“Fuera de Logroño, los pacientes con alzheimer y sus familias están solos ante la enfermedad”

La Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer de La Rioja cuenta con 456 miembros, “aunque, según las estadísticas, se calcula que la población de pacientes ronda los 5.000 en La Rioja”, aclara Esperanza Moraga.

Según aclara, además de los servicios que la propia asociació ofrece en la capital de La Rioja, "sólo existe un centro de día en Fuenmayor, donde se atiende por igual a personas en situación de exclusión puramente social y a enfermos de alzheimer, una patología que requiere un enfoque muy específico, con sus propias terapias”.

Por otra parte, “muchos pacientes tienen un diagnóstico erróneo, frecuentemente depresión, ya que los síntomas son confusos, sobre todo en las primeras fases de la enfermedad”. El diagnóstico correcto -cuya utilidad se ha puesto en entredicho al no haber tratamiento curativo para el alzheimer- es imprescindible “para planificar el futuro, para sobrellevar mejor esta difícil enfermedad y, sobre todo, para entender qué está ocurriendo”, añade.

De hecho, recuerda que “la principal demanda de las personas que acuden a la asociación es precisamente información, porque tanto enfermos como cuidadores se enfrentan a un espectro de síntomas que alteran enormemente la vida de toda la familia, y saber qué pasa es determinante para hacer frente a la situación”.

APOYOS

La asociación agradece al Ayuntamiento “el apoyo que siempre han prestado”. De hecho, cuentan con un local cedido por el consistorio “que previsiblemente se inaugurará en junio”. Se trata de un espacio de 320 metros cuadrados para ubicar tanto la sede asistencial de la Asociación como el resto de servicios que presta, que no están cubiertos por ninguna Administración “a pesar de ser reconocida socialmente su importancia tanto para los familiares como para los enfermos de Alzheimer”.

En su sede trabajan psicólogos que ayudan a los familiares y allí acuden los propios pacientes “en dos grupos de 20 pacientes, de mañana y tarde, que asisten a terapias de estimulación, una fórmula que se ha mostrado eficaz para ralentizar el avance de la enfermedad y que contribuye a su independencia en las actividades de la vida diaria”.

Su intención es ampliar las plazas para la realización de esos cursillos “en diez más por la mañana y diez más en el turno de tarde”.

AFA Rioja comenzó su andadura en 1993 con la misión de mejorar la calidad de vida de los enfermos de Alzheimer y de sus familias.