Los 27 descartan más planes de estímulo frente a la crisis
Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea insistieron ayer en que ya han hecho un “esfuerzo muy importante” para combatir la crisis económica, pidieron más tiempo para que surtan efecto las medidas adoptadas hasta ahora, y descartaron adoptar una nueva ronda de planes de estímulo, tal y como pide Estados Unidos, porque ello dispararía el déficit y la deuda.
La primera sesión del Consejo Europeo de primavera se centró en la crisis financiera, su impacto en la economía real y en el empleo, y los preparativos de la cumbre del G-20 que se celebrará en Londres el próximo 2 de abril.
La canciller alemana, Angela Merkel, reiteró antes del inicio del encuentro la negativa de Berlín a lanzar nuevos programas de estímulo económico al considerar suficiente el esfuerzo realizado hasta ahora por los países europeos.
“Queremos un enfoque europeo. Cada Estado miembro, individualmente, ha presentado sus programas y creo que son suficientes” señaló Merkel, quien subrayó la necesidad de observar los efectos de estas medidas antes de adoptar nuevos compromisos.
Por su parte, el primer ministro checo, Mirek Topolánek, cuyo país ocupa la presidencia de turno de la UE, aseguró que los Estados miembros han ido “todo lo lejos” que pueden en la puesta en marcha de planes de estímulo. A su juicio, un “activismo permanente” no serviría para crear confianza, sino todo lo contrario. “Tenemos que aplicar lo que hemos acordado y evaluar su impacto”, insistió.
En el mismo sentido se pronunció el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, que subrayó que la UE ya ha hecho un “esfuerzo muy importante” para combatir la crisis y no tiene ningún motivo para “avergonzarse”. “No empecemos a discutir ya sobre nuevos planes antes de aplicar los que ya hemos acordado”, señaló. “Los mantendremos bajo revisión y, si es necesario, los que están en condiciones de hacer más deberían hacer más”, dijo el máximo responsable del Ejecutivo comunitario.
Explicó que para comparar la situación en la UE y en EEUU no se deben tener en cuenta únicamente las medidas discrecionales de estímulo sino también el aumento del gasto social en prestaciones por desempleo. En este sentido, destacó que un parado estadounidense con 40 años que ha trabajado 22 años al cabo de 6 meses no recibe ninguna prestación pública, mientras que en Bélgica tiene el 50% de su salario.
Los planes de estímulo adoptados por los países de la UE, sumados al aumento del gasto público para pagar las prestaciones por desempleo, equivalen al 3,3% del PIB comunitario, es decir, más de 400.000 millones de euros, según se destaca en el borrador de conclusiones de la cumbre. “Aunque los efectos positivos tardarán en notarse en la economía, la magnitud del esfuerzo presupuestario generará nuevas inversiones, impulsará la demanda y creará empleo”, subraya el texto de conclusiones que aprobarán este viernes los líderes europeos.
“Si el mensaje que enviamos a nuestra opinión pública es que nuestros planes no son suficientes, no crearemos bastante confianza”, insistió el presidente de la Comisión. Pese a la negativa de la UE a poner en marcha un plan de estímulo, Barroso dijo que existe una creciente convergencia entre europeos y estadounidenses, ya que EEUU empieza a aceptar principios más estrictos de regulación y supervisión del sistema financiero.
El primer ministro sueco, Fredrik Reinfeldt, señaló que “no se puede resolver todo utilizando el dinero de los contribuyentes”. Resaltó que Europa ya ha hecho “mucho” frente a la crisis y que muchos Estados miembros ya tienen déficits excesivos como consecuencia de estas acciones, lo que podría crear problemas en el futuro.
“No creo que hagan falta más paquetes de estímulo fiscal. Creo que es suficiente por lo que no estoy a favor de responder positivamente a la petición de EEUU de un mayor esfuerzo por parte de la UE”, dijo por su parte el primer ministro luxemburgués y presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker.
LUCHA CONTRA EL PARO
La única voz discordante en la cumbre fue la del ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, que dijo que sería “necesario” que la UE ponga en marcha un segundo plan de estímulo centrado en el empleo. Corbacho insistió en que la UE debe hacer “un esfuerzo mayor del que ha hecho hasta la fecha” para luchar contra la destrucción de empleo y no concentrarse únicamente en las medidas para ayudar a los bancos.
En el mismo sentido se expresó el presidente del Partido Socialista Europeo, Poul Nyrup Rasmussen, que reclamó un plan de estímulo “mucho más ambicioso, pero también más realista” cuyo efecto sobre el empleo sea “inmediato” o, de lo contrario, “tendremos 25 millones de desempleados en Europa al empezar el año próximo”.
Antes del inicio del Consejo Europeo se celebró la tradicional cumbre social tripartita, en la que participó por primera vez el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, porque España ocupará la presidencia de turno de la UE durante el primer semestre de 2010. También estuvieron presentes la patronal y los sindicatos españoles.
Los debates se centraron en el aumento del paro provocado por la crisis, que se ha convertido ya en el “primer problema de Europa”. Zapatero pidió que se dé prioridad a las políticas de empleo y de protección social, y al diálogo social, en el que España tiene una “amplia experiencia”, según explicó Corbacho.
La cumbre social tripartita sirvió además para iniciar los preparativos para la cumbre extraordinaria sobre empleo que se celebrará en Praga el próximo 7 de mayo. Previamente se celebrarán tres seminarios en República Checa, Suecia y España con la participación de interlocutores sociales y sociedad civil. El de España tendrá lugar el 15 de abril y estará centrado en formación y empleo.
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