Más de 150 conductores detenidos tras la reforma del Código Penal
Un total de 154 conductores fueron detenidos durante los pasados días 2 y 3 de diciembre, tras la entrada en vigo de la reforma del Código Penal, por la que se endurecen los delitos contra la seguridad vial y el tráfico, informaron a Europa Press en fuentes de la Dirección General de Tráfico.
En virtud de esta reforma, los conductores han sido puestos a disposición judicial y se enfrentan a medidas de cárcel de tres a seis meses, que en el caso de no tener antecedentes penales no conllevará el ingreso en prisión.
La mayoría de los conductores que han estrenado las nuevas medidas, un total de 151, fueron detenidos por haber conducido con una tasa de alcohol superior a los 0,60 miligramos por litro de aire expirado, o 1,2 gramos por litro en sangre. Tres de ellos pasaron a disposición judicial por haberse negado a someterse a las pruebas.
Por otro lado, uno de los conductores fue detenido por conducir a 110 kilómetros por hora (superando en 60 el límite permitido) en una vía urbana, en concreto a lo largo de una travesía. Otros dos conductores fueron detenidos por ir a más de 180 por carretera.
La DGT pondrá en marcha, a partir de las tres de la tarde, un dispositivo especial con motivo del puente de La Constitución y la festividad de la Inmaculada, en el que se prevén y seis millones de desplazamientos.
LA NUEVA NORMATIVA
A partir de la aprobación de la nueva normativa, aquellos que sobrepasen los límites de velocidad (conducir a más de 200 kilómetros por hora en autovía, a más de 180 en carretera y a 110 en vía urbana) serán castigados con penas de prisión de tres a seis meses o multa de seis a doce meses y trabajos en beneficio de la comunidad de 31 a 90 días y, en todos los casos, serán privados de conducir por un tiempo de entre uno y cuatro años.
La pena de prisión será de entre seis meses a dos años para el que conduzca “con temeridad manifiesta” y ponga “en concreto peligro la vida o la integridad de las personas”, y de dos a cinco años si se demuestra además que se conduce de esa forma con “desprecio por la vida de los demás”.
Quienes conduzcan con una tasa de alcohol de 1,2 gramos en litro de sangre podrán ser castigados con entre tres y seis meses de cárcel, pena que será de seis meses a un año en el caso de que un conductor se niegue a someterse a las pruebas de alcoholemia, drogas tóxicas, estupefacientes y sustancias psicotrópicas.
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