Garrapatas: Aumentan las hospitalizaciones por enfermedad de Lyme en La Rioja
Las hospitalizaciones por enfermedad de Lyme, una patología provocada por una bacteria que se transmite al ser humano en la picadura de algunas garrapatas, han aumentado un 190% en La Rioja en quince años. Así lo determina un estudio del Instituto de Salud Carlos III con datos entre 2005 y 2019.
La investigación revela que las hospitalizaciones por enfermedad de Lyme han crecido en buena parte de España, destacando casos como el de Navarra (un 363% más) o Asturias (que, con un 172% de incremento en quince años, representa el 17% del total de hospitalizaciones a nivel estatal).
¿Cómo se manifiesta la enfermedad de Lyme? La Rioja ha sido pionera en el estudio y detección de esta infección gracias al doctor José Antonio Oteo y su equipo del Laboratorio de Patógenos Especiales-Centro de Rickettisiosis y Enfermedades Transmitidas por Artrópodos Vectores en el Centro de Investigación Biomédica de La Rioja (CIBIR).
Fueron los primeros en detectar Borrelia burgdorferi en garrapatas y en realizar el primer cultivo de un paciente con esta bacteria hace más de 30 años. El equipo ha aportado un gran conocimiento al conjunto de España sobre esta enfermedad infecciosa y es centro de referencia, por lo que también trata a muchos pacientes de otras comunidades autónomas, por lo que aporta grandes cifras a las series nacionales.
El doctor Oteo recalca que La Rioja es una zona endémica de enfermedad de Lyme y destaca que “cuando te pica la garrapata y desarrollas las lesiones típicas, denominadas eritema migratorio, una lesión rojiza, eritematosa, que se va expandiendo por los bordes como una placa y se suele aclarar por el centro, es de fácil diagnóstico”.
“Pero hay muchos pacientes que tienen manifestaciones inespecíficas, que no están claramente relacionadas con el Lyme y podrían estar producidas por otros microorganismos y otras enfermedades. Solamente por tener anticuerpos a la bacteria no se debería diagnosticar de forma totalmente segura la presencia de la enfermedad de Lyme”, añade.
“Si la lesión pasa desapercibida porque ni duele, ni pica, en la mayoría de los casos, o está en una zona no visible, entonces la lesión se suele autolimitar y algunas personas pueden tener manifestaciones de otro tipo, sobre todo neurológicas. Lo más frecuente es la parálisis facial o problemas en otras raíces, como dolores importantes en los miembros, contracturas, que pueden estar acompañadas de dolor de cabeza, incluso un poco de fiebre... Porque se afecta al sistema nervioso central, no solo el periférico”, detalla este experto.
La enfermedad de Lyme puede afectar al corazón, a las articulaciones... “Se la denomina como el gran imitador y aquí es donde entra el problema”, advierte Oteo.
“Ante cualquier problema neurológico o articular, si uno hace determinación de anticuerpos, ¿quiere decir esto que cada persona que tiene estas manifestaciones y tiene anticuerpos va a tener enfermedad de Lyme? Pues no. La infección por borrelia es muy frecuente... Aquí en La Rioja, cuando yo hice la tesis doctoral, en 1990, encontré que cerca del 7% de la población tenía anticuerpos”, advierte.
Para este experto, una de las causas del aumento de notificaciones es la mayor concienciación sobre la enfermedad y el hecho de contar con nuevas herramientas “que antes no teníamos”, como el diagnóstico a través de PCR.
“Pero hay que tener mucho cuidado. Hay zonas en las que la garrapata no está circulando y se están diagnosticando muchos casos de enfermedad de Lyme con manifestaciones clínicas atípicas”, explica Oteo.
Para tratar de dar una solución a este problema, se va a publicar un consenso de todas las sociedades científicas implicadas en España: la de Neurología, Enfermedades Infecciosas, Reumatología, Dermatología, Pediatría... Este documento, que ha coordinado el propio Oteo, intenta aclarar cómo se debe diagnosticar una enfermedad de Lyme. “Si no, es posible que, por un lado se estén escapando casos verdaderos, y por otro estemos diagnosticando otros casos que no lo son”, apunta.
“Es una infección muy frecuente y si no se diagnostica correctamente puede dar lugar a problemas serios”, insiste.
La enfermedad de Lyme está aumentando en todo el hemisferio norte. “Parece que la garrapata que la transmite está ampliando su zona de actuación a áreas donde no se encontraba y parece que el calentamiento puede estar propiciando estas alteraciones”, subraya el doctor Oteo.
Eso y la presencia del ser humano en zonas donde puede haber garrapatas, como el monte, las áreas de hierba alta, las zonas con presencia de muchos animales...
“Probablemente el calentamiento sí que va a hacer que haya un gran incremento de las enfermedades transmitidas por artrópodos vectores. Al no haber inviernos duros hay menos mortandad y esto sirve para mosquitos, garrapatas, etc. Son una amenaza sin lugar a dudas”, señala Oteo.
Y recuerda la recomendación a la población de evitar esas zonas donde se pueden concentrar las garrapatas y, en caso de pasar por estos lugares, asegurarse de tener la menor parte del cuerpo expuesta (pantalones largos y metidos en las botas o en unas polainas, camisa de manga larga, llevar gorra, especialmente los niños...) Y al llegar a casa, revisarse el cuerpo y si se encuentra una garrapata, retirarla lo antes posible con pinzas y correctamente (acudir al centro de salud en caso necesario para retirarla).
Una garrapata infectada con Borrelia burgdorferi, si pica a una persona, hace falta que transcurran 24 o 48 horas para que la transmita.
0