Un triunfo de los convincentes
La derrota de Lezama y el empate ante el Valladolid B, merced a la mala segunda parte, había generado alguna duda en el rendimiento de la UDL ante las ausencias de Errasti y Olaetxea en la medular. Sin embargo, la victoria contundente por 3-0 de los blanquirrojos ante un Burgos en alza recupera la versión más solvente de un conjunto, el blanquirrojo que maximizó sus oportunidades para tirar de efectividad, hasta colocarse 2-0, y resolver un duelo gracias al trabajo en equipo, al orden defensivo y a contar con un plan similar al utilizado contra Cultural Leonesa, por ejemplo. De hecho, los de Salmerón apenas inquietaron a Miño, lo cual siempre es una buena señal.
A la UDL le van las citas de altura. De lo contrario no se entiende la concentración exhibida en determinados partidos. Se sabía que el Burgos venía enrachado (tres victorias y una derrota desde que llegara Salmerón al banquillo). Quizá por eso, el cuadro blanquirrojo salió muy metido en el duelo. Confiado de su solvencia si ejecutaba su plan.
De primeras era no dudar, se contundentes y luego ver cómo actuaba un rival que empezó intenso, lanzando sobre Toché para hacerse fuerte en las segundas jugadas y combinar. Apenas duró ese escenario unos minutos. A raíz de una contra culminada por Raúl Sánchez con un tiro potente que atrapó Miño, los locales llevaron la manija.
El Burgos reculó o la UDL le obligó a ello. Zabaco y Caneda ganaba en presencia con el cuero. Cierto que no había muchos riesgos, que no estaba la tarde -fue jarreando con el paso de los minutos- para conceder opciones al oponente. Así, que los de Sergio Rodríguez -puso en liza a Olaetxea- buscaron llevar la iniciativa. Sin prisas, pero sin cometer errores. El conjunto burgalés cerraba bien, no dejaba circular por dentro e impedía los espacios por fuera. No había ritmo en la circulación, pero sí mucha intensidad en los duelos individuales. Faltaba profundidad, por lo que las acciones a balón parado podían decantar el choque.
La UDL acumuló más y aunque Palatsí no sufría, a excepción de un despeje de puños en una falta lateral, se intuía que sólo los blanquirrojos podían desnivelar la contienda salvo una acción puntual de los visitantes. Así fue. Córner que puso Ñoño entre el área pequeña y el punto de penalti para que Ander Vitoria rematara de cabeza, el portero del Burgos rechazó como pudo e Iñaki cazó la bola para introducirla en la portería. No hubo reacción de los que iban por debajo en el marcador. Mejor para alcanzar el descanso con ventaja.
Para evitar males mayores, Ander Vitoria se encargó de encarrilar el encuentro nada más reanudarse. Fue en una contra en la que Ñoño encaró, recortó, volvió a recortar y chutó… con la fortuna de que el balón le fue al delantero vasco, que colocó el interior para batir por alto a Palatsí. En medio de la euforia, Toché pudo volver a meter a los suyos con un tiro cruzado que se marchó por poco. Había que controlar la situación y no permitir que el Burgos confiara en llevarse algo de Las Gaunas.
El cuero era ahora para los visitantes. Lógico. Debía arriesgar más. La UDL apostó por el trabajo sin balón, por no dejar pensar cuando la pelota iba por dentro e impedir que por fuera pudiera realizar centros laterales. Salmerón realizaba dos sustituciones (Wilson y Pisculichi por Goti y el exblanquirrojo y silbado Borja Sánchez) y modificaba su dibujo para dejar los tres centrales por defensa de cuatro, además de poner dos delanteros. Con este nuevo planteamiento, los burgaleses se partían cuando los riojanos robaban, por lo que era importante finalizar la jugada e impedir una transición de los visitantes que acumulaban efectivos en la otra parte del campo.
La UDL jugaba con los tiempos. Cuanto tenía el esférico circulaba de un lado a otro, sin riesgo de hacerlo por dentro y apostando por el juego más directo. Enfrente el Burgos no metía miedo pese a su mayor presencia en el feudo logroñés. La victoria regresaba a las filas blanquirrojas después de dos jornadas. Se notaba. Sergio Rodríguez así lo entendía e iba pautando los cambios: Paredes (por Ñoño), Roni (por Ander Vitoria) y Gorka (por el amonestado Sierra), modificando también el dibujo para ubicar tres centrales ante el temor de envíos directos.
El Burgos había desaparecido. Le costaba ir hacia atrás y encima se encontró con otro tanto más en contra. Un golazo de Rubén Martínez para culminar una acción por banda izquierda. Un triunfo convincente por 3-0, de los que refuerzan al bloque y de los que invitan a pensar en otra racha de resultados positivos como la que llevó a la UDL a los puestos altos de la clasificación.
Ficha técnica:
UD Logroñés: Miño; Iago López, Caneda, Zabaco, Iñaki; Rubén Martínez, Sierra (Gorka, min. 85), Andy, Ñoño (Paredes, min. 74); Olaetxea y Ander Vitoria (Roni, min. 81).
Burgos: Palatsí; Goti (Wilson, min. 59), Carlos Martínez, Córdoba, Ryan Leak, Raúl Sánchez; Undabarrena; Indiano (Andrés, min. 69), Juanma, Borja Sánchez (Pisculichi, min. 59); y Toché.
Goles: 1-0, min. 37: Iñaki. 2-0, min. 47: Ander Vitoria. 3-0, min. 86: Rubén Martínez.
Árbitro: José Alberto Pardeiro Puente (Comité Cántabro). Amonestó a los locales Sierra (min. 52), Miño (min. 80) y Zabaco (min. 89).
Foto: UD Logroñés
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