Apelan a nuestro patriotismo y a nuestra soberanía como españoles para decidir (que nos neguemos a la consulta independentista de los catalanes, o sobre el apoyo a la unidad de España, o para la oposición, junto al Ejecutivo de Rajoy, a la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos que deroga la doctrina Parot, y dicta la salida de etarras de las cárceles).
Pero nos ningunean cuando se hizo la reforma exprés de la Constitución para limitar el déficit público. O cuando se trata de decidir la aplicación de las amargas recetas políticas que nos imponen los “hombres de negro, la troika”; o cómo recuperar las pérdidas de las preferentes, o para abolir por decreto los desahucios; los recortes y reformas inútiles y sangrantes del Gobierno de Rajoy.
Para estas cosas no apelan a la soberanía de los españolitos de a pie, sino que nos engañan para conseguir nuestros votos y dar cabida a otras políticas conservadoras restrictivas, y de ideología neoliberal, contra los derechos sociales más elementales.
Nos menosprecian y engañan con falsas promesas electorales que no cumplen. Y no les interesa para nada la economía productiva, real, de los españoles, solo buscan las ganancias especulativas y los beneficios de la élite financiera que les ampara. Se les llena la boca de mentiras, y Rajoy miente hasta en la sopa: es fundamentalmente mentiroso compulsivo, de esos que se cree lo que dice aunque sepa que no es verdad y que nunca logrará las falsas ilusiones que tiene en la cabeza. Lo malo es que es presidente de todos los españoles/as y sus decisiones empeoran la calidad de vida de los trabajadores, y arruinan el futuro de nuestras pensiones.
La medidas represivas que ha impuesto el Gobierno con el anteproyecto de la Ley de Seguridad Ciudadana, acaba por rematar su desconocimiento de la realidad española, y además, nos quieren acallar para que no seamos activos ni hagamos oposición a sus desmanes.
Por ejemplo hace unos días, la Secretaría de Estado de Comunicación rompe el pacto de más de una década entre los periodistas y se reserva la decisión de elegir qué medios preguntan al presidente. Por otro lado, esta ley de Seguridad Ciudadana, prevé, entre otras muchas sanciones, multas de hasta 30.000 euros por los ultrajes a España, las autonomías, entidades locales o instituciones, símbolos, himnos o emblemas efectuados por cualquier medio.
Todos los políticos y capas sociales, excepto el PP, han rechazado totalmente este anteproyecto de la norma impulsada por el Gobierno de Rajoy, conocida también como la Ley Mordaza, “por suponer un ataque a derechos fundamentales de la ciudadanía”. También el Consejo de Europa ha criticado “la vaguedad y dureza de la norma”. Entre sus criticadas normas se contempla que las faltas consistentes en amenazar, coaccionar, injuriar, fotografiar, grabar o vejar a los agentes encargados del orden público, serán castigadas con multas entre 100 y 1.000 euros. Además de otros delitos que “ellos” decidirán, con su ley mordaza, quién amenaza, quién es víctima y quién es verdugo…
Para otras tantas cuestiones de gran importancia para la supervivencia socioeconómica de los españoles no nos consultan o nos engañan.
Ahí está el caso de Eurovegas. El sueño, ese mal sueño faraónico que era un estafa, se ha esfumado. Diez meses después de anunciar que la localidad madrileña de Alcorcón era la elegida para albergar un macrocomplejo de ocio y juego, Las Vegas Sands ha dado carpetazo al proyecto y deja a la comunidad madrileña sin una de sus grandes apuestas de esta legislatura. Y ahora España es más pobre aún, ya que nos iban a sacar, con cifras escalofriantes y multimillonarias, del paro y de la miseria.
Todos, lo presumíamos ya, menos los agoreros y los engañados por el PP. Y eso que algunos políticos peperos y empresarios con ansias desmedidas de ganar dinero a mansalva estaban dispuestos a bajarse los pantalones hasta lo indecible. El futuro de España, que no ya el presente, se nos revela “jodido”. El porcentaje de pobreza y la privación de derechos sociales en España aumenta desorbitadamente, pero hay algo que evidentemente disminuye, y es la vergüenza en algunos ministerios y políticos del gobierno de Rajoy. La quiebra social está ya en marcha, y ante la indignación de las mareas ciudadanas, la Administración Central del PP nos reprime. Y lo hace con un desprecio brutal, sin contar con nosotros, a excepción de apelar a nuestros valores patrios, de españolitos resignados, para que les demos el voto.
Pero como decía un columnata provinciano “no les vamos hacer ni puto caso”. ¡¡Mentirosos!!
