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Vox marca la investidura de Ayuso con racismo y homofobia mientras la izquierda alerta de un “acuerdo que avergüenza”

Diputados de la Asamblea de Madrid aplauden al diputado de Podemos Serigne Mbaye Diouf (c). EFE/ Fernando Villar

Fátima Caballero / Sofía Pérez Mendoza

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Un discurso racista, homófobo y machista. Con esos mimbres ha llegado este viernes Vox a la Asamblea de Madrid a marcar el paso de lo que será el nuevo gobierno de Isabel Díaz Ayuso hasta 2023. La extrema derecha dará hoy sus votos a favor de que Ayuso revalide su mandato como presidenta. Y la portavoz de la formación, Rocío Monasterio, ha dejado claro que ese apoyo no será gratis durante el resto del mandato con el discurso más extremista que se recuerda en la Asamblea de Madrid. “Para encontrar soluciones estamos abiertos a colaborar con ustedes siempre que respeten a nuestros votantes y el programa político que nos ha traído hasta aquí”, advertía Monasterio.

Durante media hora, la líder de extrema derecha ha exigido a Ayuso la derogación de todas las leyes “de género” autonómicas, que incluyen las de la lucha contra la violencia machista y las LGTBI; ha pedido el cierre de Telemadrid y ha lanzado proclamas xenófobas con los menores extranjeros no acompañados en el centro de la diana. Pero el momento más tenso del debate se ha producido cuando Monasterio se ha dirigido al diputado de Unidas Podemos de origen senegalés Serigne Mbayé. La ultraconservadora le ha señalado con proclamas racistas para acusarle de llegar a España de forma “ilegal”.

“En Vox no miramos hacia otro lado frente a la delincuencia y la falta de integración por los jóvenes extranjeros. Podemos quiere hacer de la foto de Mbayé un símbolo, es un símbolo de su abandono de la clase trabajadora”, ha lanzado Monasterio en referencia a que el diputado –con nacionalidad española– ha liderado el sindicato de manteros. “Nuestro problema con el señor Mbayé no es que sea blanco o negro, bajo o alto, sino que es una persona que se saltó la cola de entrada”. Y ha concluido: “Y además de entrar de forma ilegal, durante años se lucró de la venta ilegal a las puertas de los comercios y esas pymes a los que ustedes suben los impuestos y la factura de la luz”, ha zanjado.

Los ataques de Monasterio han retumbado en la Cámara de Vallecas. Mbayé ha pedido el turno de palabra por alusiones y le ha pedido a la líder de extrema derecha que retirase sus palabras racistas del diario de sesiones. “Yo soy español y le pido formalmente que retire las palabras racistas que ha declarado hacia mi persona y hacia todas las personas migrantes. El racismo no cabe en esta cámara ni en España”, ha concluido Mbayé.  Toda la bancada de la izquierda se ha puesto en pie para aplaudirle. Y hasta la presidenta de la Cámara, María Eugenia Carballedo, ha salido en su defensa.

“¿Retira las palabras? Yo no puedo retirar las palabras, pero sí le invitaría a que lo hiciera”, le ha dicho Carballedo a Monasterio. Una advertencia que no ha gustado a la líder de Vox ni a la bancada del PP, muda frente a los aplausos de la izquierda a la presidenta de la Asamblea ante su defensa a Mbayé.

Tras estos minutos de tensión, el PSOE ha tomado la palabra en la sesión de investidura. La portavoz socialista, Hana Jalloul, ha advertido al PP que Isabel Díaz Ayuso será presidenta con “el acuerdo del que huyen avergonzadas todas las derechas de Europa”. “Tendrá los votos necesarios para ser investida gracias a la ultraderecha que se ha mostrado hoy”, ha zanjado Jalloul.

También Mónica García ha querido empezar su discurso con el rechazo a la extrema derecha: “Nuestro más firme apoyo a Mbayé. Ningún discurso de odio nos va a hacernos mover ni un ápice de nuestras convicciones”, comenzaba. “Su gobierno está apoyado por la extrema mala gente a la que no sabemos qué le ha dejado a deber pero si sabemos que el precio lo pagamos los y las madrileñas con nuestros derechos”, ha lanzado García.

Ya en su turno, la presidenta autonómica en funciones, Isabel Díaz Ayuso, –que ha decidido responder a todos los grupos a la vez y no por separado en un claro gesto de desprecio a la oposición– ha elegido bando tras estos ataques racistas. “Quienes son realmente radicales son los partidos de la izquierda”, comenzaba Ayuso en esa defensa cerrada a los que serán su socio de Gobierno “No hay nada más que ver el trato que le han dado señora Monasterio. Me ha abochornado que traten a su partido de esa manera”, ha continuado. La candidata a la investidura ha tendido así la mano a Vox: “Diferimos en muchas cuestiones, pero no va a ser un obstáculo para lograr propuestas comunes”.

Unidas Podemos, que abrió el debate acusando a la candidata a la investidura de hacer “propaganda” desde la Comunidad de Madrid “al servicio de su carrera política”, ha lamentado en su segunda intervención el “tono” de Ayuso contra la izquierda. “Estoy alucinada con la faltas de respeto y la mala educación que usted ha profesado”, ha lamentado la portavoz adjunta del grupo, Alejandra Jacinto, dirigiéndose a Ayuso. Entonces, la presidenta de la cámara ha cortado su intervención. “Vamos a tener un debate del que nos sintamos orgullosos todos”, ha señalado Carballedo.

La polémica no ha terminado ahí. Carballedo ha terminando expulsando a la diputada de IU Vanessa Lillo después de que esta haya protestado por los comentarios racistas de la dirigente de Vox, Rocío Monasterio, que ha insistido en su segunda intervención en atacar a Mbaye.

La cuestión ha terminado con el rifirrafe de Monasterio con la presidenta de la Asamblea, que durante su primera intervención le había pedido que retirase los comentarios racistas al diputado Mbaye. “Gracias por no comprar la caricatura que hace la izquierda de Vox. Lamento que lo haya hecho la presidenta de la Asamblea de Madrid”, ha protestado la dirigente de extrema derecha. En primer lugar, ha agradecido el apoyo de Ayuso, que se ha posicionado del lado de Vox en esta cuestión y después ha criticado a Carballedo, que le ha respondido: “Haga el favor de respetar la tribuna y este hemiciclo. Cíñase a la cuestión, estamos en el debate”.

Este ha sido el preámbulo del segundo momento de tensión en un debate de alto voltaje. La subida de Monasterio a la tribuna ha desencadenado la expulsión de la diputada de Unidas Podemos Vanessa Lillo. La dirigente de Vox, lejos de rectificar, se ha reafirmado sus palabras contra Mbayé, lo que ha desatado otra protesta sonora encabezada por Lillo, llamada al orden en tres ocasiones.

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