Seis de cada diez pacientes se libran de las complicaciones de la diabetes

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Es importante que el paciente con diabetes sea consciente de la importancia de controlar sus niveles de glucosa en sangre, y vigilar otros parámetros tales como la presión arterial, el colesterol, el peso y evitar el tabaco“. Así lo ha explicado José Ramón Calle, Endocrinólogo del Hospital Clínico de San Carlos de Madrid.

En opinión del doctor Calle, entendiendo que no hay diabetes, sino personas con diabetes, existen diferentes opciones en función de cada paciente y distintas estrategias que se adaptan a las necesidades de cada uno de ellos y que facilitan ese control de la glucosa necesario para que el paciente pueda seguir haciendo una vida normal y evite las complicaciones mencionadas. En este sentido, explica, que, “para la mayoría de los pacientes, al inicio de la insulinización se podría optar por una insulina de las llamadas basales, es decir, un análogo de insulina de acción prolongada, o por una mezcla fija de análogo de insulina rápida e insulina intermedia. En principio se puede comenzar por una sola inyección diaria, habitualmente asociada a antidiabéticos orales”.

Con la progresión de la enfermedad y unos niveles de hemoglobina glicosilada insuficientes, llega el momento de intensificar la terapia para cumplir los objetivos de control de glucosa necesarios para evitar las complicaciones asociadas. También en este estadío, existen diferentes alternativas que abarcan desde una inyección de insulina de larga duración a dos o más insulinas premezcladas, añadir al análogo de insulina prolongada insulinas rápidas antes de las comidas o bien intensificar el tratamiento con insulinas premezcladas pasando de 1 a 2 y, si no se logran los objetivos, 3 inyecciones de este tipo.

Para el doctor Calle, “aunque todavía existen algunas mezclas de las antiguas insulinas de acción rápida con las de acción intermedia, apenas se usan y la inmensa mayoría de pacientes utiliza las mezclas de análogos de insulina rápida, cuya acción se parece más a la insulina que segrega el páncreas, con insulina intermedia”.

Sin embargo, explica este especialista, “su limitación básica es que se trata de una mezcla a proporciones fijas, lo que significa que si se modifica la dosis se van a modificar en la misma magnitud ambos componentes de la mezcla, lo que puede no interesar. Existe también la posibilidad de realizar una mezcla manual de ambos componentes, pero a costa de perder precisión en la dosis y de tener que inyectar con las jeringas y agujas convencionales en vez de con los bolígrafos de insulina, mucho más cómodos. Lógicamente, si se dispone de un amplio abanico de mezclas a distintas proporciones es más fácil elegir la más adecuada para cada circunstancia”.

En breve, dispondremos de nuevas mezclas que ofrecerán al paciente nuevas posibilidades que se ajusten a su estilo de vida sin dejar de lado el control de su enfermedad. En opinión del doctor Calle, “las nuevas mezclas altas (es decir, con una elevada proporción de insulina rápida respecto a la de intermedia) pueden desempeñar un papel muy interesante y tienen un perfil de acción extraordinariamente útil para muchos pacientes, al adaptarse perfectamente al estilo de vida y horarios españoles sin perder ni un ápice de eficacia y seguridad”.

A pesar de que se trate de una patología en aumento en todo el mundo, casi la mitad de los casos de diabetes tipo 2 no están diagnosticados por falta de reconocimientos médicos ordinarios o desconocimiento. En estos momentos y con los datos disponibles, la prevalencia de esta enfermedad en nuestro entorno, podría situarse en torno al 10 por ciento de la población.

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