Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
La guerra entre PSOE y PP bloquea el acuerdo entre el Gobierno y las comunidades
Un año en derrocar a Al Asad: el líder del asalto militar sirio detalla la operación
Opinión - Un tercio de los españoles no entienden lo que leen. Por Rosa María Artal

Antidisturbios y símbolos nacionales: política, arte y diálogo según Rajoy

Ruth Toledano

“Creo que la política es el arte del diálogo”, le ha lanzado Rajoy a Mas. Es curioso ese brote verde que le ha surgido al presidente, en el que empujan tres yemitas inéditas en su gestión: política, arte y diálogo.

Lo curioso es que pocos días antes de esta declaración de principios que el Gobierno no tiene, la política, el arte y el diálogo consistieran en enviar a Catalunya 500 antidisturbios de la Policía Nacional. De mandar semejante caravana se ha encargado el ministro del Interior, suponemos que en los ratillos que le quedan entre asistir a beatificaciones e imponer a la Virgen medallas al mérito policial. Tan curioso como nombrar a Soraya Sáenz de Santamaría “responsable de la bandera y símbolos nacionales”. Hay que imaginar a la vicepresidenta del Gobierno todo el día vigilando si una tela es más grande que otra o si la buena no está en un lugar preeminente para sentir que todo esto es un sainete.

La provocación del envío a Catalunya de 500 antidisturbios y la broma de andar espiando a una de las banderas rojigualdas es lo que Rajoy entiende por política, arte y diálogo. Así nos va y así le va al PP, cuya caída en intención de voto demostraría (no olvidemos que se trata de una encuesta de Metroscopia para El País, hay que cogerla con pinzas) que al votante español le queda un mínimo de cordura y dignidad. Porque el día a día de este partido que gobierna desde la cueva de Alí Babá está alcanzando cuotas de absurdo insospechadas. Lo mejor para que la caída llegue a ser el derrumbe que merecen es que sigan así, haciendo la política más ridícula posible y considerando diálogo la demostración de fuerza bruta. Del arte ni hablamos.

La derecha española está dividida, descabezada y sin norte. Y en tal sindiós (pobre Fernández Díaz) parece que reculan muchos votantes del PP. De creerlo, sería alentador pero no suficiente. Pues para ello ha hecho falta un proceso implacable de destrucción del Estado de bienestar, de privatización de los servicios públicos, de burla de todos los límites a la corrupción, de ineptitud o indiferencia frente a un desempleo sangrante, de incumplimiento de programa electoral y de toda palabra dada, de rescate de bancos, de represión de la protesta, de indulto a amigos delincuentes, de enchufismo, de saqueo de las arcas públicas, de cuentas en Suiza, de desprecio por la oposición y las alternativas legítimas, de concesiones a empresas familiares, de penalización de las energías renovables, de fomento de la tauromaquia, de atentado a los derechos de las mujeres, de chulería, de meapilismo abochornante. Es un no acabar que debiera costarles mucho más porcentaje de voto.

Todos estos daños, que en muchos casos serán irreparables, son lo que Rajoy entiende por política, arte y diálogo. Daños que serían motivos más que suficientes para que los resultados de la encuesta de Metroscopia fueran creíbles. No lo son porque huelen demasiado a empujoncito en la espalda del PSOE. Pero son un hipotético indicador de que el partido en el Gobierno no da para más.

Así sus cosas, Rajoy pone a Soraya de símbolo nacional y aprueba a la desesperada el envío de 500 antidisturbios a Catalunya para que se vea por allí a un PP casi desaparecido, dados la política, el arte y el diálogo mostrados por esa burda Alicia Sánchez-Camacho. Son tan incapaces que ni siquiera han sabido aprovechar un escenario que podría haberles favorecido, y no se les ocurre más que recurrir a la Policía Nacional y a la vigilancia de la bandera. Política, arte y diálogo en lenguaje genovés.

Etiquetas
stats