Los pozos tóxicos de Bangladesh

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La canalización de las aguas es uno de los proyectos más ambiciosos de un gobierno, un paso hacia el desarrollo, encaminado a encontrar el bienestar de sus ciudadanos y a ahorrar graves problemas de salud. Sin embargo, cuando las autoridades de Bangladesh construyeron estas instalaciones subterráneas no eran conscientes de las particularidades que tenía su subsuelo y los problemas que causaría este nuevo sistema de aguas.

Fue en la década de los 90, cuando el país se dio cuenta de los altos niveles de arsénico que contenía su subsuelo y que había contaminado gravemente sus aguas. Entre la población de Bangladesh ya se habían dado los primeros casos de intoxicación por arsénico, y las autoridades tenían que hacer algo para evitar más casos.

En la actualidad millones de personas siguen consumiendo el agua de estos pozos contaminados, casi el 90% de la población, poniendo en serio peligro su vida. Los mayores afectados por estas intoxicaciones suelen ser los niños, por ello UNICEF decidió ayudar al gobierno de Bangladesh a solucionar este problema.

A partir de esta cooperación, se han analizado 5 millones de pozos, se están realizando campañas de sensibilización para advertir a la población sobre los riesgos del arsénico y sobre las alternativas seguras, se han instalado 6.000 unidades alternativas para obtener agua potable, y se han conseguido crear más de 120.000 puntos de agua seguros.

El trabajo conjunto ha dado buenos resultados: en la actualidad más del 85% de las mujeres de las zonas rurales conoce los riesgos de la intoxicación por arsénico y las alternativas seguras, cuando en la década de los 90 este porcentaje no alcanzaba el 5%.

Sin embargo, todavía queda mucho trabajo por delante, pues las características del subsuelo de Bangladesh no van a cambiar, y el peligro de la contaminación por arsénico siempre va a existir. Las autoridades tendrán que hacer frente al número de pozos excavados por particulares que aumenta cada día (más del 80% de los pozos perforados), que escapan al control de las autoridades sanitarias.

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