Dentro de la especies en peligro de extinción de la Región de Murcia encontramos la Avutarda, Lince, Nutria, Aguila Perdicera y ahora el Bombero. Podría nombrar otras especies ya desaparecidas como pueden ser el sentido común político, la primacía de la lógica o la altura de miras. Queda de manifiesto la falta de conservadurismo y proteccionismo de aquello que imperaba por nuestras calles y ahora se convierte en un recuerdo. Olvidémonos de lo importante, de lo primordial para dar paso a lo efímero, resulta más gratificante una buena fotografía política que un Parque de Bomberos o que una Comisaría de Policía.
La gerencia del Consorcio de Extinción de Incendios y Salvamento de la Región de Murcia retiró el servicio de bomberos de San Pedro del Pinatar, que prestaba servicio a parte de la zona del Mar Menor. Posteriormente fueron los parques de Yecla y Mula los que por falta de efectivos tuvieron que dejar de dar servicio. En Jumilla los bomberos no participaron en la romería del Cristo de la Columna en protesta por la falta de efectivos.
Queda patente la falta organización y planificación por parte de la Gerencia y del Gobierno Regional que en la actualidad tienen vacantes 120 plazas. Quiero pensar, que no están donde tienen que estar, ni piensan en lo que tienen que pensar, porque para los presupuestos de la Región de Murcia 120 plazas de profesionales, de los que en infinidad de ocasiones nuestra vida esta en sus manos, no puede ser un problema. Las distracciones al volante se pagan y al frente de un gobierno las pagamos todos. El incremento presupuestario de los últimos 12 años para acometer la totalidad de emergencias supone un 0,3 por ciento del presupuesto de la Región.
Esta situación no es casualidad, los incendios en el ámbito político de la región no terminan de apagarse. Estamos viviendo una legislatura que pasará a la historia por dislate político. Estamos frente a una situación generada por la ambición política de unas cuantas personas que han mermado la capacidad ejecutiva para gestionar los recursos públicos.
La solución no pasa solo por cubrir 120 plazas de bomberos, que el árbol no nos impida ver el bosque, necesitamos una comarcalización administrativa que dote a todos los municipios de los servicios básicos y vele por sus intereses. La riqueza cultural, social y económica de nuestra Región siempre ha sido al albor de una diversificación en el que cada rincón suma. La Región de Murcia somos todos los que la componemos, sin ciudadanos de primera o de segunda, sin que por vivir en una zona concreta vivas con el miedo a que cuando necesites a los bomberos tardaran mucho porque el Parque de tu localidad esta sin servicio.
Realmente esto no puede ser un problema más allá de una descoordinación ejecutiva, nadie en su sano juicio les dirá nada por tener un Centro de Salud, Policia Local un Colegio o un Parque de Bomberos en su localidad.
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