La madre de Nagore Laffage coloca en el Ayuntamiento de Irún una pancarta por el décimo aniversario del asesinato de su hija

Asun Casasola ha señalado hoy, cuando se cumplen diez años de la muerte de su hija, Nagore Laffage, víctima de un asesinato machista en los Sanfermines de 2008, que espera que los actos en su recuerdo sirvan para luchar contra las agresiones sexuales y las mujeres puedan disfrutar de las fiestas “en libertad y con tranquilidad”.

Casasola ha protagonizado el homenaje que ha tributado a Nagore la ciudad de Irún y ha colocado en el balcón del Ayuntamiento una pancarta con el lema: “Por tu ausencia NAGORE, zure oroimenez”, el mismo que habitualmente acompaña las concentraciones en recuerdo de la joven asesinada.

Junto a ella han subido a la balconada de la sede consistorial integrantes de asociaciones de mujeres, mientras en la plaza han estado el alcalde de la localidad, José Antonio Santano, representantes de todos los grupos municipales y ciudadanos que han recordado a Nagore Laffage en el décimo aniversario de su muerte a manos de Diego Yllanes, en la madrugada del día de San Fermín de 2008.

Casasola ha mostrado su esperanza porque actos como el de hoy sirvan para que no se repitan las agresiones sexuales “como las de La Manada” en los Sanfermines de 2016 y las mujeres puedan disfrutar de las fiestas “en libertad y con tranquilidad”.

Santano, por su parte, ha destacado la “fortaleza” de Casasola, una mujer que constituye “un ejemplo” con su actitud de denuncia de la violencia sexual tras la muerte de su hija y ha incidido en el mensaje de que “no es no”.

Además, el consistorio irunés se iluminará de morado esa noche al igual que el de la capital navarra, vinculando esto a las dos ciudades en un día tan especial.

De esta modo la ciudad de Irún rememora los hechos que tuvieron lugar el 7 de julio de 2008 en Pamplona, cuando el psiquiatra José Diego Yllanes mató a la joven estudiante de Enfermería cuando se negó a mantener relaciones sexuales con él.

El jurado que le juzgó consideró probada su culpabilidad en hechos que constituyen un delito de homicidio y no de asesinato, como pedían las acusaciones. Fue condenado a doce años y medio de cárcel y en la actualidad se encuentra en régimen de semilibertad.