Nadal supera la presión de Verdasco y se cita con Djokovic
El número uno del mundo, Rafa Nadal, solventó en tan solo dos mangas el duelo fratricida de los cuartos de final ante el madrileño Fernando Verdasco y se clasificó para las semifinales del Mutua Madrileña Madrid Open, en las que se medirá hoy al serbio Novak Djokovic.
El manacorí, que encadenó su trigésimo segunda victoria consecutiva, superó a Verdasco por 6-4 y 7-5 después de una hora y 58 minutos de juego en un partido en el que no necesitó desplegar su mejor juego para apear de la cita al local, que cometió siete dobles faltas que fueron una gran losa a pesar de llegar a sacar a 240 kilómetros por hora y excesivos errores en los momentos decisivos.
Ambos saltaron a la cancha algo 'reservones' y eso pudo pasar una factura tempranera a Verdasco, que comenzó muy débil con su saque y permitió a Nadal gozar de tres puntos de 'break' en el cuarto juego. Podría haber conseguido el manacorí la rotura si no hubiera hecho gala de su caballerosidad y dado por buena una bola dudosa que hubiera supuesto el 3-1 tras una doble falta.
El juez de silla mandó repetir el punto y 'Fer' salvó el momento. Nadal no necesitaba hacer demasiado para controlar el ritmo del partido ante un Verdasco, más nervioso, que terminaba fallando solo -43 errores no forzados en el partido por 28 de Nadal--. El madrileño no era capaz de inquietar al mallorquín con su resto, no consiguió ni una bola de 'break' en la primera manga, y terminó cediendo el set de la peor forma posible, al lanzar fuera la primera de las tres bolas de set que tuvo Nadal restando.
A pesar de perder de forma casi cruel el primer set, el pupilo de Gil Reyes no lo acusó. Así, con la grada dividida entre sus dos ídolos, sacó fuerzas e inició el parcial como un ciclón para plantarse con 4-0 gracias a dos roturas consecutivas. Pero Nadal nunca se rinde y ganó los cuatros siguientes juegos para empatar el duelo y aumentar las pulsaciones de la grada, totalmente llena para ver uno de los partidos más esperados de la semana.
A partir de ahí, el partido se convirtió en un duro pulso entre dos gladiadores en la cancha, que son íntimos amigos fuera de ella, con una tensión que se trasladó a los más de 10.000 espectadores presentes. Como suele ser habitual, Nadal terminó imponiendo su mayor fuerza mental y sigue en liza en busca de su cuarto torneo consecutivo sobre tierra batida.
Este sábado tendrá al otro lado de la red al serbio Novak Djokovic, número cuatro del mundo, al que ha vencido ya esta campaña en las finales de los Masters de Montecarlo y Roma, pero el balcánico ha asegurado que está dispuesto a dar la sorpresa en la capital de España y querrá cumplir su amenaza.
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