Nuevo año, nueva racha
La UD Logroñés empieza el año 2021 dejando atrás esa racha negativa con la que cerró 2020 -seis derrotas (5 en Liga y 1 en Copa del Rey) y un empate- gracias a su triunfo 2-1 ante el Mirandés en un partido donde los riojanos arrancaron fatal, marcaron en su primera llegada, se asentaron, vieron como les empataban en la última jugada del primer tiempo, tuvieron la capacidad para equilibrar el choque, donde hicieron lo difícil, es decir, maximizar los tiros a puerta de los blanquirrojos, para hacer el 2-1 y confiar en que no pasara nada. Todo ello pese a alguna que otra duda de Dani Giménez y a no contar con el capitán Iñaki lesionado. Más allá del terreno de juego, que debutaba en unas condiciones inesperadas tras la nevada nocturna. Un estado del césped que condicionó, demasiado, lo que se vio sobre él.
Poco fútbol, mucho juego directo, valor de las segundas jugadas y minimizar los errores -que los hubo en ambos bandos- para tratar de ser mejor que el adversario, esto es, sacar algo donde se propuso poco o nada. Era lo que exigía un encuentro que comenzó con un ritmo endiablado, el que puso el Mirandés, y que se fue diluyendo en función de la pausa que fue imponiendo una UD Logroñés que sacó provecho de un Paulino al alza -marcó un gol y dio una asistencia- frente a un Mirandés plano y sin argumentos cuando Ander Vitoria firmó el 2-1 con veinte minutos para la conclusión.
Exigente prueba para el nuevo césped de Las Gaunas donde la nieve caída la noche anterior -retirada a tiempo para el duelo- había dejado un terreno de juego encharcado (lógico) que exigía una determinada manera de encarar el partido. Así lo entendió Sergio Rodríguez cuando en su primer once del año 2021 había dos delanteros (Leo Ruiz y Ander Vitoria). Se podía intuir que la idea era jugar más vertical de lo habitual, estar pendiente de las segundas jugadas y acumular centros desde los costados.
Evidentemente, el Mirandés optó por un planteamiento similar y durante el primer cuarto de hora, la UD Logroñés parecía estar tocada. Los de José Alberto López estaban más activados y concentrados. Se les percibía más chispa, decisión y ambición. De hecho, a los 64 segundos Iván Martín pudo adelantar a los suyos después de que un balón no fuera despejado en condiciones. Por fortuna para los blanquirrojos el latigazo del extremo impactó en el poste. Una acción que animó a los mirandeses, que pisaban campo riojano con asiduidad y cierto peligro, como atestiguaron varios saques de esquina y una galopada de Moreno que llevó un ligero susto a los defensores logroñeses.
Pero el fútbol no entiende de méritos (suelen ayudar pero no son garantía de éxito) y Andoni López -titular debido a la lesión de Iñaki, que se cayó de la citación- puso un balón en el área para que Paulino describiera una diagonal para creer en el remate, anticiparse a los defensores y superar a Raúl Lizoain. Un tanto al que respondió al instante el Mirandés que tuvo las tablas a renglón seguido con un remate de cabeza picado de Moreno. Entonces, los blanquirrojos le empezaron a coger el aire a la contienda. Se mostraron más seguros, menos permisivos en defensa (aunque sólo por unos minutos), y más confiados en su faceta ofensiva.
En este sentido, un saque de banda sacado por Iago López pudo significar un excesivo 2-0 cuando Ander Vitoria retuvo con el pecho y cedió para que Olaetxea la mandara, con todo a favor, a la grada. Ahora había equilibrio y aunque a balón parado se intuía la amenaza de los visitantes -remate de cabeza de Genaro a la salida de un córner-, los riojanos iban alejando a su rival de la zona peligrosa. Otra vez Paulino, muy activo en ataque, la ponía al segundo palo donde Leo Ruiz no remataba con pericia en una buena oportunidad de los suyos. Pero en los minutos finales del primer tiempo, los locales acumularon faltas en su parcela y eso propició que el Mirandés lograra el empate en prácticamente la última acción del primer acto.
