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Ayuso culmina su venganza contra los 'casadistas'

Isabel Díaz Ayuso; Paloma Martín y David Pérez en una foto de archivo

Fátima Caballero

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La venganza es un plato que se sirve frío, reza el refranero. Y en el caso de Isabel Díaz Ayuso, la presidenta de la Comunidad de Madrid lo ha seguido al pie de la letra. Ya ha pasado más de un año desde que se librara la guerra más cruenta que ha tenido lugar en la historia del Partido Popular entre Ayuso y el entonces líder del PP Pablo Casado. Pero las consecuencias de aquella contienda que terminó con la caída de Casado de la Presidencia del partido conservador –y aupó a Alberto Núñez Feijóo– siguen coleando a día de hoy en cada una de las decisiones que toma la dirigente madrileña.

La última venganza de Ayuso: ni Carlos Izquierdo ni David Pérez, ambos consejeros del Gobierno regional ocuparán ningún cargo de peso en el nuevo gabinete de José Luis-Martínez Almeida. Es, en realidad, el final de un castigo que empezó cuando la presidenta madrileña los envió a las listas al Ayuntamiento de Madrid. Aquel movimiento ya se interpretó como un toque por haberse posicionado en el bando de la anterior dirección nacional durante la batalla abierta en el partido. Para ellos, el PP de Madrid –y por ende Ayuso– les ha reservado ahora las presidencias de los distritos de Carabanchel y Hortaleza, respectivamente. Algo que algunos dirigentes de la formación califican de “degradación” respecto a sus anteriores labores. De consejeros a presidir un distrito y sin carteras. En el caso de David Pérez, la devalución es doble porque en el Gobierno regional ha sido el responsable de Transportes, una de las carteras más importantes, y previamente fue alcalde el Alcorcón, además de haber ocupado el número dos en la lista de Ayuso a las elecciones de 2019, una candidatura que decidió casi íntegramente Casado.

“No voy a olvidar”

La traumática salida de Casado del PP se produjo en medio de una guerra abierta con Ayuso que incluyó acusaciones de corrupción por la comisión de 238.000 euros que cobró su hermano, Tomás Díaz Ayuso, de un contrato a dedo de mascarillas del Gobierno regional. La cruda batalla terminó con la caída del excompañero y amigo de Ayuso, la persona que la eligió a dedo para encabezar una de las plazas más importantes para los populares tras la dimisión de Cristina Cifuentes por su máster fraudulento: la Presidencia de la Comunidad de Madrid. Todo aquello ha dejado bandos y cicatrices que no acaban de cerrarse más de un año después.

En el aniversario del 4M, hace ahora poco más de un año, Ayuso ya avisó de que pensaba cobrarse lo que para ella había sido una deslealtad por poner en cuestión la “honorabilidad” de su Gobierno, y en definitiva, la suya misma. “No voy a olvidar que se haya intentado trasladar algo distinto”, advirtió, delante de los muchos que hoy han recibido el castigo esperado. Dirigentes todos, que pagan con sus escaños o consejerías las complicidades con la máxima autoridad del partido de entonces, cuando se desató la guerra entre Génova 13 y la Puerta del Sol.

Los de Pérez e Izquierdo son dos casos diametralmente opuestos al de Marta Rivera de la Cruz, la hasta ahora Consejera de Cultura, que se ha convertido en una persona del núcleo más cercano de la presidenta regional. Ayuso la mandó de número tres de la lista de Almeida y el sábado se confirmó, como era previsible, que cogerá el testigo como titular de la Concejalía de Cultura, un cargo que hasta ahora ostentaba Andrea Levy, que también sale herida por su afinidad con Casado y ya no formará parte del Gobierno municipal.

La vuelta a la política nacional de Rivera de la Cruz como número dos de Alberto Núñez Feijóo en la lista por Madrid sembró dudas sobre si la también exdirigente de Ciudadanos asumiría Cultura en el Ayuntamiento. Finalmente este movimiento, no ha sido un impedimento para que Rivera de la Cruz se haga con Cultura y por ende forme parte del gabinete de Almeida como la persona de máxima confianza de Ayuso. Habrá que ver qué pasa tras las generales y si Feijóo tiene algún otro destino preparado para ella. Pero ese será otro capitulo.

A la larga lista que inició Enrique López –hasta el pasado miércoles consejero de Presidencia, Justicia e Interior–, y continuaron Enrique Ruiz Escudero –que no repetirá como titular de Sanidad–, Ana Camins y otros tantos que han pagado su posición en la batalla con sus escaños, alcaldías o consejerías, se unen ahora Pérez e Izquierdo. La lista es larga y no cesa. Tampoco sigue en el gobierno regional el hasta ahora consejero de Hacienda, Javier Fernández-Lasquetty, una salida que desde el equipo de la presidenta autonómica atribuyen a una “decisión personal” y que Lasquetty ha enmarcado en el deseo de “abandonar la política”, aunque de momento no tiene destino fuera de la vida pública y continuará como diputado regional en la Asamblea de Madrid. Todo apunta a que tampoco seguirá Paloma Martín, hasta ahora consejera de Medio Ambiente, que va de número tres por Madrid a la lista del PP al Senado.

Ayuso renovará, por tanto, su gabinete al completo. La presidenta madrileña en funciones, que será investida de nuevo en los próximos días, perfila un ejecutivo desde cero para la nueva legislatura en la que gobernará con mayoría absoluta. Ayuso presidirá su Gobierno por primera vez con las manos libres. Su guion en esta tercera temporada dependerá de lo que pase el 23 de julio en las generales. El resultado de esas urnas decidirá su destino: si cae derrotado Pedro Sánchez, tendrá que buscar un nuevo enemigo exterior; si queda Feijóo fuera de La Moncloa, se abre una oportunidad para liderar el PP nacional.

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