Es habitual que cualquier rueda de prensa de la Comunidad de Madrid arranque con ataques al Gobierno de Pedro Sánchez, a sus ministros, a sus socios y a veces a todo junto. Pasa cada miércoles en las ruedas de prensa donde el Ejecutivo regional da cuenta de los asuntos aprobados en la reunión semanal del Gobierno. Pasa incluso en las presentaciones de proyectos y en todos los actos supuestamente institucionales que se celebran en la Puerta del Sol.
La cita de este miércoles hacer balance de 2025 no ha sido diferente y en atención a lo especial de la fecha, quien compareció fue la propia presidenta, Isabel Díaz Ayuso. Antes incluso del turno de preguntas, en un acto supuestamente institucional, Ayuso ya había cargado contra Sánchez y varios ministros, contra sus socios de coalición e incluso también contra el expresidente del Gobieno José Luis Ródriguez Zapatero, del que llegó a pedir, sin que nadie le preguntase por ello, que comparezca en el Congreso y el Senado para explicar sus negocios y gestiones con otros países, porque según dijo Ayuso, “sigue representando los intereses de España”.
37 minutos -de la hora y cuarto que duró la presentación- los utilizó Ayuso para arremeter contra el Gobierno, a su juicio el principal problema que tiene Madrid. La presidenta regional denunció que el Ejecutivo de Sánchez debe a Madrid 10.000 millones de euros, que frustra inversiones privadas por 23.000 millones imponiendo exigencias medioambientales a los centros de datos que pretenden implantarse en la capital y que ordena el cierre de nucleares para dejar a la capital “sin energía”.
“Madrid está gravemente infrafinanciada”, dijo en la misma rueda de prensa en la que presumió de su última rebaja del impuesto de donaciones y sucesiones para bonificar el 50% de las herencias entre hermanos y de tíos a sobrinos. “Se pretende que Madrid no puede bajar impuestos cuando esa libertad que está recogida en la constitución. Impide que se pueda competir con otras plazas internacionales. Verán como a País Vasco o Navarra no le van a hacer lo mismo”, se quejó la presidenta mientras enumeraba una lista de agravios interminable. De la retirada del Ejército de los actos del 2 de mayo a un impago por dependendia de más de 2.000 millones, pasando por un “reparto injusto” de los menores no acompañados.
Tras desplegar durante media hora un balance triunfal que citó entre sus logros fundamentales la ampliación de las redes de metro, la automatización de la línea 6 que se reabrirá al tráfico la próxima semana, y proyectos reformulados como la Ciudad de la Justicia o la Línea 7 de Metro, herencia ambos de las políticas fallidas de los gobiernos de Esperanza Aguirre, Ayuso pasó de puntillas sobre la grave crisis de la vivienda: evitó mencionar los 25.000 pisos prometidos cuando llegó al poder en 2019 y se limitó a hablar de que se habían entregado 8.000 y que Madrid es la región que construye la mitad de las viviendas sociales en España y de sus nuevos planes para reconvertir oficinas en casa y acabar con la “regulación y la burocracia”.
La presidenta también pasó de puntillas por el hundimiento de las universidades públicas en la región, que obligó a rescatar a la Complutense y que mantiene en vilo a los otros cinco rectores y los últimos escándalos conocidos en los hospitales privatizados. Las palabras del CEO de Ribera Salud pidiendo a sus directivos priorizar el ahorro económico frente a las listas de espera y el papel que juega su propia pareja, Alberto Gónzalez Amador, en Quirón, la empresa a la que ha pagado la Comunidad de Madrid 5.000 millones de euros en los últimos cuatro años, el doble de lo presupuestado.
Para Ayuso, también la crisis de sus universidades públicas, que se quejan de que su gobierno esté primando a los centros privados (esta misma semana ha abierto la universidad privada número 20 en la región) es un invento de La Moncloa. Eso y las últimas polémicas conocidas en hospitales privatizados. Según Ayuso, todo forma parte de un plan de Presidencia del Gobierno para “reventar las universidades”, la sanidad y los servicios públicos.
“Lo quieren reventarnos los servicios públicos para su pancarta en 2026 y 2027 y si por el medio se llevan al grupo Ribera Salud o a Quirón, o a quien sea, no dudarán en hacerlo, como han hecho con otras grandes empresas”, dijo Ayuso ya en el turno de preguntas.
“Estamos preparados para las campañas del señor Sánchez contra las universidades y los hospitales, que lo sepan en Moncloa”, advirtió después.
Ahí volvió a insistir, adelantándose a su propio partido y a Alberto Núñez Feijóo, en que Rodríguez Zapatero debería comparecer en el Congreso y el Senado para explicar “sus pactos y negocios”. Ayuso dejó una frase para aquellos que la acusan de ejercer más como una líder de la oposición que como presidenta de Madrid: “Vamos a seguir denunciando lo que ocurre en toda españa. España es de todos los españoles y los presidentes auotnómicos tenemos la responsabilidad de denunciar lo que sucede. Sino el deterioro va a ser irreparable. No queremos que los españoles hereden esto”.
Y a eso dedicó ya el resto de la comparecencia. La presidenta que ascendió a tercera autoridad del partido a su amiga Ana Millán, imputada por corrupción y quien ha atacado los informes de la Guardia Civil en su contra, que sabe que un juzgado está indagando en el troceamiento de contratos durante sus anteriores gobiernos para construir centros de FP, y cuyo hermano y pareja han cobrado comisiones por la venta de mascarillas en lo peor de la pandemia, sigue presentándose como látigo de la corrrupción... del resto de partidos.
Cita a Cerdán y a Ábalos, también los casos de acoso de Salazar en el PSOE, y en los últimos días incluye a Rodríguez Zapatero.
Mientras, se presenta solo como “la novia” de González Amador y defiende al grupo Quirón como el que mejores números tiene en las listas de espera en Madrid. También avanza que todo lo que pueda empeorar en 2026 lo hará, por culpa del Gobierno central.
La misma presidenta que hizo cambiar la ley en Telemadrid para tomar el control de la televisión pública y convertirla en su propio altavoz, ha criticado la gestión de la izquierda en Televisión Española.
“Veo un futuro muy negro para el Gobierno y para España entera, quemando las naves, dejando una herencia inasumible”, dijo Ayuso, quien advirtió que por el bien del país solo están trabajando las comunidades autónomas“. ”Cuanto antes acabe, mejor para todos“, subrayó sobre el Gobierno de Sánchez.