“El tiempo mejor empleado en la madurez es la lectura”

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La actriz catalana Nuria Espert ha asegurado que “el tiempo mejor empleado en la madurez es el de la lectura: te vivifica, te abre la mente, te llena, te ayuda, te protege y te hace mejor de lo que eres”. Espert protagoniza mañana en el teatro Bretón de Logroño la obra Hay que purgar a Totó, una comedia vodevilesca basada en un texto del dramaturgo francés Georges Feydeau.

A sus 72 años, la intérprete ha reconocido que ha vuelto a la “lectura compulsiva” de sus años de juventud, y por ello, ha aprovechado esta semana su visita a Barcelona por la entrega de los premios Terenci Moix para comprar “montones de libros” en la feria de Sant Jordi. Entre ellos, el último del húngaro Sándor Márai, otro del Dalai Lama y los dos éxitos de este año en literatura catalana, pero según ha reconocido, iba “preparada con la maleta casi vacía”, porque sabía que “las tentaciones iban a ser muchas”.

En Hay que purgar a Totó, la actriz representa el papel de Julia, la esposa de un fabricante de porcelana, Sebastián Rebollo (Jordi Bosch), que ansía obtener la adjudicación un línea de orinales supuestamente irrompibles para el ejército francés. Para obtener el negocio, los Rebollo invitan a comer a su casa al empresario Cayetano Chitín (Gonzalo de Castro), quien es el funcionario encargado de la compra. Sin embargo, la loza no resulta tan irrompible como se creía, y la negativa del pequeño Totó Rebollo a tomarse un laxante hace tambalearse el negocio.

Esta comedia disparatada y algo escatológica, le ha producido momentos de “gran felicidad” a la actriz, que ha reconocido que necesitaba cambiar de registro después de interpretar obras de Chejov e Ibsen. Fue ella misma quien le propuso el montaje al director Georges Lavaudant, con quien ya trabajó en Play Strindberg, y la que apostó por la obra de Feydeau, un autor menospreciado durante décadas tras haber logrado el éxito a comienzos del siglo XX. El dramaturgo francés, que murió en un psiquiátrico por los trastornos mentales que le provocó la sífilis, cuestiona el matrimonio como institución, a pesar de que él se casó tres veces.

Para alguien que reconoce haber estado “casada felizmente” durante 39 años, hasta que enviudó del empresario teatral Armando Moreno en 1994, “el matrimonio es una institución mal planteada”.A lo largo de su carrera, la intérprete ya ha abordado este asunto de modo “dramático” en la obra ¿Quién teme a Virginia Woolf?, de manera “menos lagrimosa” en Play Strindberg y ahora “a carcajada limpia”.

La actriz, que a lo largo de su carrera ha recibido el Premio Nacional de Interpretación (1960) y el Premio Nacional de Teatro (1986), entre otros galardones, recuerda cómo sus padres le inculcaron el amor por el teatro, ya que ellos se conocieron actuando en una representación de aficionados, donde uno de los personajes se llamaba Nuria.

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