En una falta lateral, Berrocal remató de cabeza al larguero y el rechace lo enganchó Jirka pese a la oposición de Clemente y de Andy, al que le pasó el cuerpo por debajo. Dani Giménez parecía que llegaba en la estirada, pero no con la suficiente fuerza para evitar el posterior pateo de Meseguer en la línea de gol. 1-1 y a tratar de aprender la lección que habían dejado los primeros 45 minutos: sin contundencia defensiva no se va a ningún lado y provocando faltas con tanta insistencia se está más cerca de sufrir que de celebrar.
En la segunda mitad, Sierra entraba por un Bogusz desaparecido y dejaba a Olaetxea escorado a la izquierda. El choque continuaba por los mismos derroteros que antes de la pausa -aunque con bastante menos ritmo-, pero la UD Logroñés estaba más ordenada y concienciada sobre lo que había que hacer. La mejor noticia es que no pasaba nada interesante, más allá de alguna aproximación local. El técnico riojano movía ficha con Roni por un apercibido Leo Ruiz.
Mucho fútbol directo, pocos pases y jugadas con mínimas combinaciones. Entonces Paulino, desde la derecha, tiene tiempo para pensar. Tanto que pone un centro a la espalda de Trigueros para que Ander Vitoria, haciendo gala de su destreza de rematador, se lance a degüello a por el balón y a por el gol. Otra vez por delante en el marcador… y casi le dura un suspiro cuando en la siguiente acción Moreno le cogió, con extrema facilidad la espalda a Álex Pérez, y se presentó ante Dani Giménez, que se quedó a media salida. Pero el remate nervioso y descolocado del media punta sirvió para que los blanquirrojos resetearan la euforia de la ventaja y se volvieran a poner el mono de trabajo a la vez que recuperaban la concentración.
El Mirandés no reaccionaba, tampoco le dejaba su oponente. Es más, Ander Vitoria, en el segundo palo y libre de marca, pudo marcar en un córner pero en esta ocasión su golpeo de cabeza, venía tocado tras una prolongación de un defensor, no fue el adecuado. Medina entraba por un inspirado Paulino, mientras que Mario Barco aparecía para intimidar a la zaga riojana. Movimiento que aseguraba que la defensa de cinco en la UD Logroñés era cuestión de tiempo. De hecho, Gorka irrumpía en el partido -por un fatigado y trabajador Ander Vitoria- para los últimos diez minutos y acumular jugadores en la parte defensiva.
El problema fue que esa sustitución fue una señal para los blanquirrojos, a los cuales les costaba más salir de su campo. Jirka, de falta directa, y Víctor en el rechace que dejó Dani Giménez pudieron equilibrar el marcador, pero Medina tapó con celeridad para evitarlo. Las dudas aumentaban en el meta gallego con una salida en falso sin consecuencias. Los nervios aumentaban en las filas riojanas, mientras que el Mirandés acechaba con golpeos al área, aunque sin ningún remate en sus filas.
Victoria, en definitiva, que aleja fantasmas y que permite acudir a La Romareda este viernes -donde Clemente, cedido por los maños, cumplirá su sanción por cinco amarillas- con relativa tranquilidad, pero sobre todo con entrenamientos por delante donde el triunfo ya no será una losa, sino un empujón para dar continuidad a las cosas buenas.
Ficha técnica
UD Logroñés: Dani Giménez; Iago López, Álex Pérez, Clemente, Andoni López; Paulino (Medina, min. 73), Olaetxea, Andy, Bogusz (Sierra, min. 46); Leo Ruiz (Roni, min. 58) y Ander Vitoria (Gorka, min. 81).
Mirandés: Raúl Lizoain; Víctor, Trigueros, Berrocal, Jiménez; Genaro (Djouahra, min. 85), Meseguer; Jirka (Jackson, min. 85), Martínez (Mario Barco, min. 75), Iván Martí; y Moreno.
Goles: 1-0, min. 17: Paulino. 1-1, min. 45: Meseguer. 2-1, min. 63: Ander Vitoria.
Árbitro: Iosu Galech Apezteguia (Comité Vasco). Amonestó a Andoni López (min. 40), Javi Pineda (min. 48), Sierra (min. 66) y Clemente (min. 87) por la UD Logroñés, y a Meseguer (min. 48), por el Mirandés.
Foto: UD Logroñés
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