UGT alerta de que la “fuerte desviación” inflacionista obliga a ligar los precios a los salarios
UGT ha afirmado, en una nota de prensa, que la “fuerte desviación” inflacionista obliga a ligar los precios a los salarios. Los precios en La Rioja subieron un 0,2 por ciento durante el mes de febrero, hasta colocar el IPC acumulado en el -1,1 por ciento y el interanual en 3,7 por ciento (una décima por encima del Índice nacional y casi tres puntos de las previsiones), según ha informado UGT en una nota de prensa.
Este crecimiento ha sido impulsado en buena medida por el encarecimiento de los productos energéticos (el sector de transporte sube un 0,8 por ciento), pero también por los márgenes empresariales en algunos sectores estratégicos que provocan un aumento de los precios de los alimentos y, en consecuencia, del nivel general de precios de nuestra economía.
El constante incremento de los precios (salvo en enero y debido al periodo de rebajas) está provocando el freno del consumo y la demanda interna, por lo que UGT apuesta no sólo por el mantenimiento, sino por el crecimiento de los salarios como elemento clave para la recuperación económica.
La clave del consumo radica en el poder adquisitivo de los trabajadores; una capacidad de compra cada vez más mermada ante determinados abusos empresariales que no solo impiden que crezcan los salarios, sino que no permiten su simple actualización.
Por ello, y ante los descontrolados vaivenes de los precios en nuestra región (hemos pasado en cuestión de meses del fantasma de la deflación a una inflación desorbitada), UGT considera imprescindible seguir ligando los salarios al crecimiento de los precios.
En el modelo de determinación salarial actual se conjugan tres elementos inseparables: productividad, previsión de inflación y cláusulas de revisión salarial, cuya eficacia en momentos antiinflacionistas ha quedado demostrada.
Por lo tanto, la pretensión de suprimir la referencia de los precios en la fijación de los salarios se traduciría en un recorte salarial directo que redundaría en el hundimiento del consumo, así como en el retroceso en calidad de vida, de desigualdad social y precariedad laboral, absolutamente “inadmisibles” para UGT.
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