Cualquier conversación en Malasaña se avinagra cuando alguien saca el tema de los precios de la vivienda en la zona, ya sean de alquiler o de compra. Las subidas de las rentas a los inquilinos por parte de los caseros están a la orden del día y lo que se pide por metro cuadrado, tan al alza que llega a ser prohibitivo para todo aquel que no disponga de unos ingresos elevados.
Este martes el barrio ha amanecido con varios carteles que denuncian tanto este hecho como que cualquier espacio, por malas que sean las condiciones que presenta, esté en alquiler y, de hecho se alquilen. Los carteles han sido colocados en sitios como la plazuela de Antonio Vega, Corredera Alta de San Pablo, Espíritu Santo o la plaza del Rastrillo y animan a quienes los lean a que se sumen a la denuncia compartiendo en sus redes sociales casos abusivos que conozcan con la etiqueta #STOPM2DEORO.
La iniciativa parte de dos jóvenes vecinos de Malasaña estudiantes de publicidad, Mikel Fernández y Verónica Ratero. Ambos dicen haber sufrido un montón el problema en carne propia y estar “muy concienciados” sobre su dimensión.