profesorado y de diversos agentes sociales. “El Pacto antepone las necesidades de los ciudadanos a las nuestras con una voluntad absoluta de consenso social y político”, concluyó.
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