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Opinión - ¿Y ahora qué? Por Marco Schwartz

Pirólisis: un futuro sostenible para los neumáticos fuera de uso

Los neumáticos desechados poseen un valor como base para la producción de nuevas cubiertas.

Motor

La pirólisis se ha erigido en elemento central del evento Recovered Carbon Black Conference 2023, celebrado en noviembre en Barcelona y punto de encuentro anual de expertos e innovadores de este sector de la industria. Esta edición de la cita ha girado en torno al negro de carbón recuperado a partir de neumáticos usados haciendo uso justamente de este procedimiento.

El acuerdo suscrito entre TNU, el sistema integrado de gestión Tratamiento Neumáticos Usados, y la empresa Greenval Technologies para construir cuatro plantas pirolíticas industriales en nuestro país será un desarrollo clave para implantar esta tecnología, según leemos en la web posventa.info.

Pero ¿en qué consiste exactamente la pirolisis de neumáticos usados? Se trata de un proceso de tratamiento térmico sin oxígeno que descompone el caucho en valiosos recursos. La operación genera un 85% menos de CO2 que otros métodos de reciclaje, lo que lo convierte en una fuente de energía limpia.

Por cada 10.000 toneladas de neumáticos reciclados mediante pirólisis, se obtienen los siguientes recursos: 4.100 toneladas (un 41%) de aceite pirolítico, que se utiliza como combustible o para la producción de energía eléctrica o térmica; 4.300 toneladas (un 43%) de negro de carbón, esencial en la fabricación de nuevas cubiertas, y entre 1.500 y 1.600 toneladas (un 15%-16%) de gas de proceso, una fuente de energía limpia que se reutiliza para autoabastecer a la misma planta pirolítica.

TNU, una sociedad sin ánimo de lucro creada para dar respuesta a la responsabilidad de los focos productores de Neumáticos Fuera de Uso (NFU) y con el fin de gestionar de manera eficaz su reciclado, está apostando con decisión por la pirólisis como una solución destacada para reciclar y extraer valor de los millones de neumáticos que se generan cada año en España.

El negro de carbón, o carbon black, es esencial en la fabricación de neumáticos, pues representa el 22% de su composición, y se obtiene tradicionalmente de materias primas fósiles. Se compone de partículas de carbono altamente refinadas y se utiliza sobre todo para fortalecer el caucho del neumático, lo que mejora su vulcanización y aumenta su resistencia a la tracción, la torsión y el desgaste.

El negro de carbón actúa también como pigmento, además de como estabilizador de rayos ultravioleta, lo que da como resultado el característico color negro de los neumáticos.

Aunque la mayoría de los proveedores europeos de negro de carbón se encuentran en Ucrania y Rusia, lo que dificulta su distribución debido a la guerra que los enfrenta y a la intención de la Comisión Europea de bloquear su importación desde Rusia, se puede recuperar este material a partir del reciclado de neumáticos usados mediante la pirólisis.

Este proceso puede resolver también el problema de los miles de toneladas de neumáticos desechados cada año en España (295.000 en el año 2022) y del aumento del precio del propio carbon black, debido al antes referido conflicto internacional.

Contribución a la sostenibilidad

Además, en respuesta a la propuesta de la Comisión Europea de prohibir el uso de gránulos derivados del reciclaje de neumáticos en césped artificial, con el objetivo de reducir las emisiones de microplásticos, la pirólisis emerge como la alternativa más viable para reciclar y dotar de valor a los neumáticos fuera de uso.

Por último, esta fórmula contribuye a los objetivos de la Unión Europea para 2030 de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y aumentar el uso de energías renovables. El proceso avanza hacia una economía circular de bajo consumo de carbono, promoviendo la sostenibilidad y la eficiencia en el tratamiento de los neumáticos que ya han superado su ciclo de vida útil.

Como decíamos al inicio, TNU y Greenval Technologies han firmado en España un convenio para colaborar en el desarrollo de cuatro plantas pirolíticas industriales en diferentes comunidades autónomas, las primeras de su tipo en nuestro país, ubicadas estratégicamente cerca de las instalaciones de tratamiento y reciclaje de neumáticos.

TNU proveerá de materia prima, específicamente chips de NFU, a las plantas de pirólisis de Greenval Technologies. Se prevé que cada planta tenga una capacidad de tratamiento de 10.000 toneladas de chips de NFU al año. Todas ellas disponen de un diseño modular y han recibido, cada una, una inversión de 12 millones de euros.

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