Una matrona en tu móvil: por qué proliferan las apps y asesorías de seguimiento del embarazo, parto y posparto
María Solá tiene 42 años y dos hijos pequeños. Cuando se quedó embarazada por primera vez, hizo todo el seguimiento en la sanidad pública. Análisis de sangre mensuales, tres ecografías y la famosa curva del azúcar. Todo iba bien. Pero cuando la fecha de parto se aproximaba y empezó el curso de preparación, comenzaron a asomarse los miedos. “Nos pasó a varias embarazadas del mismo grupo, que nos entró un vértigo horrible. La matrona solo hablaba de complicaciones en el parto, de enfermedades del bebé y la madre, todo era horroroso”.
Trató de informarse por su cuenta pero tampoco fue suficiente, así que a través de una amiga conoció a un equipo de matronas que ofrecían cursos presenciales personalizados y que pusieron a su disposición una app de seguimiento. “Fue lo mejor que pude hacer; de hecho, con el segundo, ya acudí directamente a este centro privado, aunque el seguimiento de los embarazos y los partos fueron en la sanidad pública”, cuenta.
Los hábitos de seguimiento del embarazo y el posparto han cambiado en España en los últimos años. De las consultas presenciales de matronas y ginecólogas se ha pasado ahora a un seguimiento más digital e individualizado, donde las aplicaciones móviles y las expertas con perfiles en redes sociales están ganando peso. Son varias las causas que explican este cambio: una falta de recursos de seguimiento que se da especialmente en la sanidad pública, pero también en la privada; un vacío de atención que choca con la necesidad de información de las madres; y un cambio generacional, que hace que cada vez se consuma más información a través de Internet y se busquen asesorías también digitales.
Falta de matronas
Según la Asociación Española de Matronas, España necesita aumentar su plantilla en más de mil profesionales para alcanzar la ratio de 25,9 matronas por cada 1.000 nacimientos establecido por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Los datos de esta asociación profesional hablan de una media en España de solamente 12,4 matronas por cada 1.000 nacimientos, lo que hace que algunas profesionales tengan que asumir en algunos casos el seguimiento de 30.000 pacientes, cuando la media debería estar en 4.000 o 4.500.
Mari Ángeles Rodríguez es responsable de Relaciones Institucionales de la Asociación Española de Matronas. Para ella, el problema de la falta de profesionales en España tiene que ver con varios factores: “Estamos por debajo de la media europea desde hace muchos años, hay una carencia de oferta formativa y además no se desarrollan bien nuestras competencias”, asegura. Desgranando un poco cada factor, Rodríguez explica que habría que aumentar el número de plazas de esta especialidad para garantizar un buen seguimiento del embarazo y el posparto: “Las consultas con una mujer embarazada o puérpera requieren mucho tiempo, hay muchas dudas que resolver y debería hacerse un seguimiento más a fondo”. Además, una matrona podría cubrir muchas más funciones de las que tiene asignadas, según la asociación: “Somos un perfil profesional idóneo para desarrollar todos los programas de salud relacionados con la mujer: educación sexual, preconcepción, embarazo, puerperio, menopausia y diagnósticos precoces de los tipos de cáncer más relacionados con las mujeres, como el de mama o el de cuello de útero”, reivindica Rodríguez.
Desde la Asociación Galega de Matronas también denuncian la escasez de profesionales: sus datos apuntan a una carencia de 900.000 matronas a nivel mundial. Noelia Amor es su presidenta, y lo explica así: “La falta de matronas se da no solo en España sino en todo el mundo, pero en países desarrollados como el nuestro no podemos continuar así. Hay que tener en cuenta además que en los próximos años va a haber muchísimas jubilaciones”. Amor, que trabaja como matrona eventual en distintos centros públicos gallegos, introduce además la perspectiva de género para hablar de lo infrautilizadas que están: “Como somos la mayoría mujeres y tratamos a mujeres, estamos muy infravaloradas por parte del sistema sanitario y de la sociedad en general”, denuncia.
Coincide en este diagnóstico Pilar Lobato, que trabajó durante décadas en la sanidad pública como matrona y en puestos de gestión sanitaria: “Claro que hay escasez de matronas en Atención Primaria, llevamos años denunciándolo. Los protocolos están muy bien, pero son bastante rígidos y lo que pasa es que no hay personal para cumplirlos. Como somos poquísimas, tenemos siempre las consultas llenas y nos dan como mucho diez minutos para atender a cada mujer. Y así no se puede hacer bien el seguimiento del embarazo y el posparto, es imposible. Tratamos por nuestra cuenta de cubrir las carencias que existen, dando nuestros teléfonos, haciendo horas extra, buscándonos recursos… pero eso no puede ser, la Seguridad Social debería garantizar un seguimiento más completo para que todas las mujeres puedan acceder”, denuncia.
El acompañamiento sanitario a mujeres embarazadas y puérperas varía en función de cada comunidad autónoma. A nivel nacional, la atención al embarazo y al posparto se rige por la Guía de Práctica Clínica de Atención en el Embarazo y Puerperio, publicada por el Ministerio de Sanidad en el año 2014 –y pendiente de actualizar–. En la guía se propone un programa de seguimiento de entre 6 y 9 visitas en embarazos normales, llevados a cabo por matronas y médicos de familia, con el apoyo de la unidad obstétrica. En cuanto al posparto, se sugiere ofrecer un mínimo de dos consultas con la matrona en los primeros 40 días tras el alta hospitalaria, la primera en 24 o 48 horas, la segunda al final de la cuarentena. Y a nivel internacional, la Organización Mundial de la Salud ha recomendado recientemente intensificar el seguimiento del embarazo y el posparto, poniendo atención a cuestiones como la salud mental, el estado físico de la madre y el bebé y el entorno social. Sin embargo, la falta de recursos hace que muchas veces estas recomendaciones no se cumplan, o se cumplan de una manera demasiado superficial, según denuncian las expertas.
