Entre barracas huertanas y el clamor de pitos y bengalas del Entierro de la Sardina, Murcia se dispone a superar sus dos semanas grandes, la Semana Santa y la de las Fiestas de Primavera.
Y aunque quedó atrás, algunos no olvidamos la noticia inquietante del Domingo de Ramos, que pareciera diseñada para que cayera en el olvido por el fragor de las fiestas por llegar: “Esta misma semana comienzan las obras de la cafetería de la Cárcel Vieja con el objetivo de iniciar su actividad lo antes posible”, rezaban algunos de los titulares. La noticia era publicitada y enmarcada dentro de los planes de expansión de un importante empresario de la hostelería con horarios que no deben ceñirse a los estrictos de funcionamiento del espacio cultural junto al que se ubica y que teóricamente lo justifica, sino que los excede en tiempo y días de apertura, incluso domingos, que la Cárcel Vieja permanece cerrada.
Creo necesario enmarcar esta noticia en el proceso histórico de recuperación de este lugar de represión y su integración en la vida social de la ciudad, gestionado por el Ayuntamiento de Murcia desde que fuera cedido por la administración estatal en virtud de transacciones legítimas que no cuestionamos.
En octubre de 2017 un jurado, presidido por el alcalde Ballesta y que contaba entre sus miembros con el concejal de Fomento, representantes de los colegios oficiales de arquitectos, aparejadores, arquitectos técnicos e ingenieros de edificación; de la Academia Alfonso X El Sabio; y arquitectos de reconocido prestigio designados por el Ayuntamiento de Murcia, el Colegio Oficial de Arquitectos, la Consejería de Cultura y la Universidad de Murcia, eligió como mejor opción la titulada 'Muros etéreos'.
La rehabilitación de la cárcel constaba de dos fases, de las que la primera de ellas fue consumada con la eliminación de su cerramiento exterior lindante a la Avda. Primo de Rivera y con la habilitación de un espacio expositivo que hasta este momento ha venido ofreciendo exposiciones diversas que no podemos detallar.
Circunstancias diversas ocultaron el sentir de la ciudadanía ante la destrucción de los muros de la cárcel en un lugar tan céntrico y vertebrador como es la Plaza Circular y la Avda. Primo de Rivera, encubriendo opiniones discordantes protagonizadas por las asociaciones memorialistas o Huermur, circunstancias que desembocaron en un nuevo equipo de gobierno municipal con cambio de alcalde en la Glorieta entre marzo 2021 y mayo 2023: José Antonio Serrano.
En el Congreso, dos diputados de IU y Sumar plantearon preguntas sobre las obras en nuestra Cárcel Vieja de las que la directora general de Memoria Democrática se hizo eco y abrió las gestiones para incoar el procedimiento para convertir la Cárcel en Lugar de Memoria Democrática en julio de 2024.
La segunda fase estaba inédita y sin abordar hasta el presente año en que a comienzos de febrero se procedía a iniciar su ejecución. Y el Ayuntamiento de Murcia lo hizo con las mismas connotaciones y circunstancias legales que realizó la fase 1, olvidando que la situación es distinta: la Ley de Memoria Democrática ha entrado en vigor y protege este edificio. El martes 4 febrero 2025 las máquinas iniciaron los trabajos y consiguieron derribar unas decenas de metros del muro del pabellón de internos de la cárcel.
La noticia corrió por la ciudad y espontáneamente surgió un movimiento de ciudadanos que se manifestaba ante la propia obra y consiguió paralizar el derribo, a la vez que Huermur y asociaciones memorialistas actuaron y consiguieron que el mismo martes 4 febrero de 2025, la secretaria de Estado de Memoria Democrática pidiera la paralización inmediata de las obras de derribo del muro perimetral de la segunda fase del proyecto Muros Etéreos que pretendía eliminar el antiguo patio carcelario.
En estos momentos se encuentra incoado el expediente para definir a la Cárcel Vieja como lugar de Memoria Democrática desde su publicación en el BOE el 11 de junio de 2024. Y esta situación ha marcado un hito que condiciona las gestiones por venir e incluso las que están en curso, pues le pese a quien le pese la apertura de dicho expediente la protege legalmente con antelación a la conclusión del mismo, dotándolo de la misma protección que el bien ya declarado lugar de Memoria Democrática, en espera de la declaración definitiva pero en salvaguarda de derecho y en evitación de daños irreversibles. En esta encrucijada no tienen cabida planes algunos en el ámbito del bien a proteger la Cárcel Vieja, incluida la demolición del muro que fue detenida por orden del Ministerio ni proyecto alguno de remodelación, como sería la cafetería, que en vísperas de Semana Santa se aireaba de nuevo.
Esperamos que el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Murcia no vuelva a tropezar con la misma piedra y que la orden de suspensión del derribo de los muros carcelarios de la Fase 2 de la remodelación 'Muros etéreos', de 4 de febrero pasado, sirva para no emprender caminos jurídicamente improcedentes por incompatibles con la Ley de Memoria Democrática.
No podemos comprender ni compartir que estando suspendida la remodelación de la Cárcel Vieja, poniendo en cuestión su propia continuidad en los términos en que fue seleccionado el proyecto ganador del estudio IH Arquitectos, liderado por Manuel Hernández Jiménez, pueda mantenerse como si nada hubiera sucedido, el proyecto que el Domingo de Ramos se publicitaba de una cafetería como lugar de celebraciones o eventos de un empresario de la hostelería sin más miramientos que la extensión de su negocio en no importa qué marco.
No, la Cárcel Vieja no puede convertirse en un espacio comercial con cafeterías, terrazas y áreas para espectáculos. Lo prohíbe la legalidad vigente y lo descarta el respeto que merece el legado histórico que seguimos descubriendo en Murcia, del que forma parte el lugar que ahora pretendemos incorporar a la red de espacios públicos sin enmascarar ni difuminar lo que en el pasado fue dentro de un capítulo de nuestra Historia que ahora no podemos “blanquear” y que hemos de preservar y trasmitir a las generaciones futuras sin pérdida ni descargo de su significado real.
Murcia debe saber que en estos momentos hay acciones legales en marcha, incluidas las judiciales y administrativas, que no pueden eludirse ni por parte de las administraciones municipal y regional ni por entidades privadas que pudieran sentirse depositarias de permiso o potestad de mantener proyectos que deben ser suspendidos basándonos en la legalidad vigente, como es cualquier obra del entorno de la Cárcel Vieja que exceda las de mantenimiento de la estructura actual. Cafeterías, terrazas y áreas comerciales deben quedar en suspenso, a no ser que se busque una nueva orden de paralización.