Los Dallas Mavericks en Tetuán: jugadores NBA, el tiro libre de Almeida y solo niños de un concertado como invitados

Este lunes por la mañana, bajo un sol de justicia, se inauguraban dos pistas de baloncesto rehabilitadas en el parque Rodríguez Sahagún por los Dallas Mavericks, con el patrocinio de X-Box. El remozo de las pistas de baloncesto de la instalación deportiva básica Los Pinos ha consistido en cambiar las canastas y el suelo, ahora pintado con los motivos del equipo de Dallas.

Dentro de las pistas, estábamos las autoridades, los invitados y la prensa. Fuera, vecinos curiosos y un amplio dispositivo policial.  Dereck Lively II –12 del draft y apuesta de los de Dallas para acompañar a Doncic bajo la pintura este año– y el canadiense Olivier-Maxence Prosper se llevaban todas las miradas. “¡Qué tíos más altos!”, se escuchaba. Al principio, no metían una –lo que tiene tirar en un campo desconocido– pero luego comenzaron a encadenar tiros limpios para asombro de la concurrencia.

Pronto aparecieron por allí, con su séquito, los políticos. El Director General de Deportes, Alberto Tomé González; el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, y otros que no intervinieron, como la consejera de Deporte, Marta Rivera de la Cruz. El alcalde era consciente de la expectación que levanta cada vez que se acerca a una pelota e hizo algún chascarrillo: “Luego, si queréis, hacemos unos tiritos, ya sabéis mis habilidades para el deporte”. Posteriormente, demostraría buenas maneras anotando el tiro libre inaugural de la cancha a la primera y hasta se animó a jugar una pachanga con algunos de los miembros de su equipo al acabar el acto.

Como los americanos lo hacen todo en pos del espectáculo, la directora ejecutiva de los Dallas Mavericks, Cynt Marshall, no dudó en hacer levantar al personal y subir al escenario al caballito azul que oficia de mascota de los Mavs para comenzar bailando su intervención. Imposible imaginar algo así con un Florentino Pérez o un Joan Laporta.

Los niños que miraban el acto en primera fila, y tuvieron la suerte de recibir unas clases de baloncesto por parte del equipo técnico del equipo de la NBA y los jugadores presentes, pertenecían a Nuestra Señora del Buen Consejo, un colegio concertado de agustinos radicado en la calle Juan Montalvo (distrito Moncloa-Aravaca).

Aunque, por cercanía, nos son pocos los tetuaneros que han estudiado en el colegio cercano a Reina Victoria donde tradicionalmente votan los presidentes del gobierno, cabe preguntarse si no ha encontrado el Ayuntamiento alumnos de un instituto más cercano a las pistas del Paseo de la Dirección y, a ser posible, público.

De hecho, hay varios centros públicos en el limítrofe Barrio del Pilar que están más cerca de las canchas que el privado-concertado. Seguramente, a ellos acuden los chavales que habitualmente juegan al baloncesto en el Rodríguez Sahagún, donde hay gran actividad baloncestística, con muchos partidos de las comunidades de origen latino y filipino. Algunos de ellos curioseaban emocionados a través de la valla esta mañana, por cierto, pese a que la presentación se producía en horario escolar.

El nombre más pronunciado a lo largo de la mañana fue el del ausente Luca Dončić, cuya camiseta lucía tras una vitrina en una esquina del campo, y que mañana volverá a enfrentarse a su ex equipo, el Real Madrid, en el Palacio de los Deportes. Los vecinos que se dejaron caer por el parque se llevaron en la retina una mañana divertida, con animadoras a la americana, una demostración de mates de dos miembros de Dunk Elite –una suerte de Harlem Globetrotters– y una camiseta de algodón de los Dallas Mavericks. Un crío del Buen Consejo se fue a casa, además, con la consola de videojuegos que fue sorteada ante los ojos de los vecinos del barrio, que miraban desde el otro lado de la valla.