Un nicho de mercado
Ante esta situación de carencia de recursos y el cambio en los hábitos de consumo de información, son muchas las empresas tecnológicas y las profesionales sanitarias que se han especializado en acompañar a mujeres embarazadas o puérperas. La demanda de este tipo de servicios es muy alta, y en los últimos años han surgido aplicaciones móviles que cubren todo tipo de carencias y que han encontrado un nicho de mercado en continuo crecimiento. Seguimiento del embarazo, matronas a domicilio o asesoramiento para la lactancia son algunos de los servicios que ofrecen estos profesionales o empresas.
La matrona Carla Quintana es una de las profesionales que está utilizando la tecnología para ofrecer este tipo de servicios. Ella vivió y trabajó una temporada en Londres, donde hizo la especialidad: “Allí el seguimiento al embarazo y al parto está incluido en la sanidad pública, y de una manera mucho más completa. A las 24 horas de dar a luz te vas a casa y tienes una matrona que te visita a domicilio al menos tres veces en los primeros diez días”, cuenta Carla. Al volver a España se topó con una realidad completamente diferente: “Aquí hay una falta total de apoyo por parte de la sanidad pública, y también de la privada. Las matronas de la pública se quejan porque no tienen tiempo para hacer un buen seguimiento, apagan fuegos en los pocos minutos que tienen para atender a cada mujer”, explica.
Así que, de manera casi improvisada, empezó a prestar ese servicio a mujeres de su entorno. También la contactaban embarazadas a través su perfil de Instagram, donde cuenta con casi 30.000 seguidoras. Carla se dio cuenta de que la demanda era muy elevada y se planteó montar algo. Y así fue como nació Maternify, una plataforma que ofrece visitas a domicilio de diferentes profesionales relacionadas con el embarazo, parto y posparto. “Empecé hace cinco años solamente como matrona a domicilio, amplié el equipo y empecé a ofrecer también otros servicios. Funcionó tan bien que a día de hoy somos una red de más de 130 sanitarios, en 48 ciudades, con servicios de matronas, fisioterapeutas, nutricionistas, asesoras del sueño y psicólogas”, explica.
Una evolución parecida tuvo LactApp, una startup fundada en Barcelona en 2016 y que entre otros proyectos ha lanzado una aplicación móvil sobre lactancia materna que es líder en el mundo. Cuentan con un equipo de 24 personas que ya ha atendido más de 19 millones de consultas. Alba Padró es una de sus fundadoras, y reconoce haber reflexionado mucho sobre lo que supone la atención privada en este tipo de servicios: “Entiendo que haya críticas al modelo de atención privado, porque durante mucho tiempo las asesorías de lactancia se hicieron principalmente de forma gratuita, desde el voluntariado social. Pero para nosotras LactApp no es ninguna ruptura, no está en un debate entre lo gratuito y lo de pago, porque lo cubrimos todo. Supone un cambio de paradigma: damos acceso gratuito a un volumen enorme de consultas automáticas que no encuentras en ningún otro sitio, incluyendo también un modelo de pago para la atención individualizada”.
Para cumplir con este objetivo, desde LactApp ofrecen información en abierto en la app, pero también disponen de una versión de pago con videoformación, consultas inmediatas y la posibilidad de concertar una cita con una experta en lactancia. “Ofrecemos consultas asequibles para resolver dudas y otras más personalizadas a mayor coste. De esta manera, buscamos agrandar el abanico lo máximo posible para que todas quepamos y consigamos información de calidad. Los grupos gratuitos deben seguir existiendo, cubren otras necesidades”, cuenta Alba Padró. Desde LactApp señalan que “nunca debe recaer en la madre toda la responsabilidad de encontrar soluciones, es necesario un sistema que le proporcione la información, el apoyo y la comunidad que necesita”.
LactApp es una de las aplicaciones que cuentan con mayor consenso entre las matronas. También lo es e-lactancia, una web creada por profesionales que establece las compatibilidades de la lactancia con medicamentos y otros elementos como el alcohol o los tatuajes. Las matronas Pilar Lobato y Noelia Amor aseguran haberlas recomendado como recurso complementario a las consultas presenciales. Para Lobato, es fundamental “que utilicen criterios científicos y que no sean muy invasivas en cuanto a publicidad”. Cumpliendo esos criterios, está de acuerdo con que se utilicen “de manera complementaria a la Sanidad Pública”. Lo mismo defiende Noelia Amor, quien incide en la necesidad de saber que detrás de las aplicaciones o proyectos web están profesionales reales. Y, además, defiende que las pacientes “pongan reclamaciones cuando se encuentren con que faltan matronas en primaria, porque tienen derecho a ello”, denuncia.
Cuenta Myriam M., catalana residente en Reus, que el seguimiento online le salvó “el posparto y la lactancia”. Myriam es madre reciente de dos hijas muy seguidas. Su segunda bebé llegó en plena pandemia, por lo que el seguimiento se redujo todavía más. “Cuando salí del hospital con una recién nacida me sentí completamente sola. Afortunadamente no era primeriza, pero aun así estaba llena de inseguridades. Como se suspendieron las visitas presenciales por la pandemia, no podía ver a mi matrona. Ella era muy profesional y se esforzó mucho en hacerme un seguimiento, incluso llegó a darme su teléfono privado para que resolviera dudas. Pero surgieron problemas con la lactancia y todo se complicó. Entonces me recomendaron una app sobre lactancia, me la descargué y conseguí resolver algunas dudas. Incluso pude superar una mastitis gracias a esos consejos online”, concluye.
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