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Galerías centenarias desaparecen durante las obras del parking de Canalejas y Patrimonio alega que no tiene constancia

Los viajes de agua encontrados bajo Canalejas y grabados en noviembre de 2018

Diego Casado

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“A saber de qué año es eso y a dónde lleva” narra el protagonista de un vídeo de una exploración urbana colgado en Youtube bajo la calle Alcalá. Lo dice señalando varias galerías subterráneas ubicadas en el subsuelo, dentro de las obras del Complejo Canalejas. Hallazgos arqueológicos que han quedado documentados en una grabación hecha en noviembre de 2018. A día de hoy el área de Patrimonio de la Comunidad de Madrid alega que no tiene constancia de esos vestigios.

Las imágenes muestran lo que parecen ser varios tramos de viajes de agua centenarios, que fueron habituales en el siglo XVIII en Madrid, y que están rodeados de los andamios del párking que la constructora OHL estaba ejecutando en ese momento dentro de la ambiciosa reurbanización de Canalejas, a solo unos metros de la Puerta del Sol. Por una de esas galerías se introdujo el autor del vídeo para comprobar hasta dónde llega. En la grabación va comentando la exploración con su compañero: “Imagínate que luego publicas cuatro fotos y te empieza a escribir gente: que esto hay que preservarlo, que es un delito...”. Un año después, recuerda a esta redacción que grabó los restos porque le llamaron mucho la atención: “Me sorprendió porque no esperaba encontrar las obras así”.

En la fecha de publicación de este artículo, la Comunidad de Madrid no tiene constancia de estos hallazgos. Asegura que no existen en los expedientes de los trabajos, confirman fuentes de la Consejería de Cultura a este periódico. “En el expediente no consta una identificación adecuada de estas estructuras ni un estudio detallado”, explican. “Tampoco se ha aportado una justificación adecuada de las actuaciones emprendidas”, añaden.

La Consejería va a requerir a la empresa promotora más información sobre estas galerías después de haber visto el vídeo de Youtube, y también reclamará que se le expliquen las actuaciones que se han desarrollado para valorar su interés cultural “antes de adoptar las medidas que sean necesarias”, aclaran las mismas fuentes a Somos Madrid. A día de hoy, las obras del aparcamiento, como las del resto de la manzana reconstruida por el grupo OHL, propiedad del exministro Juan Miguel Villar Mir, están casi acabadas. Incluso está ya abierto el cinco estrellas que la cadena Four Seasons instaló en el centro de la capital.

OHL asegura que Patrimonio estaba al tanto

Desde OHL, la empresa constructora, aseguran que todas las obras se ejecutaron con un “cuidado exquisito” con los hallazgos arqueológicos y que cada vez que aparecían restos los trabajos se paraban y se analizaban, para después reportarlo a Patrimonio y esperar para saber cuáles eran los siguientes pasos a seguir. Fuentes de la compañía de Villar Mir explican que en todo momento las decisiones se tomaron “en un equipo de trabajo integrado por personal del Ayuntamiento de Madrid, de Dirección General de Patrimonio, de OHL, además de una arqueóloga y una paleontóloga externas”.

Las mismas fuentes señalan que una placa colocada en el acceso desde la plaza de Canalejas hace alusión a los viajes de agua encontrados durante las obras y que todos los restos arqueológicos han contado con un proyecto específico. Sobre el vídeo grabado durante las obras declinan hacer comentarios.

La grabación en la que se identificaban los viajes de agua se publicó hace algo más de un año, pero no fue hasta el pasado domingo cuando la historiadora Sonia Taravilla denunció en su cuenta de Twitter (El Sereno de Madrid) que nada se sabía de los restos arqueológicos encontrados en Canalejas:

“Todo esto es muy triste, podríamos tener parking y también un recurso arqueológico en la ciudad”, lamenta Sonia, que se queja en conversación con este periódico de que se haya perdido al oportunidad de musealizar estas galerías a la vez que se construía el aparcamiento. Incide en el mismo argumento la historiadora Mercedes Gómez, conocedora de este tipo de infraestructuras con las que se transportaba el agua en Madrid antes de la construcción del Canal de Isabel II.

“El origen de los viajes del agua es del siglo XVII, pero los que se encontraron bajo Canalejas fácilmente pueden ser del XVIII, que es de cuando existe documentación de las arcas en la zona”, explica Gómez. Aunque la capital llegó a estar horarada con muchas de estas galerías, a día de hoy es difícil encontrar alguno visitable. Uno de ellos es el del Palacio del Conde de Tepa, sobre el que escribía la historiadora en su blog, Arte en Madrid. Otro apareció en 2018 junto a la calle Fuencarral durante unas obras del Canal, pero fue documentado y cubierto de nuevo.

El que pasaba bajo Canalejas ha sido identificado como el canal del Abroñigal Bajo, que desembocaba en la calle de la Cruz. El Alto, que pasaba cerca, llegaba hasta la fuente de la Puerta del Sol en la que estaba colocada la estatua de la Mariblanca, hoy situada sobre una columna en un extremo de la plaza. “Los viajes de agua son una cosa muy singular de Madrid y hay que cuidarlos para que la gente los conozca”, se queja Mercedes, que ha estudiado especificamente estas construcciones que surtían de agua numerosos edificios de Madrid.

Una noria del siglo XVIII, único vestigio conservado

De las obras de Canalejas, que cuentan con un largo historial de incidentes y han sido financiadas por los promotores del complejo, lo único de lo que se encontró bajo tierra que se ha conservado in situ son los restos de una antigua noria datada en el siglo XVIII y que estaba relacionada con la captación de aguas subterráneas. Es la construcción que aparece en la primera fotografía del hilo de Twitter. También se hallaron otros restos arqueológicos, “de distinta entidad y con estados de conservación muy dispares”, explican desde la Comunidad.

Los restos conservados en el párking fueron descubiertos en agosto de 2019 y actualmente se encuentran varios metros bajo tierra, a la altura de la entrada a la Consejería de Medio Ambiente, situada en el 16 de la calle Alcalá. Fue desplazada unos diez metros de su ubicación original debido a que afectaba a la construcción de los zanjas y pozos del sistema de saneamiento del aparcamiento y a los recorridos de acceso, informan desde el área de Cultura de la Comunidad.

La antigua noria está actualmente ubicada entre tres plazas de aparcamientos, con los coches estacionando a escasos centímetros de sus muros, sin ninguna protección más allá de la peana sobre la que se ubica, que ya estás rota por una de sus esquinas. La Dirección General de Patrimonio ha pedido a OHL la colocación de una urna de cristal para evitar su deterioro, así como que instale paneles informativos para informar de este bien cultural, algo que se desarrollará en los próximos meses. “Estamos pendientes de que Patrimonio nos indique dónde instalar la urna para hacerlo ya”, apuntan desde OHL.

Hasta ese momento, la única referencia a los restos arqueológicos que se encontraron bajo Canalejas serán un par de placas con la referencia al canal del Abroñigal Bajo, colocadas en cada uno de los accesos al aparcamiento, a la altura de la planta -1.

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