Puntos que se escapan
El Calahorra sumó un punto en Urritxe, y aunque hubo momentos que se sufrió para mantenerlo, es cierto que el haber dilapidado un penalti -algo de acierto tendrá Jonmi que le detuvo el lanzamiento a Ubis- vuelven a dejar a los rojillos con esa sensación, como sucediera el pasado fin de semana ante la Gimnática de Torrelavega, de haberse dejado dos en el camino. No es por echar cuentas de la lechera, pero si los de Miguel Sola contaran con 4 puntos, quizá merecidos, los riojabajeños se olvidarían de lograr el objetivo inicial de la salvación para pensar en otros menesteres -tipo clasificación para la Copa del Rey-.
Sin embargo, la realidad es la que es y como dato positivo el Calahorra no encaja durante un partido desde que lo hiciera el pasado 21 de octubre. Al menos, uno de los debes, los goles recibidos, se está corrigiendo. Quizá ante el Amorebieta faltó algo más de llegada, de profundidad y de oportunidades en ataque, pero el rival, incómodo más allá de su posición clasificatoria, y el campo no permitían muchas alegrías. Sola, en este sentido, sorprendió dejando a Parla en el banquillo -no actuó en el partido- y dando los galones a Emilio. También debutaría, casi al final el lateral Regino. Le costó coger el tiempo al cuadro rojillo ante un Amorebieta que apostó por la intensidad para ir metiendo a su rival en campo contrario.
Los locales, gracias a alguna que otra falta, parecían estar mejor dispuestos que los visitantes, aunque Cristian, tras una buena falta ejecutada por Lozano, estuvo a punto de marcar con un remate que se fue rozando el palo. Hubo equilibrio en el campo aunque sin que sucedieras cosas en las áreas. Así, hasta pasada la media hora cuando Murgoitio hizo falta sobre Ortega, dándole la posibilidad a Ubis de inaugurar el marcador. Jonmi, con una extraordinaria estirada, evitaba el tanto. No sólo eso, daba alas a los suyos que volvieron a empujar hasta el descanso y eso que Goñi gozó de la más clara en un rechace tras un saque de esquina.
Tras el paso por los vestuarios, el Amorebieta continuó con un punto más. Arregui remató de cabeza tras un córner en una de las más claras de los anfitriones que insistían con acciones a balón parado para impedir a su oponente que pudiera salir con limpieza con el balón y pudiera dar continuidad a su idea de juego. Tocó hacerse fuerte y serios atrás, pese a que hasta tres defensas vieron cartulina amarilla.
Había más miedo a perder que a dar un paso adelante para ganar los tres puntos. Las precauciones eran máximas y eso que la entrada de Auzmendi podía permitir alguna cosa nueva. También Obeng, cuando salió, aunque fueron pocos minutos, aportó velocidad y potencia en el ataque, como una jugada que culminó sin que la pelota llegara entre los tres palos. El partido iba languideciendo y el Amorebieta tuvo una última oportunidad ya en el tiempo añadido que brillantemente Zabal desbarató.
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