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Lo hiciste otra vez, Pablo

El presidente del PP, Pablo Casado, a la salida de la Convención del PP

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Valencia 2021 fue Valencia 2008, o peor. Al menos en 2008 Esperanza Aguirre proclamó desde la tribuna que ella no se resignaba, un minuto antes de que el Marianismo le pasase por encima. La Ayuso on Tour “Cañas For The World” 2021 se resume en una pelea con el Papa de la cual su Santidad ni se habrá enterado, un dúplex con Telemadrid con la Casa Blanca al fondo y una parodia del ya mítico “mi-sitio-es-Madrid-no-espera-que-es-Murcia-no-espera-que-es-broma” a cargo del presidente de Murcia, López Miras; para ahorrarle al líder hasta el tedioso trabajo de mandarla a su cuarto a reflexionar sobre lo que acababa de decir. 

Además de hacer el ridículo perdonándole la vida a Pablo Casado, la presidenta de Madrid ha demostrado una vez más que no conoce bien a su partido. Nadie le ha explicado que, en el Partido Popular, cuanto más te aplauden más en peligro estás. Puede preguntarse a Esperanza Aguirre, a Cristina Cifuentes o a Paco Camps. Si a algún barón le quedaba alguna duda de que con ella no se puede ir ni a tomar una caña, quedó despejada en Valencia. Si en la dirección del PP quedaba alguien aún dispuesto a pactar que fuera presidenta del partido en Madrid, en Valencia habrá decidido callar para siempre. Impedirlo era antes una cuestión de autoridad. Ahora se ha convertido una cuestión de supervivencia. Díaz Ayuso no puede hacerse con el control del aparato en Madrid. Génova lo ha visto confirmado y Génova nunca pierde.

En el PP han decidido que la corrupción ya no les daña, que su trabajo ahora reside en poner en fila al partido y convencer a la gente de que Casado puede ser presidente porque le va a tocar. Seguramente no les falta razón. Para eso se organizó la convención y se acabó en la plaza de toros de Valencia. Dejando aparte algunos detalles, como tener que dedicar parte de su intervención a contestar a los deslices de los ponentes que fueron salpicando de alegrías la semana, todo estaba a punto para que Casado demostrase haber aprendido la lección, que ya ha entendido que la legislatura se va a agotar, que un partido de gobierno pacta cosas de gobierno, como le explicó Mariano Rajoy, que las elecciones se ganan desde el centro y que a Vox, ni agua, como le explicó Núñez Feijóo. 

Pero en lugar de eso, ha vuelto a hacer lo de siempre. Le tira ir al monte y no al centro. Es su naturaleza, que diría el escorpión. No resolvió ni una de las contradicciones que lastran su liderazgo. Los españoles estamos ansiosos de libertad y de emprender, pero también somos una panda de adoctrinados que votamos lo que nos digan a cambio de una subvención. No va a mencionar ni al gobierno ni a Sánchez porque viene a contarnos del PP y su liderazgo, pero solo sabe hablar bien de si mismo hablando mal de Sánchez. Viene a ilusionar y a vender libertad, pero el grueso de su programa consiste en vender más prohibiciones, más castigos y convertir en delito todo cuanto no le gusta o cuanto no sea pensar como él. 

Nadie puede ir a la vez al centro y al monte, ni siquiera en el PP. Este ha sido, es y seguirá siendo su error y lo ha vuelto a cometer. Parafraseando a Fernández de la Mora, tanto partido al servicio de nada.  

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